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rivales que coinciden

Irán pide una respuesta islámica colectiva, Rihad se preocupa por un conflicto que incendie la región

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De acuerdo. Khamenei y Bin Salmán, preocupados con la situación. | afp

El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Khamenei, emplazó a todos los países musulmanes a cortar toda relación económica con Israel como “lo mínimo” que pueden hacer en respuesta a los ataques israelíes en Gaza, Cisjordania y Líbano, mientras Arabia Saudita descartó toda posibilidad de normalizar relaciones con el Estado judío si antes no nace uno palestino.

“Cuando el régimen sionista no pudo golpear a los combatientes en Palestina, desató su furia ciega y maligna sobre niños y pacientes de hospitales”, denunció antes de plantear el boicot económico a Israel. “Hay que hacerlo”, afirmó, según recogen los medios oficiales iraníes.

Para Khamenei, “si la comunidad islámica utiliza su fuerza interior, el régimen sionista será extirpado del corazón de la comunidad islámica”, ha afirmado, al tiempo que ha recordado una de las principales lecciones que enseñó el profeta Mahoma a los musulmanes, que es la formación de la comunidad islámica.

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“El mundo islámico necesita hoy esta lección” para enfrentar los “bárbaros crímenes” israelíes en la Franja de Gaza, Cisjordania y Líbano y “eliminar al régimen sionista” y la “influencia e injerencia de Estados Unidos” en la región, argumentó.

Khamenei realizó estas declaraciones en un acto convocado con motivo de la 38ª Conferencia de la Unidad Islámica en la Mezquita Imán Khomeini de Teherán al que han asistido los embajadores de los países musulmanes con representación en Teherán.

Así, recordó que hay unos 2 mil millones de musulmanes en todo el mundo, pero ha advertido que sería erróneo llamarlos “ummah” o “comunidad”, porque “una comunidad es un grupo que se mueve en armonía y con motivos hacia un objetivo común, mientras que los musulmanes hoy en día no lo hacen”.

Esta división entre los musulmanes “solo sirve para dar poder a los enemigos del islam y fomentar la dependencia de algunos países musulmanes con respecto a Estados Unidos”. En respuesta, defendió que los musulmanes conformen una “entidad unificada” que tendría más poder que todas las potencias mundiales.

Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, se comprometió en un mensaje a Hezbollah a “ser la voz” del “los heroicos pueblos de Palestina y Líbano” durante su intervención ante la sesión anual de la Asamblea General de la ONU. “Considero que mi deber islámico y humano es ser la voz de los heroicos pueblos de Palestina y Líbano contra el agresor y criminal régimen sionista”, planteó.

Príncipe. Por su parte, un año después de haberse mostrado abierta a un acercamiento con Israel, Arabia Saudita dio marcha atrás y endureció su posición para intentar impulsar un alto el fuego en Gaza e impedir una guerra regional. El príncipe heredero y gobernante de facto del reino, Mohamed bin Salmán, afirmó el miércoles que su país no establecerá relaciones diplomáticas con Israel sin la previa “creación de un Estado palestino”, al tiempo que condenó los “crímenes” de las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza, asediada y bombardeada desde hace casi un año.

En 2023, la monarquía islámica negociaba con Estados Unidos un acuerdo que incluía la normalización con Israel, pero suspendió las conversaciones tras el estallido de la guerra en el territorio palestino por los ataques terroristas de Hamas del 7 de octubre.

“La violencia de la guerra y las atrocidades cometidas contra los palestinos acabaron con la posibilidad de que la normalización fuera aceptada por la opinión pública saudita”, consideró Rabha Saif Allam, investigador del Centro de Estudios Estratégicos de El Cairo.

Las declaraciones de Bin Salmán se producen tras las mortíferas explosiones de bíperes y walkie-talkies usados por el grupo islamista Hezbollah en Líbano, un ataque atribuido a Israel que aumenta el riesgo de una nueva guerra en su frontera norte. Para Allam, una “extensión del conflicto podría afectar a los proyectos de desarrollo” y a la capacidad del reino petrolero para atraer inversiones, mientras está llevando a cabo un vasto programa de reformas para transformar su economía.

“En el fuego cruzado”. Mientras las negociaciones para una tregua –mediadas por Estados Unidos, Catar y Egipto– parecen bloqueadas, Bin Salmán “intenta subir la presión sobre Israel y Estados Unidos para lograr un alto el fuego”, explicó Anna Jacobs, analista en el International Crisis Group.

Asimismo, pretende “evitar una guerra regional más amplia que enfrentaría a Estados Unidos e Israel, por un lado, y a Irán y sus aliados, por otro”, agregó.

A su juicio, dicho escenario sería “terrible para Riad y todos los Estados del Golfo, que corren el riesgo de quedar atrapados en el fuego cruzado”.

La monarquía saudita, que alberga dos de los lugares más sagrados del islam, nunca reconoció a Israel y tampoco se sumó a los Acuerdos de Abraham, negociados por Washington en 2020, por los que Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos establecieron lazos formales con Tel Aviv.

En septiembre de 2023, el príncipe heredero dijo estar “cada día más cerca” de un pacto, que debía también reforzar la colaboración en materia de seguridad entre Washington y Riad, al tiempo que subrayó “la importancia de la causa palestina” para el reino.

Pero se topó con “la intransigencia de Israel, que rechaza categóricamente la existencia de un Estado palestino”, sentenció Allam. Para Jacobs, la verdadera cuestión es saber si las declaraciones cada vez más “musculosas” de Riad “irán seguidas de hechos, en particular en lo que respecta a sus relaciones con Washington, el mayor aliado de Israel”.