INTERNACIONAL
tras sofocar la rebelion

Erdogan comenzó la ‘cacería de brujas’ contra los golpistas

Casi tres mil soldados fueron arrestados y 2.745 jueces desplazados de sus cargos. Turquía pidió la extradición de un clérigo que estaría implicado.

Festejos. Miles de personas salieron a las calles en Estambul y Ankara para frenar el golpe de Estado contra el gobierno de Erdogan. Tras varias horas de combates, los militares rebeldes depusieron la
| AP Y AFP
Agencias
Tras el fracaso del golpe de Estado protagonizado por un sector de las Fuerzas Armadas, el presidente Recep Tayyip Erdogan retomó ayer el poder y comenzó la caza de brujas contra los supuestos responsables de la rebelión. Las autoridades detuvieron a cerca de 2.836 soldados –entre ellos los generales Erdal Ozturk, Adem Huduti y Avni Angun–, desplazaron a 2.745 jueces -aliados del clérigo Fethullah Güllen- y arrestaron a un magistrado de la Corte Constitucional, Alparslan Altan, por razones que aún no fueron precisadas. Los enfrentamientos en las calles de Ankara y Estambul dejaron 265 muertos y 1400 heridos.
La contraofensiva del oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) apuntó a incrementar su control de las principales instituciones del país y despertó el recelo de las potencias occidentales. Estados Unidos y Alemania pidieron que se “respete el Estado de derecho” en las investigaciones sobre el golpe de Estado.
En tanto, Erdogan exigió a Washington la extradición de Fethullah Gülen, el clérigo musulmán al que responsabiliza por los incidentes del viernes. No obstante, Kerry advirtió que Ankara deberá presentar pruebas de las presuntas irregularidades cometidas por Gulen, ex aliado de Erdogan, quien se autoexilió en Pennsylvania tras romper con el Ejecutivo turco.
Además, el gobierno pidió ayer a las autoridades griegas la extradición de ocho golpistas que huyeron a Grecia tras el fracaso del golpe de Estado. “Hemos solicitado a Grecia la extradición de esos ocho traidores lo antes posible”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores Mevlut Cavusoglu al canal de televisión HaberTurk.
El primer ministro Binali Yildirim aseguró que el 15 de julio será recordado como un día festivo para la democracia, tras el sofocamiento del alzamiento. Consultado sobre si el gobierno reinstalará la pena de muerte para castigar a los militares acusados de rebelión, esquivó la pregunta: “Como saben, la sentencia capital fue removida de nuestro sistema legal. Discutiremos con los otros partidos políticos qué medidas debemos tomar para prevenir futuros intentos de golpe”.
Erdogan, por su parte, afirmó que los responsables “pagarán un alto precio por su traición a Turquía”. El mandatario se encontraba de vacaciones en la costa cuando los tanques tomaron las calles de Ankara y Estambul, pero voló de vuelta a Estambul en la madrugada del sábado.
El caos coronó un período de agitación política en Turquía. Las voces críticas culpan al gobierno por querer perpetuarse en el poder.