La oficina de prensa del Vaticano informó este lunes 3 de marzo que el Papa Francisco "durmió bien toda la noche". Además, no presentó fiebre y no requirió ventilación mecánica no invasiva durante las últimas horas, aunque aún continúa con oxigenoterapia de alto flujo.
Más allá del parte médico en primera instancia favorable, el equipo que asiste al Sumo Pontífice dentro del Hospital Gemelli, de Roma, insistió en que su cuadro clínico continúa siendo "complejo" y que se mantiene en un pronóstico "reservado".
Los médicos de la clínica donde el Santo Padre, de 88 años, se encuentra internado desde el 14 de febrero, tras verse afectado por una neumonía bilateral, también señalaron que "no hay consecuencias directas de la crisis aislada de broncoespasmo del viernes pasado, pero el riesgo de criticidad persiste".
Fue este domingo 2 de marzo, algunas horas después del parte médico, cuando el Papa envió un mensaje difundido por el Vaticano y manifestó: "Quisiera darles las gracias por las oraciones, que se elevan al Señor desde el corazón de muchos fieles de muchas partes del mundo".
"Siento todo su afecto y cercanía y, en este momento particular, me siento como 'llevado' y sostenido por todo el Pueblo de Dios. ¡Gracias a todos!", expresó y, haciendo referencia a los conflictos armados que aún rigen en diferentes partes del mundo, remarcó: "Yo también rezo por ustedes. Y rezo sobre todo por la paz".
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"Desde aquí la guerra parece aún más absurda. Rezamos por la atormentada Ucrania, por Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, Kivu", añadió el jefe de la Iglesia Católica en su mensaje.
Haciendo referencia a su situación de salud, el religioso añadió: "Hermanas y hermanos, les mando estos pensamientos todavía desde el hospital, donde como saben estoy desde hace varios días, acompañado por médicos y trabajadores sanitarios, a quienes doy las gracias por la atención con la que me cuidan".
"Siento en el corazón la 'bendición' que se esconde dentro de la fragilidad, porque precisamente en estos momentos aprendemos aún más a confiar en el Señor; al mismo tiempo, doy gracias a Dios porque me da la oportunidad de compartir en el cuerpo y en el espíritu la condición de tantos enfermos y personas que sufren", concluyó.
El estado de salud del Papa Francisco
Francisco, líder de los casi 1.400 millones de católicos del mundo, fue ingresado en el hospital Gemelli de Roma, en Italia, el 14 de febrero con un cuadro de bronquitis, pero pronto se convirtió en neumonía en ambos pulmones. La noticia sobre esta infección, que puede ser potencialmente mortal, generó gran preocupación debido a los antecedentes médicos del papa, a quien le fue extirpado el lóbulo pulmonar derecho en su juventud.
El fin de semana pasado, la Santa Sede informó que se encontraba en condición "crítica" debido a un importante ataque respiratorio, motivo por el que requirió transfusiones de sangre y "oxígeno de alto flujo". A lo largo de la semana se describió una serie de mejoras incrementales, pero luego, el viernes, hubo noticias más alarmantes.
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Francisco "presentó una crisis aislada de broncoespasmo que desembocó en un episodio de vómitos con inhalación y un empeoramiento repentino del cuadro respiratorio", indicaron desde el Vaticano. Asimismo, sus médicos dijeron que tomaría entre 24 y 48 horas ver si esto empeoró su condición o no.
Según Andrea Ungar, profesor de geriatría en la Universidad de Florencia, aparentemente el vómito había entrado en los pulmones del Papa, lo que "agravó la neumonía", informó la AFP. Un problema de este tipo normalmente requiere un refuerzo de antibióticos, ventilación y ejercicios respiratorios, dijo.
También estuvo de acuerdo en que las primeras 24 a 48 horas después de un incidente son cruciales, y agregó que el pontífice probablemente permanecería en el hospital durante mucho tiempo, "al menos 10 días" en el escenario más optimista.
AS/ff