La guerra civil en Siria se profundiza a medida que los rebeldes al régimen de Bashar al Asad, considerados "terroristas" por Damasco, avanzan hacia Homs, ubicada a olo 150 km de la capital. Se trata de una de las ciudades clave de la ofensiva hacia el sur del país que puso en jaque al gobierno local.
En una entrevista, Abu Mohamed al Jolani, líder del grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), que encabezó la rebelión, declaró que el objetivo de los combatientes es "derrocar al régimen" del presidente sirio. En medio de rumores respecto a la retirada de las fuerzas estatales de la estratégica ciudad, que conecta la capital con el resto de los aliados de Asad, éstos fueron desmentidos por el Ministerio de Defensa sirio posteriormente.
Este pronunciamiento se produjo en el marco de una ofensiva iniciada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib, en el noroeste del país, un bastión de los rebeldes. La rápida progresión de los insurgentes causó un serio golpe a las fuerzas leales a Asad, quienes se vieron obligadas a ceder terreno, en medio de un conflicto bélico subsidiario de otras potencias como Rusia, Irán o Estados Unidos, que respaldan a los diferentes bandos.
El avance de los rebeldes sobre Homs y la desmentida del gobierno sirio
Tras la toma de Alepo y Hama, los rebeldes avanzaron ahora hacia Homs, la última gran ciudad en el eje que conecta con Damasco. De caer Homs, solo quedarían bajo control del régimen sirio la capital y la costa mediterránea, zona estratégica y bastión de la minoría alauita, a la que pertenece Asad. Además, implicaría una interrupción de la conexión con los aliados de Asad en Teherán y Moscú.
En menos de una semana, los rebeldes dejaron claro que su ofensiva tuvo un carácter decisivo y su meta fue clara: derrocar al gobierno de Asad. "La finalidad de la revolución sigue siendo derrocar a este régimen", reiteró al Jolani, enfatizando que usarían "todos los medios disponibles" para alcanzar este objetivo.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), las tropas gubernamentales se retiraron de Homs, tomaron las ciudades de Rastan y Talbiseh en la provincia de Homs, tras la presunta retirada de las fuerzas del régimen. Este avance, según la oenegé, permitió a los insurgentes "cortar la carretera principal que conduce a la costa siria".
Por su parte, el gobierno sirio desmintió estas afirmaciones, alegando que las fuerzas leales a Asad seguían en la ciudad y que reforzó sus posiciones con tropas equipadas con "diferentes tipos de armamento".
En un comunicado oficial emitido en su cuenta de Facebook, el Ministerio de Defensa sirio señaló que las fuerzas armadas estaban "preparadas para repeler cualquier ataque terrorista", desmintiendo las versiones que indicaban un repliegue estratégico.
Más allá de las acusaciones cruzadas, la caída de Homs en manos de los rebeldes podría tener profundas repercusiones, ya que implicaría dividir los territorios bajo control gubernamental y cortar la carretera que conecta Líbano e Irak, una vía crucial utilizada por Hezbolá para el traslado de armas enviadas por Irán.
La dimensión internacional del conflicto sirio
Al igual que desde hace 13 años, la intervención de potencias extranjeras siguió marcando la guerra en Siria. Rusia, el principal aliado de Damasco, advirtió a sus ciudadanos que abandonaran el país; mientras que Irán, también respaldando al gobierno, consideró que la ofensiva rebelde representó una "amenaza para todos los países vecinos y para el conjunto de la región" y prometió que enviará misiles, drones y expertos.
Además, en el marco de la reciente ofensiva rebelde, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó que el pasado 27 de noviembre se llevó a cabo una conversación telefónica entre el jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, y su homólogo de Estados Unidos, Charles Q. Brown Jr., para detallar sus avances militares en el país. El país norteamericano, por su lado, está presente en la región para combatir al ISIS (Estado Islámico).
Por el contrario, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan expresó su apoyo a los rebeldes, manifestando su deseo de que el avance continuara "sin incidentes". En Hama, se registraron escenas simbólicas de resistencia, como la retirada de la cabeza de una estatua de Hafez al Asad, el padre del actual presidente, quien ordenó la masacre de 1982 contra los Hermanos Musulmanes en esa misma ciudad.
Javier Milei va al Mercosur, pero con la mirada puesta en posibles acuerdos con EE.UU. o China
Mientras tanto, en el sur del país, la situación también se agudizó. En la provincia de Derá, cuna de la revuelta contra Asad, las fuerzas gubernamentales abandonaron varias posiciones y rebeldes locales tomaron edificios administrativos. El OSDH también reportó que grupos armados tomaron un puesto fronterizo con Jordania poco después de que el reino cerrara la frontera, lo que agravó aún más la crisis humanitaria y política en la región.
Desde el inicio de la ofensiva a finales de noviembre, las hostilidades dejaron un saldo de al menos 826 muertos, incluidos 111 civiles, según el OSDH. La ONU, por su parte, reportó que 280.000 personas se desplazaron debido a los combates, lo que agravó aún más la crisis humanitaria en el país.
CD CP