Ucrania reconoció ayer que las tropas rusas avanzan rápidamente en el este del país, al día siguiente de que Moscú lanzara un nuevo misil balístico hipersónico y amenazara a sus aliados occidentales.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó iniciar la producción en serie de este misil de medio alcance (hasta 5.500 kilómetros con capacidad de transportar ojivas nucleares, llamado Oreshnik).
También ordenó seguir realizando “pruebas” con él, “incluso en condiciones de combate”.
Putin confirmó el jueves que, en respuesta a bombardeos ucranianos con misiles occidentales de largo alcance, Rusia había disparado su nuevo artefacto, sin carga nuclear, contra un emplazamiento militar en Dnipró, en el centro-este de Ucrania.
Advirtió además que el conflicto en Ucrania había cobrado un “carácter global”, responsabilizó a las potencias occidentales de la escalada y amenazó a los países que suministran a Kiev armas empleadas para atacar a Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reclamó a sus aliados la entrega de nuevos sistemas de defensa antiaérea.
Estados Unidos autorizó a Ucrania el uso de sus armas para atacar territorio ruso, pese a las continuas advertencias de Moscú, que esgrimió la amenaza nuclear. Kiev reclamaba esta autorización desde hacía tiempo, con el objetivo de atacar las bases desde las cuales Rusia bombardea Ucrania.
Sus aliados, sin embargo, le denegaban el permiso por temor a la reacción de Moscú, que lo presentaba como una línea roja en la guerra, que ya cumplió mil días.
Según medios occidentales, Estados Unidos y Reino Unido dieron finalmente su visto bueno, en respuesta al despliegue de miles de soldados norcoreanos en apoyo a las tropas rusas.
La OTAN y Ucrania mantendrán el martes en Bruselas una reunión para analizar la situación, de la que Kiev espera decisiones “concretas” de sus aliados.
Rusia avanza en el este. Una fuente del Estado Mayor ucraniano reconoció ayer que las tropas rusas avanzan unos “200 a 300 metros al día” cerca de Kurajove, un localidad importante que podría caer pronto en el este del país. El ejército ruso reivindicó el viernes la toma de Novodmitrivka, al norte de Kurajove.
Estos avances se producen en un momento delicado para Kiev, que teme que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero reduzca o detenga la ayuda militar estadounidense, vital para su ejército. Cerca de Pokrovsk, otra ciudad que sirve como un importante centro logístico para las fuerzas ucranianas, la situación es más favorable y “prácticamente no cambió en los últimos dos meses”, según la fuente militar.
Pese a esta situación, el ejército ucraniano, falto de soldados y equipamiento, no tiene intención en este momento de retirarse de la región rusa de Kursk, donde todavía controlan “unos 800 kilómetros”, agregó.
El Parlamento ucraniano canceló ayer su sesión ordinaria de preguntas al Ejecutivo por el creciente riesgo de un ataque ruso con misiles, dijeron varios diputados.
En Dnipró, que tenía unos 970 mil habitantes antes de la guerra, los habitantes seguían conmocionados por el disparo del nuevo misil ruso, pese a estar acostumbrados a los bombardeos. “Siempre tenemos miedo, pero esta vez fue diferente”, explicó Janna, de 49 años, que trabaja en un mercado. Ian Valetov, escritor, contó que escuchó un “fuerte rugido” y una “serie de explosiones”.
Las autoridades ucranianas no reportaron muertos en este ataque y no indicaron cuáles fueron los daños. El bombardeo habría alcanzado una planta que produce componentes de misiles.
Campaña ucraniana “frustrada”. Rusia afirmó ayer que está segura de que Estados Unidos “entendió” el mensaje de Putin con el ataque ruso a Ucrania con un misil capaz de transportar ojivas nucleares. “No tenemos ninguna duda de que la actual administración de Washington ha tenido la oportunidad de familiarizarse con este anuncio y lo entendió”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, un día después del disparo del misil hipersónico contra Dnipró, en el centro-este de Ucrania. “El mensaje principal es que las decisiones y acciones imprudentes de los países occidentales que producen misiles, los suministran a Ucrania y luego participan en ataques en territorio ruso no pueden permanecer sin reacción por parte de Rusia”, explicó Peskov.
Las potencias occidentales calificaron el lanzamiento del misil ruso de peligrosa “escalada” y condenaron la retórica “irresponsable” de Moscú sobre el uso de armas nucleares. China, por su parte, pidió “moderación”.
El ministro ruso de Defensa, Andréi Beloúsov, celebró haber frustrado “casi toda” la campaña militar ucraniana para 2024. Moscú “destruyó las mejores unidades” ucranianas y logró avances, que incluso se “aceleraron” en el terreno, añadió.
Putin confirma producción en masa del Oreshnik
Agencias
Vladimir Putin confirmó ayer que, tras las pruebas llevadas a cabo con el nuevo misil balístico Oreshnik sobre territorio de Ucrania, se ha decidido dar “luz verde” a su producción en serie y posterior distribución entre las Fuerzas de Misiles Estratégicos de las Fuerzas Armadas de Rusia.
“Es necesario establecer una producción en masa”, dijo el presidente ruso durante una reunión en Moscú con los principales dirigentes del Ministerio de Defensa, a los que ha confirmó que “está prácticamente organizado” el sistema de producción de misiles Oreshnik, del que ha ensalzado su “fuerza especial y potencia”.
En la reunión, el comandante de las tropas misilísticas rusas, Sergey Karakayev, aseguró que los misiles Oreshnik “pueden alcanzar objetivos en toda Europa”.
“Este sistema misilístico con bloques hipersónicos puede alcanzar casi cualquier blanco, uno aislado o un área completa, y también aquellos muy protegidos, y todo con una elevada eficiencia. En base a sus prestaciones y su alcance, esta arma puede golpear objetivos en toda Europa, lo que la distingue de las otras armas de largo alcance y alta precisión”, dijo Karakayev.
El Oreshnik es un misil balístico de medio alcance capaz de viajar a una velocidad de hasta tres kilómetros por segundo y contra el que, asegura Putin, Occidente no tiene capacidad de respuesta.
“Como todos ustedes saben, nadie en el mundo tiene tales armas todavía. Sí, tarde o temprano aparecerán en otros países. Sabemos qué desarrollos se están produciendo allí, así que será mañana, o dentro de un año o dos, pero al día de hoy tenemos este sistema y eso es lo importante”, aseveró.
“Ayer (por el jueves) informé al personal de las Fuerzas Armadas, a los ciudadanos de Rusia, a nuestros aliados en todo el mundo, así como a aquellos que intentan chantajearnos por la fuerza, sobre el nuevo sistema ruso de misiles de medio alcance”, recordó Putin, que ha precisado que el Oreshnik goza de “equipo hipersónico no nuclear”.
A pesar de todo, Putin subrayó que “la solución de problemas en el marco de la operación militar especial”, eufemismo con el que Moscú se refiere a la invasión de Ucrania, se resolverá gracias al desempeño de las tropas regulares, la aviación, artillería y marina, y con “el trabajo coordinado de todas las ramas del Ejército”.