La misión “Dragonfly” desarrollada en el marco del Programa “Nuevas Fronteras” de la NASA, enviará y pondrá en órbita un dron durante tres semanas en julio del 2028.La firma norteamericana SpaceX a través de su cohete Falcon Heavy, transportará el módulo de aterrizaje que está diseñado para explorar y tomar muestras de materiales de la superficie lunar de Saturno.
Es el único cuerpo celeste, además de la Tierra, que tiene líquidos estables en su superficie en la que hay mares y lagos de hidrocarburos. Como así también, cuenta con Titán, el segundo satélite más grande del sistema solar.
Nochebuena: la NASA advirtió que un asteroide de 39 metros de altura pasará cerca de la Tierra
El astro natural más grande de Saturno llama la atención de los investigadores debido a que está conformado por compuestos orgánicos que son considerados como “componentes fundamentales para la vida” y, no sólo están presentes, sino que hay abundancia de ellos.
Se trata de un enfoque innovador en materia de exploración planetaria y, gracias a la carga científica suministrada al módulo de aterrizaje, la NASA intentará caracterizar la habitabilidad del entorno de Titán estudiando la progresión de la química prebiótica y buscando indicios químicos sobre la posible existencia de vida basada en agua o sus abundantes hidrocarburos.
Desde la agencia espacial sostuvieron: “Elegimos estudiar este satélite porque tiene características muy interesantes debido a la presencia de posibles formas de vida”. Los objetivos de la misión “Dragonfly” son todo menos modestos; de hecho, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio pretende estudiar el potencial de la luna de Saturno para albergar vida.
La sonda Parker de la NASA alcanzará su aproximación máxima al sol el 24 de diciembre
El viaje no será nada corto: de hecho, la nave espacial tardará unos seis años en llegar a Titán y luego iniciar su fase de investigación propiamente dicha.
El 2025 ya conoce su primer fenómeno astronómico, la alineación de 6 planetas: cuándo será
Este innovador módulo de aterrizaje funciona con energía nuclear y se espera que funcione durante aproximadamente 2 años y medio terrestres, suficiente para poder recopilar multitud de datos y quizás, de hecho, pruebas de la presencia de formas de vida en la superficie o en el océano subterráneo.
PM CP