El 2019, Donald Trump sorprendió al mundo al afirmar seriamente que quería comprar la estratégica isla de Groenlandia a Dinamarca, que controla el gigantesco territorio desde hace más de 300 años. El entonces presidente de Estados Unidos calificó su idea como "una gran operación inmobiliaria", pero los líderes daneses y el propio gobierno groenlandés dejaron claro que la isla más grande del mundo no está en venta.
Cinco años después, el magnate republicano volvió a hablar de su idea de comprar el vasto territorio helado. "La protegeremos y la cuidaremos de un mundo exterior muy cruel", le prometió a los isleños. Y fue más allá: ante la pregunta sobre si podía garantizar que no utilizaría las fuerzas armadas para anexionar el Canal de Panamá, arteria vital de la navegación mundial, y Groenlandia, dijo: "No puedo asegurarlo, para ninguno de los dos. Puedo decir lo siguiente: los necesitamos por razones de seguridad económica... Podría ocurrir que tengamos que hacer algo".
Del otro lado del Atlántico, respuesta en 2019 y ahora fue un rotundo "no" de parte de las autoridades de Groenlandia y de Dinamarca. El interés de Trump plantea preguntas: ¿cuánto vale Groenlandia? ¿puede Trump adquirir la isla? ¿y por qué quiere que Estados Unidos la compre?
Ubicada en el océano Atlántico norte, entre Europa y América, Groenlandia es una de las zonas menos pobladas del planeta, con alrededor de 55.000 habitantes, en su mayoría inuits. No es fácil vivir ahí, ya que el 80% de la isla está cubierta por una capa de hielo que en algunas partes puede 3 km de espesor. Además, las temperaturas caen por debajo de los -20 grados centígrados en los largos y oscuros meses de invierno.
Hace poco más de 100 años, Groenlandia pasó a formar parte del Reino de Dinamarca, cuyo gobierno central le concedió el autogobierno en 1979. Ahora la gigantesca isla es una zona autónoma dentro del reino. Copenhague se ocupa de los asuntos exteriores y la defensa, pero el gobierno local controla todo lo demás, incluida la gestión de sus recursos naturales.
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Groenlandia (que es 50 veces más grande que la propia Dinamarca) tiene yacimientos de zinc, oro, mineral de hierro, uranio y otros metales, y además dispone de petróleo y gas en alta mar, aunque todavía no fueron explotados. Una de sus ciudades, Narsaq, en el sur, podría contener hasta 12 millones de toneladas de metales de tierras raras debajo de la capa de hielo.
Pero el desarrollo ha sido lento, por lo que su economía depende de la pesca y los habitantes relativamente pobres dependen en gran medida de una subvención anual en bloque del gobierno de Dinamarca. La subvención de 600 millones de dólares representa aproximadamente el 20% del PIB de Groenlandia y la mitad del presupuesto público.
Con su base aérea de Pituffik, Groenlandia además es estratégicamente importante para el ejército estadounidense y su sistema de alerta temprana de misiles balísticos, ya que la ruta más corta de Europa a América del Norte pasa por la isla.
"¿Cuánto vale Groenlandia?", dice Trump; "No estamos en venta", responde Groenlandia
Trump lanzó durante su primer mandato (2017-2021) la idea de comprar Groenlandia debido a la importancia estratégica que tiene esta inmensa isla. Cuando el entonces presidente sugirió la posible compra en 2019, lo presentó como "un gran acuerdo inmobiliario" que podría aliviar las finanzas estatales de Dinamarca.
"Se pueden hacer muchas cosas. Dinamarca está sufriendo mucho porque pierde casi 700 millones de dólares al año", dijo Trump en ese momento refiriéndose al subsidio estatal que el reino europeo envía anualmente. "Por lo tanto, lo hacen con grandes pérdidas y, estratégicamente para Estados Unidos, sería bueno. Además, somos un gran aliado de Dinamarca y ayudamos a Dinamarca y la protegemos".
Los republicanos creen que los groenlandeses "tienen que abrirse camino hacia un nuevo futuro por sus propios medios", en palabras de Thomas Dans, ex funcionario del Tesoro. "Son ricos en activos y pobres en efectivo, como si estuvieran congelados en un lugar".
