El presidente Javier Milei firmó, y dio su acuerdo, a la iniciativa de Lula da Silva de crear la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. El proyecto contó, inclusive, con el consenso de Estados Unidos, ya que Joe Biden subrayó, en su discurso, que el país iría de inmediato a aportar 4.000 millones de dólares. Pero la Casa Rosada no pudo esperar al final de la cumbre del G20 para transmitir las reservas de su ocupante.
El texto elaborado por el gobierno argentino dice textualmente: “Hoy a 70 años de haberse inaugurado el sistema de cooperación internacional llegó la hora de reconocer que este modelo está en crisis”. Pero a continuación reniega de cualquier intención de reformar organismos como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial; una pretensión que a su juicio no es otra cosa que un instrumento para "vulnerar la soberanía" de esas instituciones.
Declara que no quiere obstaculizar la declaración final, pero que está en contra de varios puntos. Menciona, entre ellos, “la noción de que es preciso una mayor intervención estatal como forma de luchar contra el hambre”. Afirma que “cada vez que se intentó combatir el hambre y la pobreza con medidas que incrementaban la presencia del Estado” el resultado fueron millones de muerte y el éxodo del capital. En esa misiva expresó además que “si se quiere luchar contra el hambre la solución está en correr al Estado del medio”.
Milei rechazó "todo el contenido vinculado a la Agenda 2030" en la declaración final del G20
En ese comunicado, se menciona al presidente argentino pero sin el uso de comillas; y su redacción lleva a presumir que no estuvo dirigida a los miembros del G20 sino al público interno. Desde luego, esas opiniones divergen notablemente de lo dicho por el presidente Lula, quién celebró el hecho de que, por primera vez, la reforma de la gobernabilidad global haya figurado en la agenda del G20.
El gobernante mencionó, en ese contexto, que el “uso indiscriminado del veto” por parte de las 5 potencias que forman el CS, impidió que fueran evitadas las guerras de Irak y de Ucrania como también la de Gaza. “La indiferencia relegó la paz” sostuvo. Lula volvió a defender la multilateralidad, como un eje central de la gobernabilidad global. “Queremos más multilateralismo y no precisamos de una nueva guerra mundial.
Qué es la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la iniciativa de Lula a la que adhirió Milei
Ya casi no se habla de una eventual bilateral entre Lula y Milei. En cambio, está confirmada la que mantendrán el brasileño y su colega de la Casa Blanca. La expectativa, según marcaron en esta cumbre, es que ambos lancen una iniciativa de ambos países por una asociación bilateral para la energía limpia. Si bien son notorias las relaciones de amistad que mantiene el Palacio del Planalto en Brasilia con la actual administración demócrata, eso no obsta que puedan diferir en temas como el conflicto entre Moscú y Kiev.
Para Biden, la soberanía de Ucrania es innegociable: “Estados Unidos apoya firmemente la integridad territorial del país. Y todos en esta mesa deberían hacer lo mismo” afirmó. Con la misma óptica, el presidente norteamericano que en menos de dos meses dejará de serlo, reclamó que “los lideres del G20 presionen a Hamas para que se pueda alcanzar un cese del fuego con Israel”. Biden pretende conseguir ese acuerdo antes de la llegada de Donald Trump al poder.
En cuanto a Ucrania, todo indica que el demócrata no quiere medir las consecuencias de una nueva decisión conocida ayer que permite a Volodymir Zelensky realizar ataques dentro de Rusia con misiles de fabricación norteamericana. Para Moscú, “esta es una decisión imprudente, peligrosa y representa un cambio cualitativo en el nivel de participación de Estados Unidos en el conflicto”. En cuanto a los medios estadounidenses, estos admiten que la opción provocó fisuras entre los asesores y funcionarios de Biden.
