El gobierno de China demostró que está dispuesto a enfrentarse a Estados Unidos en la impredecible guerra comercial que lanzó el presidente Donald Trump y que está haciendo tambalear los mercados bursátiles y la economía internacional. El gigante asiático anunció que a partir del 10 de abril replicará con aranceles del 34% a todas las importaciones de bienes estadounidenses, como represalia a los gravámenes anticipados por el magnate norteamericano a los productos chinos.
Trump desató esta semana una guerra comercial global con el anuncio de aranceles de un mínimo del 10% a las importaciones de todos los países y de impuestos adicionales a sus principales socios comerciales.
China es el primer país en reaccionar a la ofensiva proteccionista de Trump. “Para todos los bienes importados de Estados Unidos, se aplicará un arancel adicional del 34% además de la tasa arancelaria actualmente aplicable”, indicó el Ministerio de Finanzas.
Lo que sucede es que los costos serán astronómicos para el gigante asiático: sus productos serán gravados con un 34%, que se suma al 20% que Estados Unidos le impuso ya en febrero.
El Ministerio de Comercio chino también informó que impondrá controles de exportación a siete elementos de las tierras raras, entre ellos el gadolinio, que se utiliza para las resonancias magnéticas, y el itrio, usado en productos de electrónica de consumo.
“Esta práctica de los EE.UU. no está en línea con las reglas del comercio internacional, socava seriamente los derechos e intereses legítimos de China y es una práctica típica de acoso unilateral”, dijo la Comisión de Aranceles del Consejo de Estado de China.
Los mercados reaccionaron con un desplome de los principales índices bursátiles ante la escalada de tensiones entre las dos primeras potencias económicas del mundo.
Trump respondió con un sarcasmo sobre la reacción del gobierno de Xi Xinping. “China se equivocó, entró en pánico. La única cosa que no pueden permitirse hacer”, escribió el mandatario en su red Truth Social ayer, antes de ir a su club de golf en Florida.
“Hacerse rico”. Sin darle importancia al derrumbe de las Bolsas y a las advertencias de los especialistas sobre la agudización de la crisis económica a nivel global, Trump remarcó que no cambiará sus políticas y que es un excelente momento para hacerse “más rico”.
“A los muchos inversores que vienen a Estados Unidos e invierten cantidades masivas de dinero, mis políticas nunca cambiarán. Este es un gran momento para hacerse rico, ¡¡¡Más rico que nunca!!!”, escribió en mayúsculas en Truth Social.
El gobierno estadounidense advirtió a sus socios comerciales que no tomaran represalias contra sus aranceles aduaneros porque se exponen a sufrir recargos adicionales sobre sus exportaciones a Estados Unidos. Hasta el momento, solo China se atrevió a replicarlo.
La ofensiva proteccionista de Trump, sin parangón desde los años 1930, consiste en una tarifa aduanera mínima del 10% para todas las importaciones y recargos selectivos para ciertos países.
Las nuevas tarifas podrían reducir el comercio mundial en “alrededor de un 1%” en términos de volumen este año, sostuvo la jefa de la Organización Mundial de Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, alertó que “representan claramente un riesgo importante para las perspectivas globales en un momento de crecimiento muy lento”.
“Es importante evitar pasos que puedan perjudicar aún más la economía mundial”, apuntó la directora del Fondo, en una velada crítica a Trump.
Además de los aranceles contra China, Trump dispuso tasas del 20% para la Unión Europea, del 24% para Japón, del 26% para India, 31% para Suiza y 46% para Vietnam. Varios están negociando para tratar de bajarlas.
Varias economías latinoamericanas figuran en la lista de aranceles, entre ellas Argentina y Brasil, con la tasa mínima del 10%. En cambio, para Nicaragua del 18%, y para Venezuela, del 15%.