El FBI dijo el domingo que un tiroteo cerca del campo de golf de Donald Trump "parece ser un intento de asesinato" del candidato presidencial republicano de Estados Unidos , dos meses después del intento de asesinato en Pensilvania.
"El FBI ha respondido a West Palm Beach, Florida, y está investigando lo que parece ser un intento de asesinato del expresidente Trump", dijo en un comunicado.
El Servicio Secreto de Estados Unidos confirmó que uno o más de sus agentes "abrieron fuego contra un hombre armado" ubicado cerca del límite del campo de golf de Trump, y que se recuperó un "rifle estilo AK-47" con mira junto con una cámara de video GoPro.
El sospechoso escapó en un automóvil negro, pero un testigo ayudó a la policía a identificar el vehículo y las autoridades lo localizaron.
"Tenemos a alguien bajo custodia en este momento que es un sospechoso potencial", dijo el sheriff del condado de Palm Beach, Ric Bradshaw, en una conferencia de prensa.
Disparos cerca de la mansión de Trump en Florida: un hombre abrió fuego con un AK-47 y fue detenido
Donald Trump estaba jugando al golf al momento de los disparos: ahora se encuentra está "sano y salvo"
En el momento en que se produjeron los disparos, el expresidente Trump estaba jugando al golf en el Club Internacional de Golf Trump de West Palm Beach, en Florida, a sólo 8 km de su residencia en su club Mar-a-Lago.
Donald Trump está "sano y salvo" luego de que se reportaran los disparos cerca del lugar donde se encontraba en Florida, anunció su equipo de campaña.
El exmandatario, que según informes de prensa se encontraba en su club de golf en ese estado del sur del país, está "sano y salvo luego que se produjeran disparos en sus inmediaciones", aseguró en una nota el director de comunicaciones de su campaña, Steven Cheung. "No hay más detalles en este momento", agregó.
"El expresidente está a salvo", confirmó el Servicio Secreto, encargado de proteger a presidentes, exmandatarios y figuras políticas de alto perfil en Estados Unidos
Este incidente se produce en el marco de una campaña presidencial álgida, en la que, en espacio de pocas semanas, el propio Trump ya había sufrido un intento de asesinato, el presidente Joe Biden abandonó la carrera por la reelección y la vicepresidenta Kamala Harris se lanzó a la batalla en su reemplazo en el campo demócrata.
El 13 de julio, Trump fue alcanzado por disparos en un oído en un tiroteo que arrojó un saldo de un muerto y dos heridos en un acto político en Pensilvania, uno de los seis o siete estados clave para las presidenciales, que se celebrarán el 5 de noviembre.
Las imágenes del expresidente con el rostro ensangrentado y el puño en alto recorrieron el mundo y sacudieron la campaña.
El incidente provocó la renuncia de la entonces jefa del Servicio Secreto y el retiro de la licencia oficial de al menos cinco agentes de esa unidad.
Una semana después, el 21 de julio, bajo la presión de su propio bando demócrata tras un desastroso debate con Trump, el presidente Biden, de 81 años, renunció a presentarse a la reelección y dio paso a Harris.
ds
