INTERNACIONAL
GUERRA EN ORIENTE MEDIO

Dos sobrevivientes argentinos de Hamas contaron su experiencia: "Para ellos no éramos personas"

Luis Har y Clara Marman, secuestrados en el ataque a Israel el pasado 7 de octubre, contaron su experiencia en el Congreso.

Luis Har y Clara Marman
Luis Har y Clara Marman | Agencia Na

Dos argentinos sobrevivientes de Hamas, Clara Marman y Luis Har contaron en el Congreso lo que les tocó vivir el 7 de octubre cuando fueron secuestrados en Israel. Ella fue rehén de la organización terrorista por más de 50 días y él 129, juntos narraron su lucha por sobrevivir al cautiverio sin perder la cordura. 

Clara y Luis Har expusieron este martes 10 de septiembre por la mañana en un plenario de las comisiones de Derechos Humanos y Garantías y de Relaciones Exteriores. Luis fue secuestrado en el kibutz Nir Itzjak donde viví a Clara, los hermanos de ella Fernando y Gabriela, y su sobrina Mía, de solo 17 años.

Luis Har y Clara Marman

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Clara y Gabriela Marman fueron liberadas junto a Mía, en una tregua de alto al fuego entre Israel y Hamás, el 28 de noviembre donde se liberaron mujeres y niños a cambio de prisioneros palestinos. Luis y su cuñado quedaron detenidos 129 días, hasta que fueron liberados por por las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI).

"Me es muy importante que el mundo escuche, que sepan lo que fue el 7 de octubre, el infierno que pasamos. Hay 101 rehenes que siguen pasando eso. Tuvimos suerte, por eso estamos acá. Es increible contarlo como suerte", empezó Clara.

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El día del ataque, estaba toda la familia en su casa porque festejaban un cumpleaños y a las 6 de la mañana comenzaron a escuchar las sirenas. Estaban a 3 kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza. En ese momento pensaron que sería una alarma de pocos minutos, pero se percibía que había algo raro.

"Empezamos a sentir que era algo distinto, empezamos a recibir por redes que había penetración de la frontera y que se iban acercando a nosotros. El refugio está preparado para misiles, pero no al ingreso de terroristas", narró.

Los terroristas entraron rompiendo las ventanas y a los tiros, ingresaron y se los llevaron para afuera, a los gritos. Los atacantes dieron vuelta los cajones buscando llaves para llevarse los autos. "Estaban drogados, los ojos dilatados. Es algo que no nos vamos a olvidar en mucho tiempo", aseguró Luis.

"Nos hicieron subir a la camioneta, que estaba llena de armas, bombas, balas. Y nosotros sentados sobre eso. Cinco terroristas luego subieron encima de nosotros como si no estuviéramos. Para ellos no éramos personas", recordó.

Los cinco miembro de la familia terminaron detenidos en una casa que estaba escondida detrás de la fachada de una obra en construcción. 

"Estar en cautiverio es un infierno. Perder la noción del tiempo, pensar en qué pensar porque no se hace nada. Cada minuto es eterno. Uno trata de concentrarse en sí mismo, pensar cosas que le hacen bien, alejarse de esa realidad tan cruel que va viviendo. Para tener que algo podíamos controlar mi sobrina Mía y yo desde el primer día íbamos contando los días. Hoy es domingo 8 de octubre, primer día de rehenes", relató.

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"Yo trataba de hacer actividades, tratar de mover el cuerpo, caminar. Iban pasando los días y el cuerpo dolía. Mi sobrina es una joven de 17, estábamos además muy alertas para protegerla a ella, no dejarla sola con los terroristas. Había cinco de ellos, con nosotros todo el tiempo", detalló.

Contaban con apenas una botella de agua para los cinco por día, o que cada dos semanas traían un balde para que se laven entre ellos. "En eso nos apoyábamos, eso nos daba fuerza", recordó.

Luis recordó la guerra psicológica que les hacían durante el cautiverio. "Nos contaban todo lo malo que hacía el gobierno israelí. Lo único que recibíamos era la información árabe. Lo tomábamos en cuenta, mucho no creíamos, mucho era verdad. Cuando decían orgullosos que mataron 1400 civiles israelíes. Cuando volvimos vimos que era una triste realidad", compartió.

 "Me decían 'vos sos argentino, ¿qué hacés acá? Esto es Palestina ¿Para qué quieren volver (a los kibutz), si en 3 años los volvemos a explotar?'", agregó.

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El rescate y el reencuentro con los seres queridos 

Clara recordó cómo fue su rescate tras el acuerdo entre Israel y Hamas. "Pude encontrar a mis hijas, sentía la alegría de estar con mis seres queridos pero desde el primer momento sentí que físicamente salí... pero mi corazón seguía allá. El cautiverio es un infierno pero la incertidumbre de no saber qué pasa con los seres queridos no permite seguir viviendo", dice.

Luis y Fernando siguieron en cautiverio casi otros 50 días y pensaban juntos estrategias para mantenerse activos. "Primero nos contamos la vida el uno al otro. (A Fernando) no lo conocía de toda la vida ahora lo conozco mas que a nadie. Fue una forma de pasar el tiempo. Hacíamos viajes mentales a Bariloche, Ushuaia, Mendoza. Así iban pasando los días. Otros días estábamos tristes porque nos decían que se cayeron los convenios. Nos repetíamos que cada día que pasa es uno menos de prisión. Sabíamos que íbamos a salir", narró.

Una noche escucharon una explosión y sintieron una voz que les hablaba. "'Luis, ejercito de Israel. Vamos a llevarlos a casa', nos dijeron. Me sentí seguro, de una forma espectacular".

"No volvimos a ser los mismos. El 7 de octubre nos cambió la vida completamente a todos. Nosotros lo que hacemos hoy en día es apoyar a las familias, darles esperanza y luz cuando podemos. Es como si tuviésemos una misión y por eso estamos hoy aquí", finalizó.

rb / ds