A través de un comunicado, la Cancillería argentina reiteró este sábado su enérgico reclamo contra el gobierno de Nicolás Maduro y alertó sobre la grave situación que enfrentan seis dirigentes opositores asilados en la embajada argentina en Caracas. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, liderado por Gerardo Werthein, calificaron de “alarmante” la persecución política que padecen los asilados y exigieron medidas urgentes.
“La vida de seis asilados enfrenta un peligro inminente”, señalaron las autoridades argentinas, que además hicieron un llamado a las Naciones Unidas y a la Organización de los Estados Americanos para que presionen al gobierno venezolano a fin de otorgar los salvoconductos necesarios que garanticen la salida segura de los opositores.
El reclamo, difundido bajo el hashtag #SalvoconductoYa, se suma a los pedidos de otros países que han manifestado su rechazo al régimen de Maduro y su apoyo a los derechos de los perseguidos políticos. Sin embargo, las condiciones en la embajada no dejan de agravarse. Según denunciaron desde la oposición venezolana, la sede diplomática sufrió cortes de electricidad, agua y acceso a alimentos.
Tomás Arias, abogado del grupo opositor, aseguró que el asedio a la residencia se intensificó tras las elecciones de agosto, en las que el régimen de Maduro se adjudicó la victoria, y que los seis líderes asilados -parte del proyecto político de María Corina Machado- han sido acusados de delitos como conspiración y traición a la patria.
En esa línea, el dirigente venezolano Pedro Urruchurtu, uno de los seis asilados en la residencia de la embajada de Argentina en Caracas -custodiada por Brasil-, denunció recientemente en sus redes sociales que las autoridades venezolanas incrementaron el hostigamiento, incluyendo “amenazas de ingreso, sobrevuelos de drones y un importante despliegue de agentes represivos del Estado”.
También afirmó que la residencia sigue sin acceso a agua potable, y que dependen de una planta eléctrica para refrigerar alimentos de manera limitada.
Además, contó que tienen mínimas reservas de agua potable, que “se sigue impidiendo el acceso” de camiones cisterna para llenar el tanque del edificio, y que ya hubo “restricciones y algunos incidentes” con respecto al acceso a la comida.
Asimismo, el opositor hizo un llamado al mundo y a los gobiernos de Argentina y Brasil, que tienen responsabilidad directa sobre la sede a que “alcen la voz” ante la “terrible violación al derecho internacional” y “al derecho de asilo”. En la misma línea, señaló que este asedio es una “ratificación de las prácticas de terrorismo de Estado”, por lo que también exigió “salvoconductos para poder salir seguros”.
Desde agosto, la embajada está bajo la custodia de Brasil, tras la expulsión de los diplomáticos argentinos por parte del régimen de Maduro. Sin embargo, en septiembre, el gobierno venezolano revocó esta autorización bajo acusaciones de que los asilados habrían planeado actos terroristas desde la sede.
La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la principal coalición opositora de Venezuela, solicitó recientemente mayor presión internacional para detener lo que calificaron como “un asedio criminal” y exigieron que los salvoconductos sean emitidos de manera inmediata para los dirigentes refugiados en la embajada argentina.
Mientras tanto, el gobierno argentino insiste en que la situación representa una “violación al derecho internacional y al derecho de asilo” e insta a la comunidad internacional a actuar con urgencia. “Exigimos al régimen de Maduro la inmediata entrega de los salvoconductos”, reiteraron desde Cancillería, mientras crece la tensión en torno a la embajada argentina en Caracas.
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