Los ministros de Asuntos Exteriores de Francia y Alemania pidieron este viernes una transición pacífica e inclusiva en Siria durante su visita a Damasco, con el fin de mantener conversaciones con el nuevo líder Ahmed al-Sharaa. Durante la llegada de ambos funcionarios, hubo una imagen que llamó la atención: al-Sharaa estrechó la mano del francés Jean-Noel Barrot, pero no de su homóloga alemana Annalena Baerbock.
La particular escena ocurrió cuando el referente sirio recibió a ambos cancilleres y fue registrada por las cámaras. Allí, al-Sharaa saludó al francés pero obvió extenderle la mano a Baerbock, a quien saludó llevándose la mano al corazón.
Tanto Barrot como Baerbock son los diplomáticos occidentales de mayor rango que visitan la capital siria desde que las fuerzas lideradas por los islamistas derrocaron al gobernante Bashar al-Assad el mes pasado.
Baerbock le dijo a Sharaa que la Unión Europea estaba dispuesta a apoyar la transición en Siria, pero advirtió que "Europa no financiará nuevas estructuras islamistas".
"Esto no solo redunda en nuestro propio interés de seguridad, sino también en lo que he escuchado una y otra vez de muchos sirios en Alemania... y aquí en la región", afirmó. También pidió "una transferencia de poder inclusiva y pacífica, reconciliación y reconstrucción".
Y agregó que se debe tener "un diálogo político que involucre a todos los grupos étnicos y religiosos, involucrando por igual a hombres y mujeres".
El 24 de diciembre, cientos de manifestantes salieron a las calles en zonas cristianas de Damasco para protestar por la quema de un árbol de Navidad cerca de la ciudad central de Hama.
Antes, Barrot se había reunido con dirigentes cristianos. Según fuentes diplomáticas que dialogaron con AFP, les había dicho que Francia estaba comprometida con una Siria pluralista con igualdad de derechos para todos, incluidos los grupos minoritarios.
Combates en el norte
Tras conversaciones por separado con representantes de la sociedad civil siria, reprimida durante mucho tiempo, Barrot pidió una "solución política" con las autoridades kurdas respaldadas por Occidente en el noreste de Siria.
"Es necesario llegar a una solución política con los aliados de Francia, los kurdos, para que se integren plenamente en este proceso político que comienza hoy", afirmó.
Las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, un aliado occidental clave contra el grupo yihadista Estado Islámico, han estado bajo renovados ataques de facciones respaldadas por Turquía en el norte de Siria desde fines del año pasado.
En los últimos enfrentamientos en torno a la ciudad de Manbij, en el norte del país, al menos 24 combatientes murieron, dijo el jueves el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un organismo que monitorea la guerra, a pesar de los esfuerzos liderados por Estados Unidos para establecer una tregua en la zona.
Baerbock instó a los vecinos de Siria a "respetar su integridad territorial y soberanía" y dijo que "la seguridad de los kurdos también es esencial para una Siria pacífica".
"Esto requiere el fin de los combates en el norte y la integración de las fuerzas kurdas... en la arquitectura de seguridad siria", dijo.
Barrot habló el jueves con el líder de las SDF, Mazloum Abdi, para discutir "la transición en curso en Siria", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores francés.
Turquía ha montado múltiples operaciones contra las SDF desde 2016, y grupos respaldados por Ankara han capturado varias ciudades controladas por los kurdos en el norte de Siria en las últimas semanas.
Turquía acusa al principal componente de las SDF, las Unidades de Protección Popular (YPG), de estar afiliado al militante Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que tanto Washington como Ankara incluyen en su lista negra como grupo terrorista.
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Los kurdos temen por su autonomía de facto en el noreste; la semana pasada Sharaa dijo al canal de televisión Al Arabiya que las fuerzas lideradas por los kurdos deberían integrarse en el nuevo ejército nacional.
Desde el derrocamiento de Assad, una sucesión de enviados extranjeros han viajado a Damasco para reunirse con los nuevos líderes del país. Francia y Alemania ya habían enviado delegaciones de nivel inferior el mes pasado.
La guerra civil del país, que comenzó en 2011, desatada por la brutal represión del gobierno de Assad a las protestas por la democracia, provocó que Alemania, Francia y muchos otros países cerraran sus misiones diplomáticas en Damasco.
El conflicto mató a más de 500.000 personas, desplazó a millones y dejó a Siria fragmentada, a su gente empobrecida y su infraestructura devastada.
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Antes, los ministros europeos visitaron la famosa prisión de Saydnaya, en las afueras de Damasco, que se convirtió en sinónimo de torturas y ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo bajo el brutal régimen de Assad.
Un grupo de defensa dijo que más de 4.000 prisioneros fueron liberados de la cárcel cuando las fuerzas rebeldes tomaron el control el 8 de diciembre.
Con información de AFP
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