El enfrentamiento entre Israel y la organización islamista Hamas se trasladó también al terreno de lo psicológico. En un comunicado difundido ayer por la noche, las Fuerzas Armadas israelíes recomendaron a la población palestina del norte de la Franja de Gaza que evacúe sus hogares “por su propia seguridad”. Del otro lado, Hamas pide a los ciudadanos que hagan oídos sordos a las advertencias del gobierno de Benjamin Netanyahu. La amenaza de una inminente invasión terrestre a Gaza busca restarle apoyo civil a la agrupación que controla la Franja, y que sigue lanzando desde allí diariamente sus misiles contra el territorio israelí.
Pero los contendientes no se quedan sólo en las palabras. Según los reportes de las agencias internacionales de prensa, al menos 45 palestinos –entre ellos, mujeres y niños– murieron ayer bajo el fuego aéreo de las tropas israelíes en Gaza. Por su parte, Hamas volvió a disparar cohetes contra Tel Aviv y otras ciudades israelíes, aunque esos ataques no dejaron víctimas mortales. Los muertos por el conflicto ya ascienden a 150 –la mayoría de ellos, palestinos– y hay más de mil heridos.
La batalla psicológica también involucra los relatos opuestos de ambas partes sobre algunos episodios de guerra cotidianos. Ayer, las autoridades palestinas denunciaron que Israel bombardeó una mezquita repleta de civiles, pero el gobierno israelí argumentó que el centro religioso era utilizado por Hamas como un escondite para armamento. El asedio de la Fuerza Aérea israelí también destruyó un hospicio para discapacitados en Gaza, con un saldo de dos víctimas fatales.
Hamas cuenta con el apoyo mayoritario de la población de la Franja y de hecho controla los resortes estatales. La amenaza de Netanyahu de una invasión terrestre, que evoca los peores fantasmas de la operación Plomo Fundido de 2008, busca precisamente hacer mella en ese respaldo civil al grupo islamista, que en parte se explica por sus efectivas redes de clientelismo. No obstante, la posibilidad de una incursión por tierra no es remota sino concreta y tangible: el premier israelí ordenó el despliegue de 40 mil reservistas en la frontera que están listos para responder en forma instantánea a una eventual orden de ataque.
Las Fuerzas Armadas de Israel afirman que los bombardeos sobre Gaza ya alcanzaron más de 1.100 blancos certeros, como lanzacohetes, centros de mando y depósitos de armamento. Netanyahu también aseguró que los ataques eliminaron a “decenas de terroristas”. Sin embargo, hasta ahora no se supo de ningún jerarca de Hamas muerto. Por su parte, los milicianos palestinos lanzaron casi 700 misiles y morteros contra territorio israelí. Pero el “Domo de Hierro”, un sistema de defensa antiaérea financiado por los Estados Unidos, permitió interceptar 140 cohetes e impidió la muerte de ciudadanos israelíes.
Alarma entre las potencias
El grupo de las potencias mundiales 5+1 (Estados Unidos, China, Francia, Alemania, Reino Unido y Rusia) comenzará a discutir hoy una propuesta para un cese del fuego entre Israel y Palestina, según anunció ayer el ministro de Exteriores británico, William Hague. La reunión de emergencia tendrá lugar en Viena, donde también se celebrará un encuentro para tratar el plan nuclear iraní.
“Necesitamos una acción internacional urgente y concertada para obtener un cese del fuego como en 2012”, indicó Hague en un comunicado. La iniciativa se suma a un pedido de las Naciones Unidas a las autoridades israelíes y palestinas para que detengan los ataques. Sin embargo, el premier de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió recientemente que “ninguna presión internacional” lo desviará de su voluntad de “combatir al terrorismo” de Hamas.