Pese a las sistemáticas políticas de imposición de aranceles y sanciones a las empresas chinas por parte de EE.UU., implementadas desde 2017 a la fecha, todo ello no logró impedir que China se haya convertido hoy en el epicentro de la innovación tecnológica a nivel global. Por el contrario, la tendencia hacia la supremacía china se está acelerando. Una nueva generación de emprendedores chinos emergió desde Shenzhen y Hangzhou, arrasando con sus competidores de EE.UU. y otras potencias de Occidente. En China se los conoce como los “seis pequeños dragones” y fueron reconocidos como los nuevos campeones nacionales por el propio presidente Xi Jinping.
Estos dragones de pequeños no tienen nada. A partir de startups recientemente creadas por jóvenes treintañeros, ya se convirtieron en colosos que desplazan a los históricos líderes de sus respectivos sectores. El más conocido de los dragones es DeepSeek, quien en enero lanzó su modelo de inteligencia artificial de bajo costo y código abierto, provocando un hundimiento histórico en el precio de las acciones de gigantes del Silicon Valley. El modelo de DeepSeek fue ampliamente reconocido por su superioridad. Los principales proveedores de servicios en la nube de China y de EE.UU., como Alibaba, Huawei, Tencent, Baidu, Microsoft y Nvidia, integraron el LLM (large language model) de DeepSeek en sus plataformas.
La empresa recientemente lanzó una nueva versión.
Otro de los dragones es Game Science, un estudio de videojuegos que produjo el impresionante suceso “Black Myth: Wukong”, que lleva más de 25 millones de copias vendidas. En tanto, completan la lista de los dragones las creadoras de robots Unitree y DeepRobotics, la diseñadora de interfaces neuronales BrainCo y la proveedora de soluciones de inteligencia espacial Manycore. Cabe destacar que DeepSeek y Unitree también son parte del grupo denominado los “cuatro fantásticos”, que también integran la fabricante de drones DJI y, ni más ni menos que ByteDance, la creadora de la popular aplicación TikTok.
Estas estrellas chinas en ascenso no surgieron de la nada. Otros gigantes las precedieron e inspiraron, como son los casos de Alibaba y Tencent. De hecho, muchos de los jóvenes creadores de los seis dragones tuvieron experiencias laborales previas en esas grandes empresas chinas. Si bien China es gigantesca, todo parece estar sucediendo en dos lugares: Shenzhen y Hangzhou.
Se trata de los dos mayores polos de innovación de China, incubadoras de los “seis dragones” y los “cuatro fantásticos”.
Shenzhen resulta mucho más conocida, con su propia Bolsa de Valores y las oficinas centrales de Huawei, ZTE, Tencent, DJI y BYD, entre otras empresas líderes a nivel global de sus respectivos sectores. Shenzhen –que era una humilde aldea de pescadores en 1978– fue elegida por el visionario líder Deng Xiaoping como el corazón del exitoso proceso de “Reforma y Apertura”, que explica el lugar que actualmente ocupa China como superpotencia económica y tecnológica mundial, camino a superar a EE.UU.
Por su parte, Hangzhou se destaca por poseer un ecosistema óptimo para favorecer la innovación y el desarrollo de startups tecnológicas. Hangzhou es una de las provincias más ricas de China y donde el sector privado históricamente ha tenido un rol preponderante. La capital de la provincia de Zhejiang tiene una ubicación geográfica privilegiada (a una hora de Shanghái), una cultura empresarial que siempre fue aperturista y con mirada internacional, sumado a una infraestructura futurista y un entorno de universidades de excelencia, con la prestigiosa Universidad de Zhejiang a la cabeza. Ésta figura como la N° 3 de China y N° 47 del mundo en el ranking de la consultora educativa británica Quacquarelli Symonds.
Hacia fines de los años 90, en Hangzhou surgieron Alibaba y Hikvision, que hoy se encuentran entre las empresas privadas de esa ciudad que son líderes y muy conocidas incluso fuera de China. Pero la lista es mucho más extensa.
Ahora, Hangzhou volvió a generar un impacto mundial por ser la cuna de cinco de los seis dragones: DeepSeek, Unitree, DeepRobotics, Brainco y Manycore. El restante dragón, Game Science, tuvo sus orígenes en Shenzhen.
Cabe destacar que el fundador de DeepSeek, Liang Wenfeng, un ingeniero cantonés de apenas 40 años, eligió a Hangzhou para impulsar su carrera, tras graduarse en la Universidad de Zhejiang. Hay cientos de DeepSeek en potencia, en cada camada de graduados. La institución se caracteriza por disponer de cuantioso financiamiento para investigación y desarrollo, ofreciendo a su vez posibilidad de pasantías en las principales empresas tecnológicas chinas.
Los “dragones” y los “fantásticos” son populares figuras mitológicas y de ciencia ficción. Pero lo de Shenzhen y Hangzhou no tiene nada de fantasioso. Es una realidad que hoy se impone, producto de políticas públicas exitosas que posicionaron a China en la vanguardia del liderazgo tecnológico global. Mientras el grueso de la clase política en nuestro país, empezando por el presidente Javier Milei y su círculo íntimo, sólo parecen prestar atención a lo que pasa en el Silicon Valley, es momento de despojarnos de la ignorancia y la estrechez ideológica para empezar a mirar, sin más tiempo que perder, hacia Shenzhen y Hangzhou.
*Director del Observatorio Sino-Argentino. Profesor visitante en la Universidad de Zhejiang (China) y regular en la Universidad Católica Argentina.