El rompehielos ARA “Almirante Irízar” llevó a cabo la activación y enlace satelital de la baliza oceanográfica inicial en el Pasaje Drake, que permanecerá en funcionamiento durante un período de cinco años con el objetivo de obtener datos de vital importancia para comenzar modelos de previsión meteorológica. A su vez, el equipo de trabajo de la campaña antártica realizará tareas de muestreo de fondos y batimetrías en bahías como López Bertodano o Esperanza.
Se efectuó el lanzamiento de la primera de las tres boyas perfiladoras, artefacto que emerge luego de diez días y permanece en las corrientes del océano, brindando información periódica.
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El personal especializado en oceanografía, meteorología, hidrografía y balizamiento de la Armada Argentina (ARA) a bordo del “Almirante Irízar” estuvo a cargo de situar la primera de las tres boyas perfiladoras para la recolección de información sobre la Antártida.
El encargado de la Central Meteorológica y suboficial de la ARA, Segundo Ramón Miño, explicó que “una vez lanzada, la boya se va sumergiendo hasta los 2.000 metros al tiempo que va recopilando y registrando datos como temperatura y salinidad del agua a distintas profundidades, que son remitidos por satélite”.
Además de la baliza ubicada en el Pasaje Drake, se determinaron otros dos puntos estratégicos ubicados en el Mar de Weddell, amplia porción del océano Atlántico Sur en la Antártida, del área también conocida como océano Antártico.
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Se encuentra al sudeste de las islas Orcadas, y en el mar de Bellingshausen, al oeste de la Península Antártica. El sistema integrado de observación de océanos cuenta con alrededor de 4.000 boyas diseminadas en los distintos mares del planeta.
La campaña antártica en el marco del programa Matriz de Oceanografía Geostrofísica Real
Las boyas perfiladoras fueron enviadas por la Institución Oceanográfica “Woods Hole” en el marco del programa internacional Matriz de Oceanografía Geostrofísica Real (ARGO), que responde a la necesidad de entender y predecir el clima. Tras años de desarrollo, se consolidó como elemento fundamental en la estrategia integral del Sistema de Observación Global del Océano.
El ambicioso objetivo se lleva a cabo a través del despliegue de un conjunto de aproximadamente 4000 boyas perfiladoras. Una vez que se hunden, permanecen más de una semana a la deriva a una profundidad de 1000 metros.
Transcurrido ese lapso de tiempo, descienden hasta los 2000 m de profundidad y comienzan paulatinamente el ascenso hacia la superficie.
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