A menos de dos semanas de haberse vuelto a instalar en la Casa Blanca, Donald Trump ya ha puesto en marcha un operativo de deportaciones masivas de inmigrantes latinos indocumentados que, pese a su promesa de campaña de que alcanzaría solo a personas con antecedentes criminales, la portavoz Karoline Leavitt ya adelantó que los agentes de Control de Inmigración y Aduanas (en inglés ICE) detendrán a todos los que hayan entrado al país de forma ilegal.
“La verdad es que ya se ha visto que están deteniendo gente que no tiene antecedentes criminales. Si eres indocumentado, eso te hace un criminal”, comenta Nathalie Vera, una periodista peruana que actualmente está cubriendo la situación migratoria en el área bahía de California.
Las deportaciones de la última semana están afectando el bienestar psicológico de los que corren riesgo de ser deportados. Mónica Ahumada, quien emigró de Colombia a los Estados Unidos con una visa de trabajo ya expirada, dice que las acciones del gobierno la hacen sentir como criminal.
“En este punto uno se siente delincuente sin serlo”, dice Ahumada. “Yo no hago nada ilegal que no sea ser yo misma, haber nacido en otro país”.
El miedo y la paranoia también crecen en las comunidades latinas. Aunque para muchos no es posible faltar al trabajo para mantenerse escondidos de agentes de migración, por lo general, la gente está evitando pasar tiempo en espacios públicos. “No salgo mucho. Siempre voy de mi casa al trabajo, del trabajo a la casa”, menciona Ahumada. “Si yo antes no salía, ahora voy a tener mucho más miedo de salir”.
Vera informa que lo mismo sucede en California: los migrantes “no quieren tomar el bus, no quieren salir, no quieren ir a la escuela. Hay alumnos que dicen que sus compañeros están faltando porque tienen miedo a ir a la escuela”.
Esto también ha afectado negocios que dependen de la clientela latina para seguir abiertos, ya que donde se ha confirmado que se han visto oficiales de migración, la gente no ha vuelto.
Tras un avistamiento de oficiales de ICE en una plaza en San José, California, Vera señala: “La clientela ha bajado en todos los locales cercanos, y no solo por ese día, sino en los días siguientes también”.
Organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes están organizando eventos en todo el país para enseñar a la gente sus derechos si es que llegan a enfrentarse con un agente de inmigración. Sin embargo, el miedo hace temer a muchos que estos mismos eventos se conviertan trampas para detener a los inmigrantes.
Ahumada sabe que hay eventos que ofrecen información sobre sus derechos, pero no se anima. “Es que uno piensa: ‘¿Qué tal que me agarran por allá? ¿Qué tal si es el mismo ICE que está encubierto?’ Una nunca sabe”.
Vivir sin papeles durante estas semanas de incertidumbre también ha hecho sentirse a Ahumada distante de sus amigos estadounidenses, quienes no saben de su estatus legal. “Nunca les dije el porqué de mis nervios. Yo no quería sentirme rechazada”, lamenta Ahumada. “Yo no soy un delincuente, pero me siento como una”.
Las políticas del gobierno Trump comienzan a generar acciones de respuesta de distintos sectores.
En el norte de California, protestas lideradas por estudiantes universitarios latinos exigieron que se vaya el ICE de sus comunidades. La manifestación culminó con el cierre de la intersección de la plaza donde se habían visto agentes de migración solo días anteriores y se esperan más manifestaciones este fin de semana.
“Están criticando a Trump”, confirma Vera. “Están diciendo literalmente, ‘Fuck Donald Trump’”.
La ONU critica el arresto de migrantes
Agencias
La detención de migrantes debe considerarse como el último recurso, subrayó ayer la ONU, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara un proyecto para detener a miles de indocumentados en la cárcel de Guantánamo.
Trump declaró el miércoles haber ordenado la construcción de un campo de detención en Guantánamo para albergar a hasta 30 mil “criminales extranjeros presentes de manera ilegal” en territorio estadounidense.
El campo se construiría en la instalación militar estadounidense situada en el extremo sureste de Cuba, usada para detener a personas sospechosas de terrorismo desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos. El portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Jeremy Laurence, subrayó que era “clave respetar la dignidad y los derechos de todos los individuos, sea cual sea su estatuto migratorio, y garantizar que se los trata de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos”.
“La detención de migrantes solo debe utilizarse como último recurso, y solo en circunstancias excepcionales”, añadió. “Sea cual sea su situación, los migrantes tienen derechos y deben ser respetados, dondequiera que se encuentren”, insistió.
La base militar de Guantánamo alberga la prisión del mismo nombre, creada por el expresidente George W. Bush después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 como parte de su “guerra contra el terrorismo”.
Para muchas ONG, se convirtió en símbolo de los abusos de la lucha contra el terrorismo, debido a sus condiciones extremas de detención y el recurso a la tortura.
La prisión de Guantánamo alberga actualmente a 15 detenidos. Cerca de 800 detenidos -incluyendo un máximo de 680 en 2003 -- han pasado por allí en más de veinte años.