INTERNACIONAL
"Guerra comercial"

China investigará la venta de los puertos del Canal de Panamá tras la 'celebración' de Trump

La Cancillería china cuestionó la compra de BlackRock a un conglomerado de Hong Kong y condenó el uso de "coerción económica, el hegemonismo y la intimidación" de Washington.

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Xi Jinping. | AFP

Según la óptica de Donald Trump, Estados Unidos anotó un gol a favor la competencia estratégica con China gracias a BlackRock. El poderoso fondo de inversión estadounidense compró dos de los cinco puertos que operan en el Canal de Panamá y que estaban en manos de la empresa china CK Hutchison, tratándose de una maniobra financiera para "contener" la supuesta injerencia china en la región.

"Mi administración va a recuperar el Canal de Panamá, y ya hemos empezado a hacerlo", dijo Trump ante el Congreso estadounidense en relación a la transacción valuada en poco más de 20 millones de dólares. Al igual que en Argentina, en su discurso de apertura de sesiones legislativas el jefe de estado traza los lineamientos de gobierno, incluida la política exterior.

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En este caso, el republicano no dejó lugar a la duda de la intención que había reiterado tanto en su primer mandato como en la campaña de 2024: que "recuperaría" el control del canal bioceánico, un punto estratégico por donde pasa el 6% del comercio marítimo global. "Justo hoy una gran empresa norteamericana anunció que va a comprar los dos puertos que rodean el Canal de Panamá y muchas otras cosas relacionadas con el Canal de Panamá y algunos otros canales", apuntó.

China advirtió a Trump por la maniobra financiera de BlackRock en el Canal de Panamá

Pero el festejo de Trump y de Marco Rubio, el jefe de la diplomacia que presionó al gobierno panameño para que facilite la venta de los puertos, se vio opacado por la respuesta de China. Beijing abandonó su tradicional postura de "paciencia estratégica" frente a los comportamientos pasionales de algunos líderes políticos y criticó abiertamente la gestión del imprevisible presidente que abrió una disputa planetaria en materia comercial y arancelaria.

En esa línea, el gobierno de Xi Jinping filtró que investigará la maniobra financiera que permitió la transacción entre BlackRock y el conglomerado hongkonés, advirtiendo a Washington sobre el uso de "coerción económica, hegemonismo e intimidación" contra otros países.

"Permítame enfatizar, en términos más generales, que China se opone firmemente a las medidas que vulneran y socavan los derechos e intereses legítimos de otros países mediante la coerción económica, el hegemonismo y la intimidación", detalló Mao Ning, portavoz de la Cancillería china, en una rueda de prensa con periodistas.

Trump Putin y Xi Jinping 20250214
Donald Trump y Xi Jinping

Al igual que los europeos, China modificó su retórica adaptándola a la del magnate republicano, tal como demostró al asegurar estar preparado no solo para una "guerra comercial", sino para "cualquier tipo de guerra", según declaró el embajador chino en Estados Unidos luego del anuncio del aumento de aranceles. En paralelo, celebró el reciente cierre de dos medios estadounidenses, la Voz de América y Radio Free Asia, ordenado por Trump. "Su historial turbio en la cobertura de China no es ningún secreto, apuntó el vocero de Wang Yi.

Las declaraciones de la diplomacia china ocurrieron poco después de que se conociera la reunión trilateral con Rusia e Irán, liderada por el gigante asiático, para evaluar el tablero global marcado por la irrupción de Trump, la potencial escalada de rearme nuclear y la "ilegalidad" de las sanciones internacionales, en un guiño directo a Washington. Beijing, en tanto, encara una renovación de su liderazgo global con mayor presencia, mientras aumentó de su gasto en defensa para 2025 en una cifra cercana al 7% del presupuesto.

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En ese contexto, la competencia con EEUU y la retórica divisiva de Trump respecto a la "injerencia china" en su área de influencia (el Ártico y América Latina) toma otro color. En poco más de 50 días, Donald Trump pateó el diagrama internacional que coronó a EE.UU. como potencia global tras la Segunda Guerra Mundial. Bajo el lema "Estados Unidos Primero", Trump desplegó su política de garrote que implicó, entre otras cosas, distanciarse de sus aliados tradicionales y acercarse a Rusia, el país que con la invasión de Ucrania socavó el derecho internacional que condenaba el uso de la fuerza como mecanismo de hacer política.

En ese contexto, y con el pretexto de una supuesta injerencia china y rusa, Trump no descartó la fuerza militar para anexarse con Groenlandia, un paraíso ártico donde abundan minerales estratégicos para la competencia en las telecomunicaciones, tierras raras y petróleo; y ordenó aumentar la presencia militar en Panamá después de celebrar que una firma privada estadounidense compró, con su vistobueno, dos de los cinco canales que operan en el Canal.

Puertos de Balboa y Cristóbal de Panamá 20250306
BlackRock compró a un conglomerado chino los puertos de Balboa y Cristóbal del Canal de Panamá.

Si bien Trump y Xi Jinping mantienen una línea telefónica directa al estilo Washington-Moscú durante la Guerra Fría, no se descarta que el conflicto escale, especialmente si Trump continúa con sus amenazas de aumentar hasta el 60% los aranceles a las importaciones chinas. La pregunta que queda abierta es si la política de shock del magnate republicano es una maniobra táctica para mejorar su posición en medio del avance de potencias emergentes; o si se trata del inicio de una revolución que no solo romperá con el entramado normativo internacional que garantizó cierta "paz" desde Bretton Woods, sentando las bases de un nuevo capítulo en la historia.