Brasil abandonó las tareas de rescate para tratar de localizar el velero Tunante II en el que navegaban los cuatro argentinos desaparecidos. Hay indicios de que no se produjo un naufragio y podrían mantenerse con vida, teoría a la que se aferran sus familiares quienes realizaron un pedido desesperado para que no se abandone la búsqueda.
Las autoridades brasileras finalizaron la búsqueda del Tunante II, decisión que sorprendió a los familiares de los cuatro navegantes desaparecidos hace un mes puesto que aún tendrían esperanzas de localizarlos.
El buque partió el 22 de agosto de la costa de San Bernando rumbo a Brasil cuando fueron interceptados por una tormenta que volcó la embarcación y rompió la vela y el timón. En el velero viajaban el reconocido oftalmólogo Jorge Benozzi, de 62 años; su yerno, Mauro Cappuccio, de 35 años; el cardiólogo Alejandro Vernero, y otro hombre apodado "El Mono", ambos de 62 años.
A pesar del accidente, los tripulantes consiguieron ponerse en contacto con sus familiares para explicar lo sucedido y pedir que los rescataran. Estaban cansados pero se encontraban todos a salvo, según contó Benozzi a su hija en una conversación teléfonica. El contacto se prolongó por 13 horas. La empresa proveedora del servicio de satélites precisó que tuvieron actividad hasta 28 horas después que se produjera el accidente.
Todos esos datos hacen que se mantenga la esperanza y se deduzca que el velero no sufrió roturas graves como para hundirse. Esa misma teoría fue transmitida a las familias por expertos que participaron del operativo de rescate. La hija de Horacio, Luana, precisó que tenían provisiones para 15 días que seguramente habrían racionado y también contaba con elementos para potabilizar el agua y cañas de pescar.
A medida que pasan los días la búsqueda se hace menos precisa y la zona a explorar se amplía, por lo que los familiares solicitaron que no cesen en la búsqueda y reclamaron tareas conjuntas entre los país que puedan quedar territorialmente involucrados como Uruguay, puesto que las corrientes y los vientos los podrían haber desplazado hasta zonas cercanas, Argentina y Brasil.
