El funeral del ex jerarca nazi Erich Priebke en la localidad romana de Albano Laziale debió ser suspendido después de que grupos de neonazis provocaran disturbios tras la prohibición de ingresar a la iglesia donde eran velados los restos del ex capitán de las SS.
Giuseppe Pecoraro, prefecto de Roma, impidió el ingreso de los grupos de extrema derecha para evitar que la ceremonia se convirtiera en una reivindicación del horror nazi.
La iglesia de la Hermandad San Pío X fue el lugar elegido para el funeral después de la negativa de las autoridades católicas y públicas de Italia, Alemania y Argentina.
Los restos de Priebke llegaron al lugar escoltados por seis vehículos. A seis días de su muerte, todavía se desconoce cuál será el futuro de los restos del criminal nazi. Ronald S. Lauer, presidente del Congreso Judío Mundial, propuso que el cuerpo sea incinerado y las cenizas desperdigadas en una localidad desconocida.