El 2024 pasará a la historia como un año en el que el riesgo de escalada bélica a nivel internacional se disparó exponencialmente. Con 56 guerras activas que involucran a 92 países, el 2024 sufrió un deterioro en la paz a niveles que se remontan al escenario previo a la Segunda Guerra Mundial. También se dio un aumento considerable en la militarización global, en línea con la competencia geopolítica y la disputa por los recursos estratégicos.
El hallazgo es del Instituto por la Economía y la Paz (IEP), el reconocido tanque de ideas con sede en Sídney y que ostenta el título de ser el único que evalúa el estado de la paz en el mundo. En su último informe, reveló una paradoja que inquieta a los líderes mundiales: si bien en el siglo XXI la gente cada vez vive más y mejor, las brechas entre países se profundizan. Y el uso de la guerra como forma de hacer política no es la excepción.
"Muchas de las condiciones que preceden a los grandes conflictos son más graves que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial", indicaron los autores. Además, existen dos variables que empeoraron el estado de la paz en el mundo en los últimos años: al aumento de la militarización global y la competencia geopolítica entre potencias grandes y medianas. "La combinación de estos factores significa que la probabilidad de otro conflicto importante es mayor que en cualquier otro momento desde el inicio de la medición".
Yemen, Sudán y Ucrania, entre los países más conflictivos
Si bien la medición comenzó en 2008, en los últimos cinco años se registró un deterioro en el índice de paz que explotó con la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, el conflicto a gran escala que sacudió a Europa, una región que ostentó el primer puesto en el índice de paz desde que concluyó la Segunda Guerra y se establecieron mecanismos institucionales, como la ONU, para sostener la paz entre potencias.
"Este es el mayor número de países que se deterioraron en la paz en un solo año desde el inicio del índice", apuntaron los autores.
El estudio, que analiza datos de 163 estados y territorios, muestra una tendencia preocupante: en 2023, 97 países empeoraron sus niveles de paz, una cifra que al cierre de 2024 estiman que escalará considerablemente en línea con el recrudecimiento de la guerra en Gaza. "El conflicto entre Israel y Palestina tuvo un impacto muy fuerte en la paz global", señalaron. Pero también Ucrania y otros focos de conflicto, como Yemen, Sudán, Sudán del Sur y Afganistán, los países más violentos según el índice.
La región de América Latina, en particular, Ecuador, Gabón y Haití fueron los otros países con
mayores deterioros en la paz. Sin embargo, hubo mejoras en El Salvador luego de que Nayib Bukele implementara una reforma de seguridad que redujo drásticamente los homicidios. Sin embargo, otros países de la región, como Venezuela, continúan enfrentando graves crisis internas, con efectos en su estabilidad política y social.
El aumento de la militarización global
Según el IEP, el aumento en la militarización global, sumado al nivel de sofisticación tecnológica del armamento utilizado, es una de las principales causas del deterioro. "Aunque las medidas de militarización habían estado mejorando durante los últimos 16 años, la tendencia se ha revertido ahora y en 2024 la militarización se deterioró en 108 países", indicaron. En tanto, influyeron los niveles de exportación e importación de armas, así como la inversión militar, que crecieron notablemente este año.
Este fenómeno se intensificó con el riesgo de que las hostilidades de baja intensidad se conviertan en conflictos abiertos, involucrando a más países y escalando el riesgo de un conflicto a gran escala. Sudán y Gaza, que anteriormente figuraban en la categoría "territorios inestables", son ejemplos de esta peligrosa escalada.
"La internacionalización de los conflictos está impulsada por una mayor competencia entre grandes potencias y el ascenso de potencias de nivel medio, que se están volviendo más activas en sus regiones", explican.
Además, sostiene que no solo se alcanzó un récord de conflictos activos sino que cada vez son menos los que logran resolverse, ya sea militarmente o mediante tratados de paz. "El número de conflictos que terminaron en una victoria decisiva se redujo del 49 por ciento en la década de 1970 al 9 por ciento en la década de 2010, mientras que los conflictos que terminaron mediante acuerdos de paz cayeron del 23 por ciento al 4 por ciento durante el mismo período".
Por otro lado, destacaron que los conflictos también se están "internacionalizando más", con 92 países involucrados en un conflicto más allá de sus fronteras, representando "la mayor cantidad" desde la medición inicial en 2008, lo que "complica los procesos de negociación para una paz duradera y prolonga los conflictos".
El costo humano y económico
Sin embargo -reza el informe- la violencia no solo tiene un impacto devastador en términos de vidas humanas -162,000 muertes en 2023, la segunda cifra más alta en 30 años- sino también un costo económico significativo. Según el IEP, el costo global de la violencia ascendió a 17.5 mil millones de euros en 2023, equivalente al 13.5% del PIB mundial.
Además, 95 millones de personas viven como refugiados o desplazados internos debido a enfrentamientos, poniendo una enorme presión sobre las comunidades de acogida y exacerbando crisis humanitarias tanto en esos países como en los de acogida.
Mientras tanto, los países más pacíficos del mundo, encabezados por Islandia, Irlanda y Austria, dedican apenas el 3% de su PIB a la contención de la violencia, permitiéndoles invertir más en educación y salud. Por el contrario, los países más violentos destinan hasta el 30% de su presupuesto a estos fines, limitando su capacidad de desarrollo.
Según el IEP, Europa sigue siendo la región más pacífica, pese al conflicto entre Ucrania y Rusia, mientras que África Subsahariana presenta el mayor deterioro, con 36 de 46 países implicados en guerras. América del Norte también muestra un retroceso debido al aumento de la violencia interna.