El papa Francisco fue dado de alta médica el domingo, tras haber pasado 38 días internado por una pulmonía bilateral grave. Este martes 25 de marzo desde la oficina de prensa del Vaticano anunciaron que el Sumo Pontífice “continúa con el tratamiento farmacológico y la fisioterapia respiratoria y motora” y que, por ahora, “no recibe visitas” ni se tomaron “decisiones sobre su agenda para las próximas semanas”.
Las fuentes oficiales añadieron que Francisco “está cumpliendo la convalecencia en los términos descritos por los médicos el sábado”. También detallaron que el máximo referente de la iglesia católica deberá continuar con la terapia farmacológica “durante mucho tiempo todavía y por vía oral”, así como también con la fisioterapia motora y respiratoria de forma completa "para recuperar completamente el uso de la respiración y el habla".
A su vez, “se reiteró la solicitud de suspender temporalmente tanto las reuniones individuales como grupales, así como la disponibilidad de atención las 24 horas del día para satisfacer las necesidades” médica del papa. En este contexto, desde el Vaticano señalaron que, por la noche, el Sumo Pontífice “utiliza la oxigenación a altos caudales con cánulas nasales”, la cual prosigue durante el día.

“Todavía no hay indicaciones precisas sobre el programa de los próximos días, y mucho menos sobre el futuro, con las celebraciones de los diversos jubileos y los ritos de la Semana Santa. Se espera naturalmente evaluar la recuperación y se prevén mejoras clínicas, como dijeron los médicos”, especificaron.
Francisco regresó el domingo a la Casa de Santa Marta, la residencia donde vive. El papa concelebra la misa en la capilla situada en la segunda planta del edificio, pero en los últimos dos días no ha tenido visitas "aparte de sus colaboradores más cercanos", precisó el Vaticano.
En ese punto añadieron: “Algunas cuestiones están en proceso de decisión, que se evaluará en función de las mejoras que habrá en la semana que viene”. Además, remarcaron que este miércoles 26 de marzo no se realizará la audiencia general y el texto preparado de la catequesis se difundirá por escrito. "Probablemente" tampoco estará presente en la oración del ángelus del domingo.
Finalmente expresaron: “Por ahora el papa no está recibiendo visitas y en estos dos días sólo ha visto a sus colaboradores más cercanos. En cuanto a las visitas previstas de jefes de Estado y de Gobierno, no hay previsiones”.
“El papa estuvo por morir”: la fuerte declaración del jefe del equipo médico que atendió a Francisco
Sergio Alfieri, el médico del hospital Gemelli que trató al papa Francisco durante su hospitalización, reveló que el Sumo Pontífice estuvo dos veces al borde de la muerte. El doctor contó: “Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según pude entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre".
"Todos sabíamos que la situación había empeorado aun más y que existía el riesgo de que no lo lográramos. Tuvimos que elegir entre parar y dejarlo ir o forzarlo y probar todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo el riesgo muy alto de dañar otros órganos. Y al final tomamos este camino”, explicó Alfieri.

Después llegó el segundo episodio en el que el papa estuvo a punto de perder la vida: “Estábamos saliendo del momento más duro. Mientras el papa comía, vomitó y aspiró. Fue el segundo momento verdaderamente crítico porque en estos casos, si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita, además de complicaciones en los pulmones, que ya eran los órganos más comprometidos. Fue terrible, realmente pensamos que no lo lograríamos”, confesó.
El médico remarcó el buen humor del papa durante toda su estadía en el hospital y contó: “En cuanto empezó a sentirse mejor, pidió dar una vuelta por la sala. Le preguntamos si quería que cerráramos las habitaciones de los pacientes, pero en lugar de eso miró a su alrededor en busca de la mirada de los otros pacientes. Se desplazaba en silla de ruedas, un día salió de la habitación cinco veces, quizá más”.
Alfieri explicó también que el papa, que nunca perdió la lucidez, delegó las decisiones a su asistente médico personal, Massimiliano Strappetti, en quien tiene una total confianza. Massimiliano Strappetti nos dijo "intenten todo, no abandonen" y "nadie abandondó", contó Alfieri.
HM/ML