La disputa entre China y Estados Unidos está lejos de limitarse al terreno comercial. Días después de los anuncios del Liberation Day, el gobierno de Xi Jinping no solo respondió con una réplica arancelaria del 34% a productos estadounidenses sino que lanzó una fuerte advertencia por una maniobra militar que podría alterar la competencia geopolítica en la región del Indo Pacífico.
En un comunicado, la cancillería china condenó la injerencia militar estadounidense ante la posibilidad de una venta de aviones caza F-16 a Filipinas, una medida estratégica que implicaría mayor presencia militar en la zona de influencia china. A esta jugada se sumó la visita de un alto funcionario de inteligencia de Taiwán a Washington este lunes, considerada una la "línea roja" por Beijing, siendo dos aspectos que pasaron desapercibidos en medio de la conmoción económica mundial que siguió al garrote antiglobalista de Donald Trump.
China acusó de EEUU de convertir a Asia "en un polvorín"
"¿Quién está convirtiendo a Asia en un polvorín?", se preguntó Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en conferencia de prensa. El vocero del canciller Wang Yi hizo alusión a la posibilidad de que Estados Unidos le venda aviones supersónicos F-16 a Filipinas, un histórico aliado en la zona de influencia china. Un escenario que rememora el caso de Argentina, que evaluó durante años si optar por los caza estadounidense o su versión sino-pakistaní, los JF Thunder, a sabiendas de que la decisión tendría un impacto geopolítico, una decisión que finalmente selló el presidente Javier Milei en función del alineamiento con Washington.
En tanto, la operación implicaría no solo un contrato bilateral a largo plazo —para repuestos, adquisición de sistemas de armamento y servicios derivados de la operación—, sino también una mayor presencia militar estadounidense en la región, donde no solo tiene tres portaaviones operando (el USS Nimitz, el USS Theodore Roosevelt y el USS George Washington) sino que tiene cientos de miles de tropas desplegadas en Japón, Corea del Sur, Guam, Singapur y Tailandia.

Más allá de la avanzada estadounidense, a China no le es ajena la actual "era de rearme" global, en palabras de la jefa de la Unión Europea Ursula von der Leyen. En este contexto, y ante la posibilidad de que más países quieran acceder al botón nuclear tras la retirada del paraguas de seguridad estadounidense (en palabras del director del OIEA, Rafael Grossi), el gigante asiático no solo anunció un incremento superior al 7 % de su PBI destinado a defensa, sino que también invirtió recientemente en el misil balístico aéreo KD-21, según el reporte del medio especializado The War Zone.
Como parte de la escalada militar en el Mar de China Meridional, figura la tensión bilateral por un supuesto caso de espionaje de ciudadanos filipinos investigados en China, pero también las fricciones en el estrecho de Taiwán en torno a la disputa por el estatus jurídico de la isla. En ese sentido, el gobierno de Xi Jinping volvió a protestar por la visita de Joseph Wu, el máximo asesor de seguridad nacional de las autoridades de la isla, a Washington este lunes.
"Le exigimos (a Estados Unidos) que cese cualquier interacción oficial con la región china de Taiwán, que deje de inmiscuirse en la cuestión de Taiwán y que deje de generar factores que exacerben las tensiones en el estrecho de Taiwán", indicó el portavoz de la cancillería. "Los intentos de las autoridades de Lai Ching-te de solicitar el apoyo de Estados Unidos para la 'independencia de Taiwán' serán infructuosos", sentenció.
En un escenario donde la diplomacia parece tensarse a niveles inéditos, existen otros factores —como el militar— que, en un contexto de guerra "comercial" —entendida como la continuación de la política por otros medios (Carl von Clausewitz)—, podrían encender la chispa entre las dos superpotencias, que todavía mantienen una línea directa de comunicación.
La "seguridad nacional" como justificación del proteccionismo
Con el pretexto de la "seguridad nacional", el pasado 2 de abril Estados Unidos apostó por un "proteccionismo económico" en detrimento del multilateralismo. Esta es la justificación que dio Beijing, según las declaraciones de la cancillería china, cuando anunció que replicaría los aranceles en un 34% a partir del 10 de abril.

Desde entonces, China se opuso "firmemente" a las "medidas unilaterales de intimidación" de Trump, Habló de "abuso arancelario" y dijo que se trató de "una típica acción de unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica" por parte de la primera potencia mundial en detrimento de los "derechos e intereses legítimos de los países". Además, anticipó una demanda en la OMC.
"Las guerras comerciales y arancelarias no tienen ganadores, y el proteccionismo no conducirá a ninguna parte. Estados Unidos necesita corregir sus errores y resolver las disputas comerciales con otros países, incluida China, mediante consultas con igualdad, respeto y beneficio mutuo", indicó Beijing el viernes.
Con la fecha límite del 10 de abril en el horizonte, China parece no estar interesada en negociar bajo presión. "Instamos a Estados Unidos a corregir sus errores", resaltó el vocero del canciller chino, sugiriendo que Beijing podría salir aireado de la "guerra comercial" a través de alianzas con otros bloques para contrarrestar el avance arancelario estadounidense.

En este tablero, cada movimiento tiene múltiples lecturas. Como corolario, hace una semana China anunció que investigarán los términos de la venta de dos puertos del Canal de Panamá que involucran al conglomerado chino CK Hutchison y el gigante financiero estadounidense BlackRock, por 19.000 millones de dólares. El acuerdo fue presentado como un “triunfo económico” por parte del expresidente Donald Trump, pero en China la noticia despertó preocupación estratégica, en un momento donde el control de rutas logísticas y comerciales escaló a otro nivel.
"La gran mayoría de los países del mundo que defienden la equidad y la justicia optarán por posicionarse del lado correcto de la historia, tomar decisiones que beneficien sus propios intereses y oponerse conjuntamente a toda forma de unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica. China también está dispuesta a trabajar con todas las partes para defender el verdadero multilateralismo, salvaguardar conjuntamente el sistema multilateral de comercio, con la Organización Mundial del Comercio como eje central, y defender la equidad y la justicia internacionales", cerró la cancillería china en su comuncado.
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