El magnate Elon Musk se convirtió en un actor central en el debate global. Pero no solo por su influencia en el mundo de la tecnología -un área de disputa geopolítica- sino también por sus polémicas intervenciones en las redes sociales que le valieron duras acusaciones por parte de figuras como el mandatario francés Emmanuel Macron o el británico Keir Starmer.
Recientemente Musk, dueño de las empresas Tesla y SpaceX, fue objeto de críticas por parte de varios dirigentes europeos, quienes lo acusaron de diseminar el "veneno de la extrema derecha" y de difundir información falsa, dos aspectos que podrían poner en peligro la seguridad de figuras políticas, según alegaron.
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Además, el magnate y futuro funcionario de Donald Trump también fue tildado de representar a la "internacional reaccionaria", un concepto actualmente utilizado para describir la oleada de movimientos asociados a la derecha o "antiprogresistas" que tiene como referentes a mandatarios como la italiana Giorgia Meloni o Javier Milei.
"El veneno de la extrema derecha": Starmer dijo que Elon Musk "cruzó una línea"
Uno de los episodios más recientes que involucró a Musk es su enfrentamiento con el primer ministro británico y líder del Partido Laborista. El multimillonario utilizó su plataforma X (anteriormente conocida como Twitter) para atacar no solo a Starmer, sino también a Jess Phillips, una diputada laborista, quien se convirtió en un blanco de amenazas de muerte tras ser calificada por Musk como una "apologista del genocidio de violación".
Pese a que no mencionó directamente a Musk, Starmer expresó su indignación ante lo que calificó como un cruce de "línea roja", afirmando que la difusión de mentiras y desinformación está poniendo "en peligro" a figuras públicas, como Phillips.
"Cuando el veneno de la extrema derecha conduce a graves amenazas contra Jess Phillips y otros, entonces, en mi opinión, se ha cruzado una línea", expresó el jefe de gobierno británico este lunes.
En tanto, los ataques de Musk surgieron luego de que Phillips fuera acusada de bloquear una investigación gubernamental sobre un caso de abuso sexual a menores por parte de grupos de origen paquistaní en el Reino Unido.
A este conflicto se sumó la solicitud de Musk de la dimisión de Starmer, acusándolo de ser cómplice de uno de los mayores crímenes de la historia del Reino Unido, en referencia a la gestión de casos abusos sexuales a chicas y adolescentes durante su tiempo como fiscal.
"La verdadera razón es que demostraría cómo Starmer ignoró repetidamente las súplicas de un gran número de niñas y sus padres, con el fin de asegurar apoyo político. Starmer es completamente despreciable", escribió Musk en sus redes sociales en medio del revuelo.
Este tipo de ataques no solo fueron condenados en el Reino Unido, sino que también generaron un intenso debate sobre el papel que Musk juega en la política. El donante de la campaña de Trump no solo utiliza sus redes sociales para atacar a líderes políticos sino también para incidir en las discusiones, tanto a nivel local e internacional, como cuando acusó a Starmer de haber interferido en las elecciones de Estados Unidos contra la campaña republicana.
Macron y la "internacional reaccionaria"
En otro frente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue igualmente crítico con Musk. Macron acusó al multimillonario de promover lo que denominó una "internacional reaccionaria" a través de sus interacciones en redes sociales, particularmente en relación con su respaldo al partido ultraderechista alemán Alternativa para Alemania (AfD).
Musk, que mantuvo una relación cercana con líderes de la extrema derecha en varias ocasiones, no solo expresó su apoyo a este partido alemán, sino que también anunció que debatirá en su plataforma X con Alice Weidel, la candidata de AfD a la Cancillería.
La intervención directa de Musk en las elecciones alemanas y su creciente influencia en los movimientos de derecha en Europa alarmaron a varios líderes de la Unión Europea, como Macron, quien advirtió que este tipo de alineaciones ideológicas son ahora una realidad con la que los gobiernos deben lidiar a través de la diplomacia.
"Hace diez años, ¿quién hubiera imaginado que el propietario de una de las redes sociales más grandes del mundo apoyaría un movimiento internacional reaccionario?", preguntó Macron, reflejando el desconcierto que causa la postura política de Musk en círculos diplomáticos.
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A pesar de las críticas, el hombre más rico del mundo no mostró signos de retroceder. No solo pidió por la liberación del ultraderechista Tommy Robinson, encarcelado por difundir información falsa sobre un refugiado sirio, sino que mostró apoyo a movimientos antiinmigración en Europa. También se destacó, siempre desde X, por sus polémicas intervenciones en la política estadounidense consolidaron su imagen como una figura divisiva que desafía las normas tradicionales de la política global.
Mientras tanto, Musk reforzó una alianza estratégica con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que Musk será un miembro clave de su próxima administración. En una reciente intervención, Macron señaló que a pesar de las diferencias ideológicas, los líderes mundiales deben aprender a cooperar con el gobierno de Trump, quien tiene un "aliado sólido" en Musk, a pesar de las controversias que los rodean.
Esta relación entre Musk y Trump subraya aún más la creciente influencia del magnate en la política global, especialmente en los círculos de la derecha estadounidense y europea. Trump, quien fue criticado por su acercamiento a figuras como Musk, podría utilizar la influencia de este último para reforzar su base de apoyo, particularmente en momentos de polarización política.