La idea de Trump fue tomada como un mal chiste. Lars Loekke Rasmussen, ex primer ministro danés, opinó en las redes sociales: "Debe ser una broma del Día de los Inocentes anticipado". El gobierno groenlandés rechazó rápidamente la idea: "Lo vemos como una expresión de un mayor interés por invertir en nuestro país y en las posibilidades que ofrece. Por supuesto, Groenlandia no está en venta".
Ese mismo 2019, Trump calificó la respuesta del gobierno danés como "desagradable" y canceló un viaje oficial a Copenhague que tenía planeado, enojado porque la primera ministra Mette Frederiksen rechazó su oferta.
En 2020, funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento del Tesoro analizaron más detenidamente cómo hacer realidad una compra, e incluso identificaron recursos financieros que podrían usarse para la fase inicial del proyecto. Según el New York Post, incluso elaboraron un plan secreto para una ofensiva diplomática para "encantar" la población.
Los asesores determinaron que había que convencer al pueblo de Groenlandia de que unirse a Estados Unidos era lo mejor para sus intereses. "Estábamos preparados para hacer algo", reconoció un ex funcionario del Tesoro. Pero el plan de comprar la isla fracasó como Trump lo hizo en las elecciones de 2020, y fue abandonado por completo por la administración del demócrata Joe Biden.
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Ahora el magnate parece decidido a revivir su proyecto después de recuperar la Oficina Oval. A finales de 2024, Trump habló de esta posibilidad cuando nombró al que será su embajador en Dinamarca, el capitalista de riesgo Ken Howery: "En aras de la Seguridad Nacional y de la Libertad a través del mundo, los Estados Unidos consideran que la posesión y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta", dijo.
"Estoy escuchando que la gente de Groenlandia es ‘MAGA’ [Make America Great Again]", escribió Trump en redes sociales. "Greonlandia es un sitio increíble y la gente se beneficiará tremendamente si -y cuando- se convierte en parte de nuestra Nación. "La protegeremos y la cuidaremos de un mundo exterior muy cruel. ¡HAGAMOS QUE GROENLANDIA SEA GRANDE OTRA VEZ!"
¿Broma o jugada política? "Habla 100% en serio", dice el entorno de Trump
Nadie está muy seguro de si hay que tomar literalmente o en serio, o ambas cosas, el repentino expansionismo de Trump, que también dijo que Estados Unidos podría intentar recuperar la Zona del Canal de Panamá, entregado por Jimmy Carter en 1979. Los daneses respondieron con enojo, insistiendo en que Groenlandia no está en venta y anunciaron un mayor gasto en defensa de la isla helada, incluidos dos nuevos equipos de trineos tirados por perros, lo que provocó la risa de los trumpistas.
Como ya hiciera cinco años atrás, el primer ministro Múte Bourup Egede sugirió que los últimos llamados de Trump a un control estadounidense serían tan insignificantes como los que hizo en su primer mandato y declaró que la isla "no está en venta". "Groenlandia es nuestra. No estamos, y nunca estaremos, a la venta. No perderemos nuestra larga lucha por la libertad", declaró en un comunicado oficial.
Hace poco más de un siglo, este tipo de transacciones no eran inusuales. A principios del siglo XIX, EEUU había comprado el territorio de Luisiana a Francia por 15 millones de dólares. En 1867, el presidente Andrew Johnson selló la compra de Alaska, que pertenecía a Rusia, por 7,2 millones de dólares. Cincuenta años después, Dinamarca vendió a EEUU las Islas Vírgenes por 25 millones de dólares. Pero la práctica de la compra-venta de grandes territorios ya cayó en desuso.
El interés estadounidense en Groenlandia se remonta al siglo XIX. En 1867, el Departamento de Estado exploró la posibilidad de comprar Groenlandia e Islandia, reconociendo su importancia estratégica. En 1946, después de la Segunda Guerra Mundial, Dinamarca rechazó una oferta de 100 millones de dólares del presidente Harry Truman después de analizar la idea de intercambiar tierras de Alaska por partes estratégicas de la isla.
¿Cuánto debería desembolsar Estados Unidos si Trump consigue su objetivo? Dado que la isla no está actualmente en el mercado inmobiliario, es imposible saber cuánto vale este gigantesco territorio. Pero para tener una idea de cuánto podría dinero podría necesitarse, conviene tener en cuenta que su PBI ascendió a poco más de 3.200 millones de dólares en 2021, según el Banco Mundial.
