La Unión Astronómica Internacional (UAI) mantiene la llamada Escala de Peligro de Impacto de Turín, que va del 0 al 10 para evaluar el riesgo de que los asteroides terminen chocando contra la Tierra. El bólido clasificado 2024 YR4 se movió en la tabla riesgo de la Agencia Espacial Europea y Sentry de la NASA alcanzando un 1,2% de probabilidad de impacto contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032.
La roca espacial en cuestión mide 60 metros de diámetro y, actualmente se encuentra a 43 millones de kilómetros de distancia. El objeto pasaría a una distancia mínima de 0,00001 unidades astronómicas (UA).
Los astrónomos estiman que cuando llegue a su máxima aproximación, pasará a unos 106, 200 kilómetros. Según el Centro de Estudios de NEO de la NASA, es una distancia bastante cercana, aunque es probable que con nuevas observaciones se modifiquen las previsiones de posible choque, que en estos momentos es de 1 entre 83.
Así lo precisó el ingeniero de Catalina Sky Survey y cazador de asteroides, David Rankin, quien aseguró que “esta es una de la probabilidades más altas de un impacto de una roca de tamaño significativo que se haya registrado hasta ahora”.
Sin embargo, Rankin aclaró que “es importante tener en cuenta que su órbita aún es demasiado incierta para saber si impactará y, en este momento, el resultado más probable es que no lo haga”.
El Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) detectó por primera vez a 2024 YR4 el pasado 27 de diciembre de 2024 y, aunque en estos momentos el asteroide se está alejando de la Tierra, su próximo acercamiento ocurrirá en diciembre de 2028, momento en el que los científicos perfeccionarán sus estimaciones conforme vayan recopilando más datos de la órbita.
El asteroide 2024 YR4 tiene una clasificación de 3 en la escala de riesgo de Turín
El asteroide tiene una clasificación de tres en la escala de riesgo de Turín, lo que indica un encuentro cercano que requiere mucha atención por parte de los cosmógrafos. Al presente, es el único planetoide con un valor superior a cero.
La incertidumbre sobre la evolución del asteroide sigue siendo alta y se necesitan más observaciones para confirmar su trayectoria final hacia la Tierra.
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