Israel amplió su ofensiva terrestre en el sur de Gaza como parte de su estrategia militar que siguió al incumplimiento de la frágil tregua con Hamas. En medio de fuertes protestas, represión policial y una maniobra política del primer ministro Benjamin Netanyahu cuestionada por medios locales, tropas israelíes la reanudaron las operaciones militares en el enclave palestino donde la población desplazada había intentado reinstalarse en los últimos dos meses.
Desde el martes, Israel había reanudado sus bombardeos masivos sobre Gaza tras anunciar que no cumpliría con la fase dos del acuerdo negociado en enero, después de haber cortado el suministro eléctrico y la entrada de ayuda humanitaria al territorio palestino. En apenas tres días, 700 personas fueron asesinadas según cifras respaldadas por la ONU, en su mayoría niños, cuyas imágenes recorrieron las redes sociales en medio de un fuerte blindaje mediático.
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Al día siguiente, Israel inició nuevas operaciones terrestres para presionar al grupo Hamas con el objetivo de obtener la liberación de los últimos rehenes israelíes, de los que se estima que hay 24 vivos, desentendiéndose del acuerdo firmado. La respuesta del grupo islamista, que lanzó cohetes hacia Israel en un intento de represalia, endureció aún más la postura de Tel Aviv, que ordenó el avance sobre Rafah, en la frontera con Egipto, este jueves 20 de marzo.
En tanto, la escalada bélica en Israel y los territorios palestinos ocupados encendió la furia en las calles de las principales ciudades israelíes, donde se desataron protestas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en rechazo al accionar del gobierno. Ocurrió además en medio de fuertes presiones dentro del gobierno encabezado por Netanyahu pero sostenida por sus aliados de extrema derecha. Entre ellos el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, quien regresó después de haberse retirado del gabinete en rechazo al acuerdo del cese al fuego, lo que había desestabilizado la coalición.
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El número de muertos palestinos alcanzó los 591 desde que Israel reanudó sus ataques el martes, los fallecidos se contaron al menos 200 niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, cifras que la ONU considera confiables. Además, más de 1.042 personas resultaron heridas, y el número de víctimas no dejaba de aumentar conforme avanzaban los ataques.
De las 591 personas muertas, al menos 110 perecieron en las primeras horas del jueves, un número creció al menos en un centenar desde la operación en Rafah. La cifra aumentaba cada hora mientras el conflicto se intensificaba, dejando tras de sí una estela de destrucción y desesperación.
Además de los bombardeos, periodistas presentes en Gaza reportaron que parte de la ofensiva de tropas israelíes incluyó además el reparto de volantes intimidantes a la población civil de Gaza, haciendo referencia a un extracto del Corán con la imagen de Netanyahu y su aliado, el presidente estadounidense Donald Trump.

"Al honorable pueblo de Gaza, Tras los acontecimientos ocurridos, el alto el fuego temporal y ante la implementación del plan forzoso de Trump, que les impondrá el desplazamiento forzado, les guste o no, hemos decidido hacer un último llamamiento a quienes deseen recibir ayuda a cambio de cooperar con nosotros. No dudaremos ni un instante en ayudar", rezaba el volante en árabe, según el periodista de investigación Motasem A Dalloul, citado por el periodista especializado en Medio Oriente, Ezequiel Kopel.
"Reconsideren sus decisiones, pues el mapa mundial no cambiará si desaparece toda la población de Gaza. Nadie los compadecerá ni preguntará por ustedes. Ni a EEUU ni a Europa les importa Gaza. Ni siquiera a los países árabes. Son nuestros aliados. Nos proporcionan dinero, petróleo y armas”. El juego está casi terminado y sólo queda un poco. Quien quiera salvarse antes de que sea demasiado tarde, estamos aquí para quedarnos hasta el Día del Juicio Final", continuó.
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La respuesta de Hamas
La escalada de violencia comenzó luego de que, tras casi dos meses de relativa calma, Israel decidiera romper la tregua y reanudar sus ataques aéreos y terrestres. Hamas, el grupo islamista que controla Gaza de facto y desató la guerra el 7 de octubre de 2023, había denunciado el reiterado incumplimiento de Israel del alto al fuego previo al quiebre.
A partir de los ataques unilaterales de Israel contra la población de Gaza, el miércoles respondió a los bombardeos disparando cohetes hacia el territorio israelí, incluidos varios proyectiles que alcanzaron Tel Aviv. En ese momento, el ejército israelí informó que había interceptado algunos de los cohetes lanzados desde Gaza, mientras que otros cayeron en zonas despobladas, sin causar víctimas.
Al mismo tiempo, el ejército israelí llevó a cabo operaciones terrestres en el área de Shabura, en Rafah, al sur de Gaza, apuntando a lo que consideraban áreas clave para frenar el avance de Hamas y garantizar la liberación de los rehenes que aún se encuentran en poder del grupo. Parte de su accionar recayó en oficinas de la ONU. Además de este ataque, las tropas israelíes también avanzaron en el centro y el norte de la devastada Franja de Gaza.
