Durante la mañana de este miércoles llegó a La Habana una flotilla de la Marina de Guerra de Rusia que incluye una fragata y un submarino a propulsión nuclear. Su llegada se debe a una visita programada que ha generado expectativas y especulaciones respecto a su significación geopolítica.
El buque petrolero de la flota Pashin, a la cabeza de la flotilla, ingresó a la bahía de La Habana alrededor de las 7:47 (hora local). Según indicó el gobierno cubano, dicho buque logístico va acompañado por la fragata Gorshkov, el submarino Kazan y el remolcador de salvamento Nikolai Chiker, previendo una estadía que durará hasta el 17 de junio.
Por su parte, el Departamento de Defensa de Estados Unidos informó que sigue los movimientos de la flotilla desde hace días, aunque aclarando que no perciben el movimiento ruso como una amenaza.
En su camino hacia Cuba, los buques de guerra rusos llevaron a cabo ejercicios en el Atlántico, en un intento de Moscú por proyectar poder en el marco de las tensiones con Occidente por el conflicto con Ucrania.
En concreto, el Ministerio de Defensa ruso indicó que la fragata Almirante Gorshkov y el submarino Kazán llevaron adelante un ejercicio que simulaba un ataque con misiles contra un grupo de barcos enemigos, lo que implicaba una simulación por computadora de un ataque contra objetivos marítimos a más de 600 kilómetros de distancia.
La fragata está armada con nuevos misiles hipersónicos Zircon, un arma diseñada para cruceros, fragatas y submarinos rusos que puede utilizarse tanto contra barcos enemigos como para objetivos terrestres.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó al Zircon como un arma potente capaz de penetrar cualquier defensa antimisiles existente, dado que este logra volar nueve veces más rápido que la velocidad del sonido a una distancia de más de 1.000 kilómetros.
Esta no se trata de la primera visita de buques rusos de guerra al Cariba, aunque en este contexto si podría interpretarse como una advertencia sobre la posible respuesta de Rusia en caso de que los aliados occidentales de Ucrania le permitan a Kiev utilizar sus armas para atacar a los objetivos rusos.
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