Según la Constitución de Estados Unidos, el Congreso tendría que aprobar el dinero para cualquier compra de ese tipo. Después, se deberá tener en cuenta la autonomía de Groenlandia, y los expertos dicen que el camino más fácil para Trump sería que el territorio obtuviera la independencia y luego decidiera organizar una venta a los Estados Unidos.
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En respuesta a las ofertas de Trump, Múte Egede declaró públicamente su interés en que su país obtenga la independencia de Dinamarca: "En el próximo período electoral, debemos crear, junto con los ciudadanos, estos nuevos pasos, partiendo de las bases que ya se han creado. Ya es hora de que nosotros mismos demos un paso adelante y demos forma a nuestro futuro, también en lo que respecta a con quiénes cooperaremos estrechamente y quiénes serán nuestros socios comerciales".
Pero aunque la independencia del territorio ha sido discutida en años recientes, el hito parece estar muy lejos de concretarse. El gobierno danés no tomó a la ligera los comentarios de Trump y el rey Federico X actualizó el escudo de armas real para darle al icónico oso polar de Groenlandia un poco más de relevancia, en un recordatorio claro de que el territorio del Ártico no está disponible.
Esta semana, Mette Frederiksen reiteró que Groenlandia no está en venta y recordó que Múte Egede "ha sido muy, muy claro" en que no tienen la intención de convertirse en parte de Estados Unidos. "Hay un amplio consenso entre la población de Groenlandia en el sentido de que Groenlandia no está en venta y tampoco lo estará en el futuro".
Desde el entorno de Trump, se toman la idea muy en serio. "El presidente habla 100% en serio", dijo una persona cercana. Otro dijo: "Trump cree que los imperios que no crecen comienzan a fracasar. Es un estudioso de la historia y esta es una de las escuelas de pensamiento. Él realmente favorece a los presidentes anteriores que fueron expansionistas en el continente. Sabe que es un legado que la oposición política no puede distorsionar ni quitar".
"Dinamarca necesita hacer más que añadir trineos tirados por perros para defender Groenlandia, dado que su gélido territorio la sitúa en el frente de la guerra contra Rusia y China", dijo el ex asesor de seguridad nacional Robert O'Brien, que defiende los renovados reclamos de Trump sobre la adquisición de Groenlandia. "Los daneses necesitan poner la fragata que es necesaria allí, pueden poner las alas aéreas, pueden poner los misiles en Groenlandia y pueden poner la infantería que necesitan para defenderla", dijo O'Brien.
"Al igual que Letonia, Lituania y Estonia están haciendo en Europa del Este. O pueden pagarnos para que lo hagamos", dijo O'Brien sobre Dinamarca. "Si no quieren hacer ninguna de esas cosas, pueden dejarnos comprar Groenlandia, y Groenlandia puede convertirse en parte de Alaska. Los pueblos nativos de Groenlandia están muy estrechamente relacionados con los pueblos de Alaska".
Pero para muchos la oferta de Trump parece un capricho de hombre rico o una puesta en escena política. "Este tipo ha sido un troll durante casi 80 años", lamentó Reed Galen, presidente del grupo pro democracia JoinTheUnion.us. "El problema es que ahora resulta ser un troll que está a punto de gobernar, nuevamente, la nación más poderosa que la humanidad haya conocido. Quiere hacer esto porque quiere indignación. Quiere, en la medida en que cree que puede inducirla, miedo o pánico. El caos es la moneda de cambio en su reino y siempre lo será porque las cosas que están fuera de control son la única forma en que él tiene el control".
Pero para Larry Jacobs, director del Centro de Estudios de Política y Gobernanza de la Universidad de Minnesota, Trump "está haciendo una serie de amenazas escandalosas e imposibles". "¿Vamos a comprar Groenlandia? No está a la venta, es un país soberano, es simplemente ridículo. Lo que ha hecho con Canadá es algo similar a una fantasía. ¿Y el canal de Panamá? Eso ya está resuelto desde hace décadas. Pero todo es una táctica en su mente para alterar el status quo y mejorar la posición negociadora de su Casa Blanca".