Un periodista estadounidense reveló esta semana que la Casa Blanca lo incluyó "accidentalmente" en un grupo de una app de mensajería donde recibió "mensajes de texto con sus planes de guerra" en Yemen previos al ataque del 15 de marzo, lo que provocó una indignación bipartidista ante la polémica filtración de información.
The Atlantic reveló que altos funcionarios de la administración de Donald Trump compartieron, de forma accidental, planes militares altamente sensibles mediante la aplicación de chat grupal Signal, donde, por error, habían incluido a un periodista.
El presidente estadounidense declaró ante la prensa que él desconocía lo sucedido: "No sé nada al respecto. No soy muy fan de The Atlantic", dijo Donald Trump. Un funcionario de la Casa Blanca confirmó que se llevará a cabo una investigación al respecto y que Trump fue informado sobre la misma.
El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, fue uno de los primeros en criticar lo ocurrido y lo calificó como "una de las violaciones de inteligencia militar más sorprendentes en mucho, mucho tiempo" y llamó a los republicanos a pedir una "investigación completa sobre cómo sucedió, el daño que creó y cómo se puede evitar a futuro".
"Todos y cada uno de los funcionarios del gobierno en esta cadena de mensajes han cometido un delito, aunque sea accidentalmente", reclamó al respecto el senador de Delaware Chris Coons a través de su cuenta de X y agregó: "No podemos confiar en nadie en esta peligrosa administración para mantener a los estadounidenses a salvo".
El representante neoyorquino Pat Ryan se refirió al episodio como "Fubar" (un acrónimo que hace referencia a "jodido más allá de todo reconocimiento") y advirtió sobre lanzar su propia investigación en el Congreso de forma inmediata en caso de que los republicanos de la Cámara no accionen sobre el tema.
"Nos han hecho parecer débiles ante nuestros adversarios", reprochó el congresista de California Ro Khanna en diálogo con The Guardian y añadió: "Necesitamos tomar la ciberseguridad mucho más en serio y espero liderar en ese sentido".
El demócrata con mayor rango dentro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Jim Himes, afirmó que quedó "horrorizado" ante la filtración y expresó: "De ser ciertas, estas acciones constituyen una flagrante violación de las leyes y regulaciones existentes para proteger la seguridad nacional, incluyendo la seguridad de los estadounidenses que prestan servicios en situaciones de riesgo".
"Estas personas conocen los riesgos que supone transmitir información clasificada a través de sistemas no clasificados, y también saben que si un funcionario de menor rango bajo su mando hiciera lo que se describe aquí, probablemente perdería su autorización y sería objeto de una investigación penal", amplió.
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Mark Warner, el demócrata de mayor rango dentro del Comité de Inteligencia del Senado, se expresó al respecto en redes sociales y señaló que "esta administración está jugando con la información más clasificada de nuestra nación, y eso hace que todos los estadounidenses estén menos seguros".
El líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, solicitó una "investigación sustancial", sobre lo que calificó como una "inaceptable e irresponsable violación de la seguridad nacional".
El senador republicano John Cornyn se sumó al repudio de los políticos estadounidenses y, en diálogo con la prensa, se refirió al tema como "un error enorme" y sugirió que lo ocurrido podría ser analizado por la Agencia Interinstitucional para determinar cómo se produjo tal falla de seguridad.
Filtración de información desde la Casa Blanca
A través de un informe, The Atlantic explicó que el editor en jefe, Jeffrey Goldberg, fue incluido por accidente en un chat grupal de Signal junto a más de una docena de altos funcionarios del gobierno de Trump, incluyendo al vicepresidente JD Vance, el secretario de estado, Marco Rubio, el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, y el secretario de defensa, Pete Hegseth.
En el informe, el medio expuso un mal manejo de información de seguridad nacional junto a una cadena de mensajes potencialmente ilegal que hablan sobre los ataques aéreos contra rebeldes Houthi en Yemen y habrían sido enviados mediante un chat grupal encriptado con funciones de borrado automático.
La Casa Blanca confirmó la filtración mediante declaraciones del vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes. "Parece ser una cadena de mensajes auténtica, y estamos investigando cómo se añadió un número accidentalmente a la cadena", indicó el funcionario estadounidense a The Guardian.
Si bien desde el Gobierno describieron los mensajes como un ejemplo de la "coordinación de políticas profunda y reflexiva entre altos funcionarios" y sostienen que "el éxito continuo de la operación demuestra que no había amenazas a las tropas ni a la seguridad nacional", la mayoría de los legisladores no lo ven de tal manera y no tardó en desatarse la polémica al respecto.
AS/ff