El gobierno norcoreano de Kim Jong-un calificó este martes como un “acto militar hostil” la llegada del submarino de ataque estadounidense USS Alexandria a la base naval de Busan, en Corea del Sur, e intensificó su retórica contra Washington y sus aliados en la región.
Un vocero del Ministerio de Defensa norcoreano, citado por la agencia estatal KCNA, advirtió que este despliegue “puede llevar la aguda confrontación militar en la región a un verdadero conflicto” y lanzó una advertencia directa a Estados Unidos para que “deje de realizar provocaciones”.
El régimen norcoreano consideró que “la primera aparición manifiesta de un submarino nuclear estadounidense en la península de Corea este año es una expresión clara de la invariable histeria de Estados Unidos por la confrontación” con Pyongyang.
Además, indicó que sus fuerzas “vigilan de cerca la frecuente aparición de los medios estadounidenses en la región” y aseguró estar dispuesto a emplear “cualquier medio para defender la seguridad e intereses del Estado y la paz regional”.
“Aclararemos nuestra elección de acción y modo de contraataque contra nuestros rivales”, añadió.
Por qué está el USS Alexandría en Corea del Sur
En apariencia, el USS Alexandria, un submarino de ataque de clase Los Ángeles, llegó a Busan el lunes para reabastecerse y permitir el descanso de su tripulación.
En realidad, su presencia forma parte de los esfuerzos de disuasión de Estados Unidos y Corea del Sur ante las constantes amenazas y provocaciones del régimen norcoreano, que en los últimos meses intensificó sus pruebas con misiles balísticos y proyectiles de artillería.
Kim Jong-un acusó a Estados Unidos por el aumento del riesgo de una nueva guerra mundial e instó a fortalecer las fuerzas nucleares de su país. Durante un discurso por el 77º aniversario de la fundación de las fuerzas armadas norcoreanas, el líder reafirmó la “política inquebrantable” de Corea del Norte de continuar con el desarrollo de su arsenal nuclear.
Según KCNA, Kim presentó una serie de nuevos planes para reforzar “todas las medidas de disuasión”, aunque no brindó detalles al respecto.
En su intervención ante altos mandos militares, el mandatario sostuvo que el despliegue de activos estratégicos nucleares estadounidenses en la península coreana, junto con los ejercicios militares conjuntos de Washington, Seúl y Tokio, están generando un “desequilibrio militar” en la región y representan “un grave desafío” para la seguridad norcoreana.
La relación entre Corea del Norte y Rusia
El líder norcoreano también vinculó su política armamentista con conflictos internacionales. Según el régimen, Estados Unidos promovió la crisis en Gaza, Siria, Rusia y Ucrania. En particular, responsabilizó a Washington de prolongar la guerra entre Rusia y Ucrania con el “sueño irrealizable de golpear estratégicamente a Rusia”. Además, reiteró el apoyo de su régimen a Vladimir Putin, basado en el tratado de defensa mutua firmado el año pasado.
En su discurso, Kim afirmó que “no quiere tensiones innecesarias”, pero advirtió que “tomará medidas sostenidas para asegurar el equilibrio militar regional”. Asimismo, aseguró que responderá a Estados Unidos y sus aliados con “un lenguaje que puedan entender”.
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y Corea del Sur reaccionaron con una serie de ejercicios militares conjuntos con fuego real a tan solo 30 kilómetros de la Zona Desmilitarizada (DMZ), y reafirmaron también su compromiso con la defensa regional frente a las amenazas del régimen norcoreano.
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