El balotaje presidencial de Uruguay, programado para el 24 de noviembre, se perfila como un escenario altamente competitivo entre el opositor Yamandú Orsi (Frente Amplio) y el oficialista Álvaro Delgado (Partido Nacional). Según una reciente encuesta, los dos candidatos están separados por apenas tres puntos porcentuales, lo que augura una definición ajustada en las urnas para determinar quién será el reemplazante del presidente saliente Luis Lacalle Pou.
El sondeo revela que Orsi, el candidato del Frente Amplio aprobado por el expresidente José Pepe Mujica, se encuentra al frente de la contienda con el 48,5% de la intención de voto. Sin embargo, la diferencia con Delgado, exsecretario de la presidencia y candidato del oficialismo, es mínima, con el dirigente del Partido Nacional alcanzando el 45,1%. De acuerdo con el informe de Opción Consultores, esta distancia se encuentra dentro del margen de error, lo que subraya un ajustado escenario de cara al balotaje en el que eventualmente esa diferencia podría ir para cualquiera de los dos candidatos.
Este margen entre ambos contendientes refleja cierta polarización del electorado uruguayo, que está pronto a decidir entre dos opciones disímiles, pero sin esperar un cambio radical en el rumbo económico del país, según afirmaron ambos candidatos. El 6% de los votantes sigue indeciso, mientras que un 6% adicional proyecta votar en blanco o anular su sufragio, lo que agrega más complejidad al resultado final.
Qué dice la encuesta que le da una ventaja a Orsi en Uruguay
Según la encuesta de Opción, uno de los datos más reveladores es el aumento en la fidelización del bloque oficialista, en comparación con meses anteriores, lo que se condice con el alto nivel de imagen positiva que tiene Lacalle Pou en la recta final de su mandato. La consultora señala que "la predisposición del electorado externo" sigue favoreciendo a Orsi levemente, pero reconoce que "el escenario es altamente competitivo". Este repunte de la fidelización en el bloque de Delgado podría ser un factor determinante en los próximos días, ya que el 6% de indecisos tiene aún un gran peso en la balanza.
Además, la encuesta de Opción proyecta que el binomio Orsi-Carolina Cosse podría alcanzar un techo de hasta el 50,8%, mientras que la fórmula Delgado-Valeria Ripoll podría llegar hasta el 47,4%. Este margen refleja la volatilidad de los votantes en esta recta final de la campaña.
Pepe Mujica sufragó en silla de ruedas y dijo que puede ser su "último voto"
Si bien Orsi parte con una leve ventaja, el panorama sigue siendo incierto. Según analistas, como Nicolás Saldías de The Economist Intelligence Unit, la coalición de Gobierno tiene una ventaja con respecto a la fidelización del voto, lo que podría ser decisivo en la segunda vuelta. "Será difícil para el Frente Amplio captar los votos remanentes para ganar", explicó Saldías a AFP, refiriéndose a la diferencia entre los votos obtenidos por ambos bloques en la primera vuelta y la falta de una propuesta de Gobierno concreta por parte del candidato opositor.
En tanto, de cara al balotaje, Orsi deberá atraer a una porción de los votantes del centro y de la derecha que optaron por otros partidos en la primera vuelta, mientras que Delgado, con el respaldo de la coalición Gobernante, tiene la tarea de consolidar ese apoyo y evitar que los votantes de la izquierda logren reactivar su apoyo.
Cuándo es el debate presidencial en Uruguay
Este domingo ambos candidatos protagonizarán el primer y único debate televisivo obligatorio de la campaña, de acuerdo con una ley de 2019 que obliga a los candidatos a debatir en segunda vuelta. Este enfrentamiento cara a cara promete ser una instancia clave para definir el rumbo del balotaje. Los analistas coinciden en que, aunque Orsi mantiene una ligera ventaja, el debate podría jugar un papel decisivo en movilizar el voto de los indecisos y los sectores menos comprometidos.
El debate será visto como una oportunidad para que Orsi, de 57 años, con su perfil de profesor de historia y exgobernante del Departamento de Canelones, y Delgado, veterinario de 55 años, con su experiencia legislativa y en la administración pública, afiancen sus propuestas ante un electorado expectante y dividido.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el 27 de octubre, ya había dejado claro que la carrera se decidiría en un balotaje. Orsi fue el candidato más votado en esa instancia, obteniendo el 43% de los votos, aunque sin alcanzar el umbral necesario para evitar la segunda vuelta. Por su parte, Delgado, con el 26%, se ubicó en segundo lugar, mientras que su coalición, que incluye al Partido Colorado, Cabildo Abierto y el Partido Independiente, en conjunto superó el 20% de la intención de voto.
Con Orsi y Delgado a la cabeza, el podio lo completó el referente del histórico Partido Colorado, Andrés Ojeda, que si bien forma parte de la coalición gobernante se postuló por su cuenta a la elección. En ese momento, el clima electoral se vio marcado por la preocupación de los uruguayos por la seguridad pública, el tráfico de drogas, la pobreza y la educación, temáticas que los tres candidatos más populares abordaron durante la campaña.
Uruguay, que ostenta uno de los sistemas democráticos más estables de la región, renueva presidente cada 5 años sin posibilidad de reelección. Este 2024 se destacó el alto nivel de aprobación de la figura saliente, Lacalle Pou, quien en 2019 rompió con la hegemonía del Frente Amplio después de tres períodos de gobierno.
De esta forma, el balotaje del 24 de noviembre se configura como un enfrentamiento entre dos visiones opuestas del futuro de Uruguay: el regreso del Frente Amplio al poder, liderado por Orsi, tras cinco años de Gobierno del Partido Nacional bajo la presidencia de Luis Lacalle Pou, y la continuidad del oficialismo con la apuesta de Delgado, quien busca mantener las políticas implementadas por Lacalle.
CD/ML