INTERNACIONAL
146 desaparecidos

Las inundaciones en el sur de Brasil causaron ya 113 muertos y ahora esperan más lluvias

El 87% de los municipios del estado de Rio Grande do Sul está bajo el agua y el gobernador, Eduardo Leite, pidió ayer a la población que abandone las zonas de riesgo porque cinco represas corren riesgo de romperse. Hay ciudades aisladas, sin agua potable, y casi 340 mil evacuados, de los cuales 70 mil permanecen en albergues. La policía reforzó la seguridad luego de denuncias de violaciones en esos refugios. Para este fin de semana están pronosticadas nuevas tormentas sobre la región.

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Desolación. Hay en total dos millones de personas, casi el 20% de toda la población del estado, afectados por las inundaciones. | afp

Casi 2 millones de personas han sido afectadas por las inundaciones en Rio Grande do Sul, más del 17% de toda su población. Las lluvias inundaron el 87% de los municipios del estado. El número de muertos ha aumentado a 113, hay 146 desaparecidos y 756 heridos. La tragedia ya ha dejado casi 340 mil evacuados: 70 mil están en albergues y el gobernador Eduardo Leite pidió, ayer, que la población abandone las áreas de riesgo.

El municipio de Eldorado do Sul fue completamente inundado. Actualmente, el 80% está bajo el agua, sin funcionamiento de comercios, escuelas o centros de salud. La mayoría de la población, que es de 39 mil personas, fue trasladada a albergues en otros municipios. El alcalde de Eldorado do Sul, Ernani de Freitas, dijo a la Agencia Brasil que la prioridad fue salvar vidas. 

Otra histórica ciudad, Sao Leopoldo, a punto de cumplir 200 años, quedó sumergida y aislada. Hay 180 mil personas sin hogar, 14 mil en albergues, además de 34 mil viviendas inundadas. 

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Después del arresto de seis acusados de violación en albergues, la municipalidad de Porto Alegre anunció la creación de un albergue de emergencia solo para mujeres y niños.

Por otro lado, el gobierno del estado amplió el plazo de contratación de policías de reserva. Se llamará a profesionales que hayan ido a la reserva en los últimos diez años. La idea es fortalecer la seguridad para evitar saqueos y abusos en los albergues.

Rio Grande do Sul registra casi 70 mil personas acogidas temporalmente en albergues, porque fueron obligadas a abandonar sus hogares debido a las fuertes lluvias que azotan el estado desde el 29 de abril. 

En total, el 17,6% de la población del estado, o sea, 1,916 millones de personas, han sido afectadas directa o indirectamente por los eventos climáticos, de un total de 10,88 millones de habitantes de Rio Grande do Sul, según el Censo de 2022 del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Todavía hay una muerte en investigación para confirmar si hay relación con los eventos meteorológicos recientes. Sin embargo, el número de muertes puede aumentar ya que 146 personas aún están desaparecidas. Según el relevamiento oficial, en todo el estado hay 756 heridos.

Los equipos de rescate luchan contra el reloj para entregar ayuda a las comunidades afectadas por las inundaciones en el sur de Brasil antes de la llegada de nuevas tormentas pronosticadas para azotar la región una vez más. Muchos en la región no tienen acceso a agua potable ni electricidad, ni siquiera los medios para pedir ayuda, con los servicios telefónicos y de internet caídos.

Rescatistas en botes y en motos acuáticas viajaban en las últimas horas por calles convertidas en ríos, buscando personas atrapadas en sus hogares o aquellas renuentes a irse por temor a saqueos.

En la ciudad de Canoas, a las afueras de la capital del estado, rescatistas en botes inflables sacaron un caballo de un techo que había permanecido ahí tres días, según imágenes en medios locales. 

El río Guaíba del estado, que atraviesa Porto Alegre, alcanzó niveles históricos esta semana, y funcionarios han advertido que cinco represas están en riesgo de ruptura. “El enfoque sigue siendo en los rescates... pero estamos trabajando muy duro en la entrega de ayuda humanitaria”, dijo Sabrina Ribas, una portavoz de la fuerza de defensa civil que maneja la ayuda en desastres, a los periodistas.

Estos esfuerzos podrían ser obstaculizados en los próximos días, agregó, dado los avisos de nuevas lluvias hasta mañana. 

Varias cárceles han solicitado asistencia federal después de quedarse sin agua potable, según la Red de Justicia Penal, una organización no gubernamental. En una cárcel, los presos tuvieron que ser trasladados a pisos superiores debido a que las aguas inundaron el complejo.

El desastre ha dañado más de 60.000 hogares y ha devastado la economía del estado, que es principalmente agrícola y normalmente abastece más de dos tercios del arroz consumido en Brasil.

El gobierno federal anunció que destinaría 10 mil millones de dólares para la reconstrucción de la región. Y el Banco Interamericano de Desarrollo prometió fondos para la recuperación de infraestructura, apoyo a empresas y medidas para ayudar a las personas a conservar sus empleos.

La ayuda también llegó desde fuera de Brasil. El papa Francisco envió 100.000 euros para ayudar a cuidar a los evacuados, y el magnate Elon Musk dijo que su compañía de satélites Starlink donará 1.000 terminales a los equipos de emergencia “y proporcionará el uso de todos los terminales de forma gratuita hasta que la región se haya recuperado”.

Según la oficina del alcalde, solo dos de las seis plantas de tratamiento de agua de Porto Alegre estaban funcionando a principios de esta semana, y los hospitales y refugios estaban siendo abastecidos por camiones cisterna.

Mientras tanto, el gobierno federal dijo que importaría 200.000 toneladas de arroz para garantizar el suministro y evitar la especulación de precios.