Un hombre fue detenido durante la madrugada de este domingo como presunto autor del ataque a los frailes franciscanos del Monasterio de Santo Espíritu del Monte de Gilet, ubicado en el municipio español de Valencia, informó la Guardia Civil. Según trascendió, el agresor utilizó palos y botellas para herir a cuatro miembros de la congregación, siendo que uno de ellos falleció.
El episodio ocurrió en la mañana del sábado, cuando el atacante accedió al recinto del monasterio saltando una valla y llegó hasta las habitaciones de varios religiosos, en uno de los pisos superiores. Algunos de los frailes que presenciaron el hecho relataron que el hombre ingresó a los cuartos y los agredió con un bastón, un báculo e, incluso, una botella de cristal al grito de “soy Jesucristo y voy a matar a los frailes”.
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En ese sentido, un religioso explicó que estaba en la cocina cuando escuchó gritos en la planta superior del monasterio, ante lo que subió pensando que otro miembro de la congregación se había caído al suelo. Sin embargo, la escena que encontró fue diferente: el agresor estaba "apaleando" a sus compañeros, "uno detrás de otro y además fuertemente”. “Utilizó de todo lo que cogió: palos y una botella”, afirmó el monje.
Sumado a esto, indicó que el desconocido no causó daños materiales en el monasterio ni tenía intención de robar nada, sino que todo su afán era hacer daño físico a los frailes. Asimismo, agregó que la comunidad religiosa de este monasterio del interior de Valencia es “pequeñita” al estar formada por solamente siete monjes, siendo que solo uno de ellos, que estaba en la puerta, no se encontró con el perpetrador.
Desde el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) detallaron que hasta el lugar se movilizaron distintos recursos sanitarios. En concreto, un móvil de Servicios Médicos de Asistencia de Urgencias (SAMU) trasladó a un hombre (76) por traumatismo craneoencefálico hasta el Hospital Clínico de València; mientras que unidades de Soporte Vital Básico (SVB) transportaron a otros tres heridos (57, 66 y 95) por traumatismos o contusiones hasta el hospital de Sagunt.
“Entró una persona y empezó a apalear a los pobres frailes, habitación por habitación, creando una situación caótica dentro del monasterio. Gracias que no había huéspedes en la hospedería y solo estaban los frailes...”, explicó el alcalde de Gilet, Salva Costa.
Además, aseguró que en el monasterio nunca habían visto una situación así porque es un sitio “de espiritualidad” y un “lugar tranquilo” en el que solo viven siete franciscanos y al que puntualmente acude gente a preparar oposiciones y a ejercicios espirituales. “Es una cosa impensable, aquí siempre uno tiene las puertas abiertas a todo el mundo (...). Por tanto es una cosa que nos ha pillado a todos con el pie cambiado”, subrayó.
En sintonía con sus dichos, la institución religiosa condenó la agresión y se unió al sufrimiento de los frailes, "con las lesiones en el cuerpo y el dolor en el alma por lo vivido, que, sin duda, deja profunda huella en las personas".
"A excepción de fray Antonio Ivars Solbes, que estaba en la huerta y fray Federico Allara Aragó, que estaba en la capellanía celebrando misa, el resto de los hermanos han sido agredidos de forma violenta y estamos preocupados, sobre todo, por el posible alcance de las lesiones de fray Juan Antonio Llorente Espín, que parece el más dañado y con malas perspectivas, según las noticias recibidas", escribió el provincial de los franciscanos de la Inmaculada Concepción, fray Joaquín Zurera Ribó.
"Pedimos también por el agresor para que sea consciente del daño y sea capaz de rectificar un comportamiento para nada propio de la condición humana. Este acontecimiento también nos está pidiendo a todos los hermanos estar más atentos para evitar que puedan entrar en nuestras fraternidades personas que puedan ocasionar daños de cualquier tipo, y así saber cuidarnos mutuamente", agregó.
Tras conocerse el hecho, el Ayuntamiento de Gilet envió este sábado un mensaje de "calma y tranquilidad" a la población e informó de que durante toda la noche "y hasta que haga falta" varias patrullas de la Guardia Civil se encontraban "buscando al artífice de este acto tan atroz".
En tanto, fuentes de la investigación precisaron que este domingo detuvieron a un hombre de 46 años y nacionalidad española. El presunto agresor se encuentra demorado en el puesto de Puçol, a la espera de ser puesto a disposición judicial, previsiblemente este lunes. A raíz del arresto, el consistorio agradeció a la Policía por su "enorme trabajo".
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