El principal encuestador estadounidense Nate Silver publicó este martes su tan esperada predicción final de las elecciones de 2024 horas antes del cierre de las urnas en Estados Unidos y dijo que el panorama está "literalmente más reñido que lanzar una moneda al aire".
"La carrera está literalmente más reñida que un lanzamiento de moneda: empíricamente, cara gana el 50,5 por ciento de las veces, más que el 50,015 por ciento de Harris", dijo Silver el martes por la mañana.
Los estadounidenses eligen este martes si convierten a Kamala Harris en la primera mujer presidenta o dan las llaves de la Casa Blanca por segunda vez a Donald Trump, en medio de una gran incertidumbre que tiene al mundo en vilo.
La reñida carrera entre la vicepresidenta demócrata, de 60 años, y el expresidente republicano, de 78, está a punto de finalizar pero se ignora si se tardará horas o días en conocer quién ganó.
Más de 82 millones de electores ya votaron anticipadamente y se suceden las filas en los colegios electorales abiertos en este país, con varios husos horarios.
Después de realizar 80.000 simulaciones de modelos, Nate Silver cree que la vicepresidenta demócrata Kamala Harris vencerá al expresidente republicano Donald Trump en la mayoría de los enfrentamientos.
Donald Trump votó con Melania en Palm Beach y se mostró confiado de "tener una gran victoria"
Según su modelo, Harris ganó el Colegio Electoral en el 50,015% de las simulaciones, frente al 49,985% de Trump. Esto equivale a que Harris ganó 40.012 simulaciones frente a las 39.718 de Trump. "Cuando digo que las probabilidades son lo más cercanas posible al 50/50, no estoy exagerando", continuó Silver.
Continuó diciendo que nunca había visto "nada como esto" en todos sus años de predicción de elecciones, incluidas cinco carreras presidenciales y nueve elecciones generales.
Donald Trump vs Kamala Harris: según las encuestas, no hay un favorito
Trump y Harris están empatados en las encuestas en los siete estados que decidirán el vencedor: Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada. El resto suelen dividirse entre los tradicionalmente demócratas o republicanos.
Gane quien gane, el resultado será histórico. Él obtendría el segundo mandato no consecutivo de un presidente desde 1893 y sería el más viejo en ser electo y ella, negra y de ascendencia surasiática, se convertiría en la primera mujer en el cargo más importante de la nación.
La demócrata y el republicano subrayaron sus diferencias hasta los últimos minutos de campaña. Harris, de padre jamaicano y madre india, pidió "pasar página" al "miedo y la división".
Con un programa electoral vago pero centrista para intentar captar a los republicanos moderados, Harris propone firmeza frente a la inmigración ilegal, mejoras para la clase media y la defensa del derecho al aborto.
Trump, candidato a la Casa Blanca por tercera vez, prometió llevar a Estados Unidos y "al mundo a nuevas cimas de gloria". A lo largo de su campaña, se presentó como un antisistema, cercano a la gente y muy crítico con las élites de Washington.
El mismo credo de siempre: la lucha contra los migrantes en situación irregular que, según él, "envenenan la sangre" del país. Los calificó de "terroristas", "violadores", "salvajes", "animales" salidos de "cárceles y manicomios".
Condenado por un delito penal a finales de mayo y con cuatro inculpaciones pendientes, pintó un panorama sombrío del país durante una campaña dominada por la violencia verbal. Además insultó a Harris llamándola "lunática radical de izquierda", "incompetente", "tonta" y persona "con un "coeficiente intelectual bajo", entre otros calificativos.
El mundo observa con ansiedad por las repercusiones del resultado en los conflictos en Oriente Medio, en la guerra en Ucrania y para el calentamiento global, que Trump considera una falacia.
En lo comercial el magnate cuenta con un arma, los aranceles, para "traer de vuelta" a las empresas. Y dos blancos inmediatos: México y China. El primero por la "embestida" de "criminales" y "drogas" y el segundo por, según él, enviar fentanilo a través del país latinoamericano.
La noche electoral se anuncia larga porque para ser presidente en Estados Unidos no basta con tener más votos que el oponente. Hay que conseguir el número mágico de 270 votos en el colegio electoral, integrado por 538 delegados que teóricamente deben respetar la voluntad del pueblo.
También está en juego el control del Congreso, con la renovación de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 sobre 100 en el Senado.
ds
