En pleno conflicto con la Corte Suprema, que ordenó al Senado investigar si sus “omisiones” agravaron la crisis de la pandemia en Brasil, que ya ha provocado más de 350 mil muertos, Jair Bolsonaro volvió a criticar ayer las medidas de confinamiento decididas por varios gobernadores ante el agravamiento de la segunda ola de coronavirus.
El mandatario viajó en moto junto a su custodia y asesores hasta Morro da Cruz, un suburbio de Brasilia, donde visitó, sin barbijo y sin mantener el distanciamiento, la casa de dos migrantes venezolanas.
Criticando a los gobernadores que defienden un lockdown estricto ante el crecimiento de casos y la amenaza de colapso del sistema de salud, en particular el paulista Joao Doria, Bolsonaro sostuvo que “lo que ellos quieren, como ese canalla de San Pablo, es quebrar al Estado, quebrar a Brasil, para después acusar a los responsables. Es cosa de canallas, que es el caso de ese tipo de San Pablo que usó mi nombre para ser electo”, afirmó el presidente.
Las migrantes venezolanas explicaron al presidente brasileño que habían dejado su país en busca de una vida mejor, porque allí no hay infraestructura y pésimas condiciones de vida. Bolsonaro aprovechó el comentario para atacar a Lula da Silva y para insistir en sus críticas al aislamiento social.
“Ustedes, dijo el presidente a las mujeres, querrían estar en Venezuela. Todas tienen recuerdos, dejaron familia. Pero el régimen de allá les fue sacando de a poco la libertad. Todo el mundo sabe que Lula hizo propaganda para Hugo Chávez, allá en Venezuela, Dilma (Rousseff) también. Lula siempre defendió al régimen de Venezuela”.
“Nuestro Ejército, subrayó Bolsonaro, nunca hará nada contra la libertad privada de ustedes, y saben que cada vez que las necesitaron, ellas estuvieron junto a ustedes, no junto a gobernadores con aspiracones dictatoriales”, insistió el mandatario.
Finalmente, Bolsonaro criticó al Supremo Tribunal Federal (STF) por haber avalado los decretos de alclades y gobernadores que prohibieron cultos y misas durante la pandemia. “Es el absurdo del absurdo”, afirmó, pese a que, sólo en lo que va de abril brasil registró más de 27 mil muertos.