La líder de la oposición en Venezuela, María Corina Machado, salió de la clandestinidad para encabezar este jueves una protesta contra la investidura del presidente Nicolás Maduro en el barrio comercial de Chacao en Caracas. Su última aparición pública fue el 28 de agosto.
"Hoy toda a Venezuela salió a la calle", celebró Machado ante miles de seguidores, con quienes antes cantó el himno nacional. "¡No tenemos miedo!", repitió, siguiendo el coro de los manifestantes. En esos instantes, publicó una foto en X con el mensaje "Esto se acabó, Venezuela será libre".
"Aquí estoy, con los venezolanos. Gloria al bravo pueblo", manifestó Machado en otra publicación en sus redes sociales donde adjuntó un vídeo de su aparición en la manifestación en Chacao, uno de los municipios del área metropolitana caraqueña, junto al opositor Juan Pablo Guanipa, quien ha llamado a "vencer el miedo".
Videos en redes sociales muestran a Machado subida a lo alto de un coche y rodeada de decenas de simpatizantes. "Lo dijimos, hoy nos encontrábamos en todas las calles de Venezuela y en el mundo. Yo estoy aquí, contigo, y hasta el final", agregó Machado, sobre quien pesa una orden de arresto de las autoridades venezolanas.
El chavismo convocó igualmente a una marcha paralela para apoyar a Maduro, que el viernes asumirá su cuestionado tercer período consecutivo de seis años, en medio de una nueva ola de detenciones de opositores y dirigentes de la sociedad civil que desató la condena internacional.
La oposición acusa a Maduro de "robar" las elecciones del 28 de julio y reivindica la victoria de Edmundo González Urrutia, ya en República Dominicana para la última escala de una gira con destino incierto: quiere volar a su país para asumir el poder pero el plan luce improbable.
Machado había sido elegida como candidata opositora para las elecciones, pero fue inhabilitada por la Justicia venezolana antes de los comicios y reemplazada por González. Poco después de las elecciones afirmó estar "en clandestinidad" y dijo temer por su vida y la de sus compatriotas.
La oposición sostiene que fue la candidatura de González la que se impuso en las elecciones presidenciales de julio, después de que el chavismo diese por vencedor al actual mandatario venezolano, Nicolás Maduro, sin presentar las actas que acreditarían este supuesto triunfo.
Venezolanos salieron a las calles en la previa de la toma de posesión de Maduro
Las calles de Caracas amanecieron tomadas por efectivos de seguridad fuertemente armados y a media mañana lucían desiertas. El gobierno, que suele denunciar planes para derrocar a Maduro desde Estados Unidos y Colombia, anunció la captura de dos estadounidenses -"un alto funcionario del FBI" y "un alto funcionario militar"- a los que vinculó con un golpe de Estado, que Washington niega.
La convocatoria opositora fue aumentando con el pasar de las horas pero es escasa en comparación a los masivos actos de campaña: hay miedo, instaurado en julio, después de la brutal represión a las manifestaciones que estallaron tras la proclamación del gobernante izquierdista, con saldo de 28 muertos, casi 200 heridos y más de 2.400 detenidos.
Decenas de policías y efectivos de inteligencia fueron desplegados en puntos de concentración de la oposición, donde el chavismo además instaló pomposas tarimas con música a todo volumen.
Marchas opositoras y chavistas se replicaron en otras ciudades del país, como Ciudad Guayana, en el minero estado Bolívar (sur), y San Cristóbal, estado Táchira, fronterizo con Colombia.
El acto de investidura presidencial está previsto para el viernes al mediodía en el Parlamento, que el chavismo controla. González Urrutia, que se asiló en España el 8 de septiembre tras una orden de captura en su contra, ha dicho que quiere volver a Venezuela para asumir el poder.
Cumple una gira que lo llevó a Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Panamá y República Dominicana, donde el presidente Luis Abinader le mostró su apoyo firme.
González Urrutia no precisó sus próximos pasos, si intentará viajar a Caracas junto a un grupo de expresidentes de latinoamérica. "Nos veremos todos muy pronto en Caracas en libertad", prometió en el acto en Santo Domingo junto a Abinader.
Las autoridades venezolanas -que ofrecen 100.000 dólares por su captura- ya advirtieron que si llega al país "será detenido inmediatamente" y sus acompañantes internacionales tratados como "invasores".
ds