El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó en una llamada a su homólogo chino, Wang Yi, sus “serias preocupaciones” por Taiwán y el Mar de China Meridional, dijo ayer el Departamento de Estado.
En la llamada, Rubio “subrayó el compromiso de Estados Unidos con sus aliados en la región y las serias preocupaciones planteadas por las acciones coercitivas de China contra Taiwán y en el Mar de China Meridional”, informó en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce.
Además destacó que la administración del presidente Donald Trump “buscará una relación entre Estados Unidos y China que promueva los intereses de Estados Unidos y ponga al pueblo estadounidense en primer lugar”.
Se trata del primer contacto entre ambos ministros de Exteriores desde que Rubio, conocido por su línea dura contra China, asumió el cargo el martes. De su lado, Wang instó a su homólogo estadounidense a abordar el tema de Taiwán con “cautela”, dijo su oficina desde Beijing.
“Nunca permitiremos que Taiwán se separe de China”, dijo, y agregó que Washington “no debe traicionar su promesa” de adherirse al principio de “una sola China”. China considera Taiwán parte de su territorio y ha amenazado con usar la fuerza para recuperar el control de esa isla autónoma.
Durante mucho tiempo Estados Unidos ha apoyado a Taiwán y es su principal proveedor de armas, aunque no reconoce formalmente su estatus diplomático. En una audiencia en el Senado la semana pasada, Rubio calificó a China como “el adversario más poderoso y peligroso que Estados Unidos haya enfrentado jamás”, y prometió fortalecer el apoyo a Taiwán para prevenir una invasión.
Wang enfatizó durante la reunión que las dos economías más grandes del mundo deben encontrar “una manera de llevarse bien en esta nueva era”, en una aparente referencia al regreso de Trump a la Casa Blanca.
China reclama la mayor parte del Mar de China Meridional, una vía fluvial estratégica, pese a que un fallo internacional establece que el reclamo carece de base legal.
Los frecuentes enfrentamientos con Filipinas han suscitado temores de que arrastren a Estados Unidos, histórico aliado de Manila en seguridad, a un conflicto armado con el gigante asiático.
Rubio habló sobre las crecientes ambiciones chinas en sus reuniones del martes en Washington con sus homólogos japonés, australiano e indio. Ayer también tuvo un encuentro con el jefe de la diplomacia vietnamita.
Además de su conversación por China, Rubio ordenó ayer congelar prácticamente toda la ayuda exterior, con la excepción de la destinada a Israel y Egipto, según una circular interna. “No se asignarán nuevos fondos hasta que cada nueva concesión haya sido revisada y aprobada”, de acuerdo a “la agenda del presidente” Donald Trump.