La crisis humanitaria en Gaza
Mientras la ONU situación humanitaria en Gaza a medida que los bombardeos israelíes continuaban. Según informes de agencias de la ONU y de organizaciones humanitarias en la región, el acceso a alimentos, medicinas y suministros básicos estaba casi completamente bloqueado. Con el aumento de los ataques y la destrucción de infraestructuras clave, los civiles palestinos se encontraron atrapados en un entorno cada vez más hostil, sin posibilidades de escapar del conflicto ni de recibir ayuda humanitaria.
En ese contexto, miles de palestinos intentaban huir del norte de Gaza, la zona más afectada por los bombardeos, y se desplazaban hacia el sur del territorio. Sin embargo, las rutas de escape estaban bloqueadas por las fuerzas israelíes, que habían cerrado varios cruces fronterizos clave. Como consecuencia, miles de personas se quedaron atrapadas en las zonas de combate, mientras que la capacidad de los hospitales y centros de atención médica que siguen de pie no dan a basto.
El jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, condenó fuertemente los ataques israelíes y advirtió sobre las condiciones inhumanas que enfrentaban los habitantes de Gaza, muchos de los cuales ya vivían en condiciones precarias debido al bloqueo económico impuesto por Israel y Egipto desde hace años. "Lo que estamos viendo en Gaza es un desencadenamiento sin fin de pruebas inhumanas para la población civil", declaró Lazzarini, quien también enfatizó la urgente necesidad de un alto al fuego para evitar más sufrimiento innecesario.
Mientras en la sede de la ONU diplomáticos discuten Medio Oriente, al menos 280 los empleados de la ONU muertos en Gaza desde el 7 de octubre de 2023. El último fue un empleado búlgaro que murió el miércoles por una explosión que Hamas atribuyó a un ataque israelí.
Protestas contra Netanyahu e inestabilidad política en Israel
Mientras la violencia se intensificaba en Gaza, dentro de Israel se desataron fuertes protestas contra el gobierno de Benjamin Netanyahu. Miles de manifestantes se concentraron en Jerusalén para expresar su descontento por la reanudación de los ataques aéreos y por la decisión de Netanyahu de destituir a Ronen Bar, el jefe del servicio de inteligencia Shin Bet, un hecho que desencadenó una crisis política interna. Los manifestantes, que llegaron a las puertas del parlamento israelí, acusaron a Netanyahu de no solo ser responsable de la muerte de civiles palestinos, sino también de amenazar la democracia en Israel.

Durante las protestas, los manifestantes corearon consignas como "La sangre está en tus manos" y "Eres el responsable de lo que está pasando", según el reporte de AFP. Las manifestaciones fueron organizadas principalmente por grupos de oposición que se oponían a las políticas de Netanyahu, pero también hubo una fuerte participación de familiares de los rehenes israelíes secuestrados por Hamas durante el ataque de octubre de 2023, lo que les dio un tono aún más personal y urgente.
Entre los manifestantes, un grupo de familiares de los rehenes secuestrados en Gaza se unió a la protesta para exigir que Netanyahu cesara las operaciones militares y trabajara por la liberación de los cautivos. Algunos de estos manifestantes llevaban pancartas con lemas como "Somos todos rehenes", mientras que otros instaban a la comunidad internacional a presionar por una resolución pacífica del conflicto. Estos familiares expresaron su temor de que las operaciones militares en Gaza pusieran en peligro las vidas de sus seres queridos, que seguían siendo retenidos por Hamas.
El estancamiento de las negociaciones de paz
Las negociaciones de paz, que se habían reanudado bajo la mediación de Estados Unidos, Catar y Egipto, se encontraban estancadas desde principios de marzo. La primera fase de la tregua, que se había iniciado en enero, había terminado sin un acuerdo final, y las negociaciones no lograron avanzar hacia una resolución más duradera.
Hamas había solicitado un alto al fuego permanente, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y la reapertura de los pasos fronterizos para la ayuda humanitaria. Por su parte, Israel insistió en que las negociaciones se prolongaran hasta mediados de abril, con la condición de que Hamas desmilitarizara Gaza y renunciara a su control sobre la franja. Mientras tanto, Israel bloqueaba la entrada de ayuda humanitaria, cortaba el suministro de electricidad y continuaba con sus ataques, bajo la justificación de que solo cesaría las operaciones si Hamas cumplía con sus demandas.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, respaldó públicamente la reanudación de los ataques israelíes, lo que generó más críticas desde países árabes, Europa y organizaciones de derechos humanos. Mientras tanto, el número de muertos palestinos seguía aumentando sin cesar, lo que generaba una creciente indignación en la comunidad internacional.
La guerra, que se había iniciado en octubre de 2023 con el ataque de Hamas a Israel, ya había causado más de 49.000 muertes en Gaza, según las autoridades locales. Las cifras seguían siendo inciertas debido a la dificultad para acceder a la región y a la falta de información confiable debido a la magnitud de la destrucción. Mientras tanto, las autoridades israelíes confirmaron que de los 251 rehenes israelíes secuestrados por Hamas, 58 seguían en Gaza, y 34 de ellos habían sido confirmados muertos por el ejército israelí.
CD / Gi