La forma en la que la canciller de Alemania, Angela Merkel, ha enfrentado el desafío del coronavirus la ha vuelto a colocar en el primer plano de la política internacional, iluminando un liderazgo que asume contornos mayores si se lo compara con los de otros países poderosos, como los Estados Unidos de Donald Trump o la Gran Bretaña de Boris Johnson.
Apenas se tuvo noticia del Covid-19, Merkel se puso al frente, formó un comité de científicos para asesorarla, ordenó el confinamiento y la realización de miles de test y pronunció un inédito mensaje a la nación en el que advirtió: “esto es serio. Tómenlo en serio”, dijo a los alemanes.
Pese a que a que ya anunció que no buscará un nuevo mandato, y a que sus últimas perfomances electorales no fueron muy buenas –al punto que ya en 2018 renunció a la presidencia de su partido- Merkel está muy lejos de ser un “pato rengo”, como se llama en Estados Unidos a los presidentes que ya no pueden ser reelectos y pierden poder e influencia.
Merkel: "es el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial"
Por el contrario, la Canciller se ha ganado el respeto de propios y extraños por la forma en que su gobierno reaccionó a la amenaza de la pandemia, en parte, dicen quienes la elogian, por su pasado como científica.
De hecho, ahora goza de una reputación de la que hace muchos años no tenía. "Los medios de Israel la consideran una de las líderes más fuertes del mundo", dijo a la Deutsche Welle Amichai Stein, corresponsal de la televisión pública israelí KAN. Y en el marco de la crisis del nuevo coronavirus, Merkel es considerada como "la líder que sabe explicar la situación a la gente con claridad".
Para Stein, el gran talento de Merkel es su capacidad para explicar a la gente "la situación de forma clara y entendible".
En marzo, el diario New Zealand Herald titulaba: "La líder alemana brilla incluso en el ocaso de su poder". La publicación consideraba a Merkel y Alemania como "ganadores" dentro de la crisis y su estrategia en la lucha contra la pandemia como "un modelo a seguir".
Merkel, de 65 años, doctorada en Física, hija de un pastor luterano y de una profesora de latín, crecida en el este de Alemania, lleva 15 años al frente de una gran potencia.
La clase magistral de Angela Merkel para explicar la transmisión del coronavirus
Las alabanzas que recibe a nivel internacional demuestran que el tipo de liderazgo que ejerce Merkel se ha convertido en un bien escaso a nivel internacional. Y eso es algo que se aplica también para Estados Unidos y Reino Unido. Quien últimamente lea revistas influyentes como The Atlantic y Forbes o el diario New York Times, se tropezará con alabanzas hacia Merkel que llevan críticas implícitas a Trump: "Desde hace semanas, la jefa de Gobierno alemana emplea su racionalidad característica, que va emparejada con una atípica sentimentalidad", dice un artículo de The Atlantic.
Mientras tanto, el tema en Alemania es la era post-Merkel. Hace poco se cumplieron 20 años desde que asumiera la presidencia del partido CDU. Pero nadie se acordó de eso. Debido a la crisis del nuevo coronavirus, la más reciente encuesta de la cadena ARD reflejaba que la canciller obtiene el nivel más elevado de satisfacción entre la población desde 2017.
En todas las semanas de pandemia, Merkel no ha aparecido ni una sola vez públicamente llevando tapabocas. Ella es, sencillamente, Merkel, y tal vez nunca en ninguno de sus mandatos fue tan científica como política. La mirada analítica es la predominante, con referencias a constataciones, pruebas y suposiciones.
Si la crisis del coronavirus no se hubiera producido, el sábado pasado se hubiera votado un candidato masculino para suceder a Annegret Kramp-Karrenbauer, a su vez sucesora de Merkel, en la cúspide del partido CDU. Pero eso no ocurrió y la presidencia de la CDU se decidirá en diciembre. Y el 1 de julio, Merkel asume como canciller un nuevo mandato: la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Hace un año, no pocos políticos de la CDU especulaban con que Merkel ya no se ocuparía de esa nueva tarea en Europa, sino que sería relevada antes.
El ejemplo de Alemania: pequeños pasos y vigilancia para salir de la cuarentena.
Angela Merkel nació en Hamburgo en 1954 pero ese mismo año se trasladó a la República Democrática Alemana, integrante entonces del Bloque del Este. Fue en la Universidad de Leipzig donde estudió Física y, posteriormente, en la Academia de las Ciencias de Berlín, realizó un doctorado en Química Física.
Merkel desarrolló una carrera científica llevando a cabo una investigación sobre la desintegración de moléculas de hidrocarburo y escribiendo artículos para una revista científica de Alemania del Este.
Después de la caída del muro en 1989, abandonó la carrera científica y empezó a dedicarse a la política. Obtuvo su primer escaño parlamentario en 1990, convirtiéndose en Ministra de la Mujer y la Juventud. Después pasó a la cartera de Medio ambiente y Seguridad de Reactores y en 2000 se convirtió en líder del partido de la Unión Democrática Cristiana (CDU). En 2005, se convirtió en la primera mujer y la primera científica canciller y antes de 2007 ya era descrita como la mujer más poderosa del mundo.
Aunque ahora no trabaje en investigación, sigue siendo una gran defensora de la ciencia. “El Gobierno alemán reconoce que nuestro futuro estriba en una sociedad basada en el conocimiento [...]. Por ello, la promoción de la ciencia, la investigación y la innovación es una de mis mayores prioridades”, escribió la Canciller en la revista Science, en julio de 2006.
SF / MC / DS