DeepSeek, la emergente empresa china de inteligencia artificial, no solo sacudió al sector tecnológico mundial con el lanzamiento de su chatbot sino que redobló la apuesta con su propia red social. Conocida como "RedNote", la plataforma atraviesa un momento de creciente popularidad entre los estadounidenses, lo que despertó suspicacias respecto a la recopilación y el envío de datos a China.
En el marco de la competencia estratégica entre Estados Unidos y el gigante asiático, cuyo punto más fuerte es la carrera tecnológica, el ecosistema digital global se vio afectado por la irrupción de opciones chinas a menor costo. La más destacada fue DeepSeek, que revolucionó al sector poco después de la asunción de Donald Trump, en medio de crecientes tensiones geopolíticas y de las medidas regulatorias impuestas por el Congreso estadounidense contra TikTok, la red social más popular entre los jóvenes.
Mientras la atención se mantenía en la popular red social de videos, otra plataforma de origen chino empezó a ganar terreno: DeepSeek, una plataforma de IA generativa y creadora de la popular red social que desafía a las principales tecnologías del sector dominadas por Estados Unidos. Un fenómeno que puso de relieve un nuevo campo de batalla en la lucha por el control de los datos y la tecnología, donde las políticas de privacidad y la influencia geopolítica se entrelazaron con los avances tecnológicos.
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DeepSeek, la IA generativa china que desafía al sector tecnológico mundial
DeepSeek fue un laboratorio de investigación de inteligencia artificial respaldado por un fondo de cobertura chino de alto perfil. La plataforma lanzó recientemente un modelo de IA generativa de código abierto, que rápidamente fue comparado con los avances de gigantes estadounidenses como OpenAI, dueño de ChatGPT.
En tanto, su popularidad creció a medida que la empresa encontró soluciones tecnológicas inteligentes para sortear las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos con el respaldo del Congreso. La plataforma ofreció a los usuarios una amplia gama de funcionalidades, desde la posibilidad de hacer preguntas y recibir respuestas detalladas, hasta acceder a modelos de razonamiento avanzados para tareas complejas.
Sin embargo, el ascenso de DeepSeek no fue del todo pacífico. La compañía sufrió un "ataque malicioso a gran escala", según un comunicado de sus creadores, lo que obligó a limitar los registros de nuevos usuarios. Este incidente, aunque técnico en su naturaleza, subrayó una de las preocupaciones más grandes en torno a la creciente influencia de empresas tecnológicas chinas: la seguridad de los datos y la privacidad de los usuarios.
Los datos que recogió DeepSeek a través del chatbot y Rednote
Uno de los aspectos que más preocupaciones despertaron de DeepSeek es cómo maneja los datos de sus usuarios. En su política de privacidad, la compañía fue clara al afirmar que "almacenamos la información que recopilamos en servidores seguros ubicados en la República Popular China", y no en Estados Unidos, como ocurre con empresas estadounidenses de IA pero también con TikTok tras las regulaciones impuestas. Es decir, todas las interacciones con la plataforma, ya sean preguntas, respuestas o incluso archivos cargados, son enviadas a China, donde se procesan y almacenan.
De acuerdo con John Scott-Railton, investigador principal en Citizen Lab de la Universidad de Toronto, este tipo de recopilación de datos no es exclusivo de las plataformas chinas, pero lo que distinguió a DeepSeek fue la magnitud de los datos que recogió. En ese sentido, analistas estiman que podría haber enviado un caudal de datos mayor que TikTok, luego de que la red social china cambiara la nube de almacenamiento a suelo norteamericano para paliar las preocupaciones de Washington por la seguridad.
"Cuando utilizas estos servicios, trabajaste para ellos, no al revés", afirmó ante una consulta del medio estadounidense Wired, haciendo eco de una preocupación común sobre las implicaciones de compartir datos con empresas fuera del ámbito occidental.
Además, DeepSeek no se limitó a la recopilación de información directamente proporcionada por los usuarios. La plataforma también recogió datos de forma automática, como la dirección IP, el sistema operativo y los informes de fallos de los dispositivos que accedieron a sus servicios. Según su política de privacidad,"también registramos tus patrones de pulsación de teclas", lo que generó inquietudes sobre el tipo de datos sensibles que podrían ser recolectados sin el conocimiento expreso de los usuarios.
Otro aspecto que generó controversia fue la censura de contenido en la plataforma. Usuarios reportaron que DeepSeek censuró temas delicados como la masacre de la Plaza de Tiananmen, un evento histórico sensible para el gobierno chino. Además, algunos notaron respuestas de la IA que parecieron alinearse con la propaganda oficial china, sugiriendo que la plataforma pudo haber sido utilizada como una herramienta de influencia, tal como algunos críticos argumentaron que TikTok lo hizo con sus algoritmos.
Para Bart Willemsen, analista de Gartner especializado en privacidad internacional citado por el mismo medio, este tipo de prácticas fueron especialmente problemáticas en plataformas de IA generativa, ya que los usuarios interactuaron de manera más directa y personal. "La influencia de un modelo de IA generativa pudo haber sido mucho mayor que la de plataformas como TikTok, ya que las personas proporcionaron datos y recibieron respuestas que pudieron haber moldeado su pensamiento de manera más sutil", explicó.
La IA y el dilema geopolítico
La expansión de DeepSeek puso de relieve la creciente competencia entre China y Estados Unidos, que compiten en varias áreas, como la comercial o militar, pero particularmente en el dominio de la inteligencia artificial. A pesar de las sanciones y moratorias impuestas a empresas tecnológicas chinas, la migración masiva de estadounidenses a plataformas como DeepSeek demostró que los usuarios siguieron recurriendo a estos servicios, desafiando las prohibiciones. En tanto, la posibilidad de que DeepSeek envíe grandes volúmenes de datos a China y empleara supuestas prácticas de censura planteó serias preguntas sobre el impacto de estas plataformas en la seguridad de los países y la soberanía digital.
Lukasz Olejnik, investigador y consultor independiente del Instituto de Inteligencia Artificial del King's College de Londres, señaló que, aunque la prohibición de TikTok fue una respuesta a un caso específico, los legisladores de EE. UU. podrían haber vuelto a actuar en el futuro, ampliando las restricciones a las empresas de inteligencia artificial. "No podemos descartar que en 2025 veamos una expansión de acciones directas contra las empresas de IA, utilizando la recopilación de datos como justificación", afirmó .
Mientras tanto, el debate sobre la regulación de la inteligencia artificial continúa a nivel global sin una solución clara ni regulación. Las leyes chinas de ciberseguridad y privacidad, que exigieron la cooperación de las empresas con los esfuerzos de inteligencia nacional, alimentaron los temores de que plataformas como DeepSeek no solo estuvieron recopilando datos a gran escala, sino también sirviendo como un canal de influencia.
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