INTERNACIONAL
Medioambiente

Volvieron las máscaras a San Pablo: la contaminación está provocando una sequedad similar a la del desierto de Sahara

Es una de las diez urbes con peor calidad del aire y en un mes registró más de 1500 casos de Síndrome Respiratorio Agudo Grave. El aumento descontrolado de incendios intencionales en la ciudad provocó una de las crisis climáticas más severas de Brasil.

san pablo brasil
En medio de una sequía prolongada, el estado de San Pablo (Brasil) está experimentando su peor mes de incendios en décadas, con 3.480 incendios separados identificados, según INPE, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. | AFP

Volvieron las máscaras a San Pablo. Pero esta vez no tiene nada que ver el Covid, sino con el humo que invade la ciudad y contamina el aire que se respira. Tan corrosivo es el ambiente que puede causar una serie de enfermedades, algunas a corto plazo y otras con el tiempo. Desde agosto y hasta la primera semana de septiembre, la capital paulista registró 1523 casos de Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SRAG), con la consecuencia de 76 muertes. Esta suerte de “nueva pandemia” coincidió con el aumento descontrolado de incendios en el estado de San Pablo y una humedad ambiental (de no más de 20%)  que algunos días llegó a asemejarse al desierto del Sahara. Lo cierto es que esta área metropolitana, de 21 millones de habitantes, vive una notoria crisis climática y del medio ambiente

El fuego que se propagó por diversas localidades del interior paulista llevó a la ciudad a figurar estos días entre los primeros diez puestos de las urbes con peor calidad del aire. La concentración de partículas contaminantes trepa hoy a 8,8 veces mayor que el valor definido por la Organización Mundial de la Salud como adecuado. Para ser más claros: supera, en magnitud, la polución de Nueva Deli (India) y Beijín (China). 

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Semejante escenario provoca impactos peligrosos en pulmones, nariz, garganta, corazón y ojos. Al punto que los especialistas insisten en señalar cuáles son los alertas a tener en cuenta por los paulistanos para ir al hospital: una tos prolongada, un cansancio excesivo, fuerte sibilancia del pecho y la orina obscura. De acuerdo con el médico patólogo Paulo Saldiva, el humo excesivo deja pocas alternativas para la protección del individuo. “La quema de partes de la floresta produce componentes similares a los del cigarrillo; con una salvedad: uno fuma a intervalos; en este caso, es como fumar en forma continua”.

La Compañía Ambiental del Estado de San Pablo (CETESB) calificó el fenómeno de la humareda como “pésimo” e informó que, según su monitoreo, 14 de las estaciones de medición de la polución dieron resultados “muy malos”. El deterioro del aire fue atribuido por el organismo a la elevada “presencia de partículas de material en suspensión, como resultados de las condiciones climáticas desfavorables, como la falta de vientos y la sequía.” Pero hay otras razones adicionales: el país vive una secuencia impresionante de incendios, que sobrepasaron ya en número a los 150.000 focos; así lo reveló el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. 

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Carlos Nobre, un científico de renombre internacional por sus estudios sobre el calentamiento global, señaló en una entrevista reciente concedida al diario Estado de San Pablo: “Estoy atemorizado como nunca”, al indicar que la crisis climática “explotó” antes incluso de las previsiones de los científicos. “Tenemos la mayor temperatura del planeta en 100.000 años. Nunca llegamos a este nivel, en que todos los eventos climáticos se tornan tan intensos y frecuentes. Sequías en todo el mundo, tempestades y, ahora, la explosión de incendios”.

Nobre admite que hay razones especiales en Brasil para empeorar el panorama: con los cambios de clima confluyen los fuegos provocados en forma intencional en amplias regiones boscosas. De acuerdo con sus investigaciones, entre 2023 y 2024 hubo una “reducción significativa de la deforestación del Amazonas. Esto indicaría, explicó, “políticas de preservación de la selva bien implementadas”, pero admite que el gobierno de Lula da Silva no consiguió “eliminar los incendios delictivos”. Fue lo que ocurrió en el estado paulista. “Cuando uno prende fuego en la selva y el aire está seco y caliente (como estos días), las llamas se esparcen rápidamente”.  A eso debe añadirse otro factor apuntado por la secretaría de Medio Ambiente al referirse a la humareda que pesa sobre varias ciudades: “La falta de lluvias dificulta la dispersión de poluentes”.
 

 

Gi