El tribunal de la ciudad nororiental china de Changchun condenó a una pena de muerte suspendida al ex ministro de Agricultura, Tang Renjian. El exfuncionario fue acusado de aceptar sobornos millonarios para favorecer a terceros en licitaciones y proyectos. Todas las propiedades personales de Tang serán confiscadas y las ganancias ilegales se recuperarán para engrosar las cuentas nacionales del gobierno de China, agrega el despacho.
La aplicación de estas penas de muerte suspendidas es relativamente frecuente en China en casos de corrupción y supone que, si el condenado no comete nuevos delitos y tiene un comportamiento adecuado durante el periodo en el que está vigente la suspensión, puede ver su conmutada su sentencia a prisión perpetua.
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En sentido, las autoridades judiciales se expidieron y concluyeron que “los delitos de Tang supusieron graves daños para los intereses del Estado y el pueblo, haciéndole merecedor de la pena de muerte. Sin embargo, teniendo en cuenta su cooperación a la hora de confesar sus crímenes, de devolver las ganancias ilícitas y otros factores atenuantes, el tribunal ofreció clemencia”.
La agencia oficial de noticias Xinhua, precisó que entre 2007 y 2024, el ex funcionario utilizó sus cargos para realizar acciones ilícitas por las que recibió a cambio efectivo y bienes por un valor equivalente a unos 38 millones de dólares por cohecho en licitaciones o concursos laborales.
Esta medida del gigante asiático, refuerza el rigor de Xi Jinping ante actos de corrupción dentro del poder estatal. Desde que asumió como líder de gobierno en 2012, fue una prioridad para su gestión.

La investigación disciplinaria contra Tang Renjian comenzó en mayo del 2024 y desembocó en su expulsión del Partido Comunista en noviembre de ese mismo año por “graves violaciones disciplinarias” y “la sospecha de que aceptó sobornos” oficializando las autoridades su detención semanas más tarde.
El caso de Tang Renjian se suma a otras dos destituciones de alto rango que tuvieron lugar en los últimos dos años. Entre ellas, la de los ex titulares de las carteras de Asuntos Exteriores, Qin Gang y Defensa, Li Shangfu, quienes también fueron apartados de sus cargos en 2023 acusados por depravación a los fondos públicos.
Su salida del gobierno de Xi Jinping elevó a tres el número de ministros del gabinete chino abruptamente cesanteados de sus funciones. Los principales órganos anticorrupción del Estado y el Partido le habían acusado de "ser ineficaz en la puesta en marcha de decisiones", de "tomar decisiones a ciegas", de "estar moralmente corrompido" y de "mostrar una codicia desenfrenada".
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Desde que en julio del 2023 Qin Gang, perdió el cargo solo siete meses después de su nombramiento y tras no haber sido visto en público durante un mes. También en ese mismo año, el entonces titular de Defensa, Li Shangfu, fue también depuesto sin explicaciones y posteriormente expulsado del PCCh (Partido Comunista Chino) tras ser acusado de un delito de corrupción.
PM/LT