Una de las preguntas que últimamente se plantea con especial intensidad es si el presidente Volodí- mir Zelenski es el líder legítimo de Ucrania. La propaganda rusa difunde activamente los relatos de que Zelenski es un “dictador” y su gobierno es ilegítimo.
Estas manipulaciones, aunque puedan parecer convincentes para quienes no están familiarizados con la realidad de la guerra, no reflejan en absoluto la realidad ucraniana. En Ucrania, los valores democráticos no son solo palabras, sino la base de nuestra lucha por la libertad. Los ucranianos han estado luchando por los valores democráticos durante once años, defendiendo el derecho a la autodeterminación. Desde el momento en que restauramos nuestra independencia, Ucrania ha sido un claro ejemplo de democracia, a diferencia de Rusia, donde el mismo líder ha estado en el poder durante décadas y no hay espacio para procesos democráticos ni para cambios de gobierno. Rusia se ha convertido prácticamente en una autocracia, donde las ideas de libertad y democracia son solo una ilusión.
Vladimir Putin y su círculo han afirmado repetidamente que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, es un líder ilegítimo del Estado. Rusia sostiene que está dispuesta a negociar, pero no con Zelenski. Justificando su postura, Putin mencionó que el mandato del presidente ucraniano es de cinco años, y que, tras la expiración de este período, supuestamente, ya no tiene legitimidad. Una postura bastante interesante de parte del presidente de un país que lleva en el poder ya un cuarto de siglo, ¿verdad?
Sin embargo, no hace mucho, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que Zelenski es un “dictador sin elecciones”. Y aunque esta afirmación pueda sonar convincente para quienes no están familiarizados con la realidad de la guerra, ignora factores legales y de seguridad cruciales que definen absolutamente la situación en Ucrania.
Es necesario subrayar que cualquier “plan” que implique la realización de elecciones en Ucrania como condición para un “acuerdo de paz” es una violación flagrante de la soberanía. Ninguna fuerza externa tiene derecho a imponer decisiones políticas a Ucrania, especialmente en el contexto de una agresión en curso y la ocupación del 20% de su territorio.
Entonces, ¿por qué realmente no se celebran elecciones en Ucrania? Las respuestas a esta pregunta son mucho más complejas de lo que podrían parecer a primera vista.
Según la Constitución de Ucrania, en caso de ley marcial, el mandato del presidente puede prorrogarse para evitar un vacío de poder, lo que es especialmente importante en tiempos de guerra. La ley sobre el Régimen Jurídico de la ley marcial prohíbe la celebración de cualquier tipo de elecciones, y los poderes del presidente y otras autoridades permanecen en vigor hasta el fin de la ley marcial, momento en el que pueden organizarse nuevas elecciones.
La ley marcial puede levantarse cuando de-saparezcan las amenazas previstas por la ley, y el momento de su posible cancelación depende de una serie de circunstancias. En particular, dependen no solo de la retirada de las tropas rusas y el alto el fuego, sino también de las garantías de seguridad y de los resultados de las negociaciones internacionales.
La seguridad de los votantes es el principal factor que imposibilita la realización de elecciones. En toda la línea del frente de Ucrania con Rusia continúan los combates, y en todo el territorio ucraniano los ciudadanos están bajo la constante amenaza de bombardeos, ataques aéreos y otros peligros. Además, los territorios temporalmente ocupados por Rusia se han vuelto desfavorables para el proceso electoral. Más del 20% del territorio de Ucrania está bajo ocupación temporal rusa, lo que imposibilita la organización de las votaciones para millones de ciudadanos.
Además, Ucrania cuenta con más de 600 mil militares en el frente, que luchan a diario por su país. ¿Cómo garantizar su derecho al voto en tales condiciones? Además, más de 4,6 millones de personas se han desplazado internamente debido a la guerra, y 7,5 millones de ucranianos han encontrado refugio en el extranjero. Organizar elecciones para ellos requiere crear una infraestructura especial, lo cual, en el contexto de la guerra, es logísticamente complejo y requiere muchos recursos.
A pesar de los desafíos, los ucranianos siguen apoyando al gobierno y su curso, que asegura la defensa del país y su camino democrático. Las investigaciones sociológicas muestran un alto nivel de apoyo al presidente Zelenski, que se mantiene en un 57%, y también revelan que el 63% de los ucranianos se oponen a la realización de elecciones presidenciales hasta que termine la guerra. Los ucranianos son conscientes de que celebrar elecciones en este momento podría ser peligroso para el país, ya que la prioridad principal es preservar la integridad territorial y luchar contra el agresor externo que quiere destruir el pueblo ucraniano.
En conclusión, la legitimidad del presidente Zelenski no solo se sostiene en el marco constitucional de Ucrania, sino también en el firme apoyo de su pueblo que, a pesar de las adversidades de la guerra, sigue respaldando la defensa de su nación y sus valores democráticos. La falta de elecciones en Ucrania no es una cuestión de autoritarismo, sino una medida necesaria para garantizar la seguridad del país y la soberanía del pueblo ucraniano frente a la agresión externa. En tiempos de guerra, la prioridad es la preservación de la integridad territorial y la lucha por la libertad, por lo que cualquier intento de imponer procesos electorales bajo las actuales circunstancias sería no solo inviable, sino una amenaza directa a la estabilidad y la democracia de Ucrania.
*Analista internacional del Transatlantic Dialogue Center.