Las autoridades japonesas emitieron una advertencia por los posibles daños catastróficos que podría causar un ‘megaterremoto’ cercano a las fosas de Nankai, una de las fosas submarinas que registran mayor actividad sísmica, ubicada en frente a la costa sur del país. Según estimaciones de los expertos, el fenómeno natural, conocido como el “Big One”, podría matar 300.000 personas y dejar a miles de localidades perjudicadas a lo largo del litoral sur de Japón.
Desde el Gobierno creen que existe un 80 por ciento de posibilidades de que ocurra un temblor de magnitud 9 en la fosa de Nankai antes de 2050, lo que provocaría olas de tsunami mayores a los 30 metros de altura. Como consecuencia, Japón enfrentaría pérdidas equivalentes a 1,66 billones de dólares, deberían ser evacuadas entre 9 y 12 millones de personas y miles de edificios serían destruidos por derrumbes e inundaciones, según estimaciones del gobierno nacional.
El ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani, en caso de suceder el ‘megaterremoto’, expresó “regiones tendrán solamente dos minutos antes de que el tsunami toque tierra”. Olas de hasta 10 metros de altura afectarán Tokio y otras ciudades a los largo de la costa sureste. A medida que las olas ingresan a las metrópolis, se producirán inundaciones de al menos 30 centímetros de profundidad, por lo que se crearán condiciones para la propagación de distintas enfermedades.
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La historia se repite
Japón está particularmente expuesto a terremotos y tsunamis mortales ya que se sitúa encima de múltiples placas tectónicas. Particularmente, se ubica dentro de un cinturón de actividad sísmica conocido como el Anillo de Fuego del Pacifico, en el este asiatico. Esta región es la fuente de aproximadamente el 80 por ciento de los grandes terremotos del mundo debido al movimiento de las placas tectónicas.
En 2011, un terremoto de magnitud nueve sacudió a unas 81 millas de la costa debajo del Pacifico Norte frente a la costa de Honshu, la isla principal de Japón. El fenómeno natural produjo grandes olas que devastaron la región de Tohoku, en la isla de Honshu. Como consecuencia, la catástrofe natural mató a 15.500 personas, más de 120.000 mil viviendas resultaron destruidas y devastación ambiental.
Además, las inundaciones provocaron la fusión de tres reactores nucleares en la central de Fukushima. Así, se liberaron residuos tóxicos al medio ambiente, lo que obligó a miles de personas a huir de sus hogares. Este importante accidente nuclear fue calificado de nivel 7 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos, debido a las elevadas emisiones radioactivas.

Como se prepara Japón para el "Big One"
Frente a la experiencia vivida en la década anterior, Japón es uno de los países más preparados del mundo para enfrentar terremotos y tsunamis. El país nippon presenta construcciones antisísmicas avanzadas y cuenta con sistemas de alerta temprana que envían notificaciones automáticas a los medios de comunicación y aparatos tecnológicos.
Además, Japón cuenta con refugios y provisiones de emergencia, ubicados en distintos puntos del país para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Por último, los simulacros son regulares y preparan a la población para actuar rápidamente ante situaciones similares a las del 2011.