El escenario que antecede a las elecciones en Estados Unidos es de máxima incertidumbre según reflejan las recientes encuestas que coinciden en que Donald Trump y Kamala Harris están prácticamente empatados. A medida que se acerca el primer martes de noviembre, el resultado proyectado es cada vez más ajustado, tanto que las diferencias entre ambos candidatos están por debajo del margen de error de las muestras.
Este escenario se sostiene incluso a pesar de una serie de sucesos sin precedentes en la historia estadounidense y que sacudieron la campaña. Uno de ellos fue la decisión -tardía- del presidente Joe Biden de declinar su candidatura a la reelección, no pudiendo resistir la presión de referentes del partido demócrata y donantes privados tras el shock del primer debate presidencial.
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Por otro lado, Donald Trump se presentó por un segundo mandato con la mancha de ser el primer candidato a presidente condenado por la Justicia, algo que fue resistido por un sector del partido republicano. El expresidente sufrió dos intentos de asesinato que no solo aumentaron su popularidad sino que lo dotaron de cierto misticismo. Desde entonces, Trump se adueñó de la elección hasta que la histórica remontada de la vicepresidenta Kamala Harris complicó lo que parecía ser una elección definida.
En tiempo récord, la sucesora electoral de Biden logró una inédita recaudación de fondos de campaña, realizó incontables mitines en distritos clave y superó a su rival en intención de voto por un escaso margen. Si bien no logró arrebatarle el dominio de la narrativa, recuperó la iniciativa demócrata bajo su principal as: la "amenaza" que supone su rival para el sistema democrático estadounidense.
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En medio de este escenario, no sorprende el alto nivel de votantes indecisos. "El electorado rara vez ha parecido tan dividido", definió el New York Times al publicar la última encuesta realizada junto a Siena College publicada a finales de octubre.
La medición indica que Harris y Trump están empatados en 48 a 48 a nivel nacional. A principios del mes, había marcado una ligera ventaja de la demócrata, con 49% contra el 46%. La tendencia hacia la paridad entre ambos también se condice con la media nacional de las encuestas del reconocido medio neoyorquino, sugiriendo que a medida que se acerca el 5 de noviembre la campaña se ajustó aún más.
Pero también hay encuestas que dan por ganador a Donald Trump. En una de sus más recientes publicaciones, The Wall Street Journal indicó que el candidato republicano superaría a Harris por 3 puntos porcentuales, a diferencia de lo que publicó a principios de octubre donde registró un empate de 48 a 48.
Una medición similar publicó la última encuesta que realizó el portal británico DailyMail.com y JL Partners a mil votantes este viernes. "Ambos candidatos han reforzado sus bases, pero Trump ha obtenido mejor resultado entre los independientes y los votantes indecisos en el último tramo", indicó el informe.
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Por su lado, entre las encuestas que dan por ganadora a Kamala Harris, ABC News y la consultora IPSOS mostró un escenario parejo pero que favorece levemente a la candidata demócrata. Alcanzaría 49% de los votos sobre el 47 de Trump. Sin embargo, el artículo advierte sobre las características del electorado, como los grupos "pro demócrata" que muestran una mayor propensión a votar en un país donde no es obligatorio.
"La participación es clave", definió, destacando además la "recuperación" de la ventaja clara demócrata entre la población negra e hispana (un electorado que suele votar azul), al igual que entre las mujeres. Trump, por su parte, se volvió más competitivo entre los votantes blancos de zonas rurales, "no informados" (o sea sin estudios superiores) y jóvenes.
Más allá de la agenda de ambos candidatos, la encuesta arroja un dato sobre la influencia del factor económico en el voto (especialmente la inflación), un área clave para del votante estadounidense. En una medición de septiembre, el 90% creía que era "lo más importante" para definir el voto. Sin embargo, esto disminuyó en 7 puntos hacia finales de octubre, lo que refleja que existen otras preocupaciones a la hora de elegir entre Trump y Harris.
Este resultado que tiende a favorecer a Harris levemente se condice con la última encuesta publicada por CNN y SSRS, que ubica a Harris a la cabeza con 51% frente al 45% de Trump. En esos márgenes también se pronunciaron las universidades en una encuesta realizada por YouGov y publicada por Forbes, que marca un 50% de Harris sobre el 47% de Trump. Los mismos números fueron reflejados por The Washington Post y Schar School, en una encuesta publicada a finales de octubre.
Cabe destacar que todos los casos las encuestas dan una visión del sentimiento nacional, con márgenes de error oscilan entre el 3% y el 5%. Casualmente se trata de una cifra que coincide con la mínima diferencia que registraron ambos candidatos en la votación de los estados indecisos o péndulo (swing states), que representan la llave de la elección.
La clave de la elección estará en el nivel de participación electoral y en el "voto vergüenza" pro Trump que no queda registrado en las encuestas.
La clave está en los estados indecisos (swing states)
La elección presidencial se decidirá en los siete estados en disputa, es decir, aquellos que no votan tradicionalmente por el partido demócrata o el republicano, sino que cambian de parecer según cada elección. La mayoría de las encuestas en esos estados -Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin- sugieren que la contienda está igual de ajustada que a nivel nacional.
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En un escenario de tales características, los equipos de campaña centraron los esfuerzos en captar a los votantes indecisos de los estados clave. Entre ellos, los votantes republicanos 'moderados' y los independientes. También aquellos que pertenecen a minorías -como la comunidad negra o latina- y que, si bien votan tradicionalmente demócrata, la figura de Trump podría seducirlos considerando el impacto que tuvo la inflación, a pesar de la recuperación económica del último tramo de la gestión Biden.
Con más de 200 millones de estadounidenses habilitados a votar, el 5 de noviembre la competencia en se reducirá al conteo voto a voto, luego de que 4 millones ya lo hicieran de manera anticipada. Especialmente en esos distritos donde impera la lógica de winner-takes-all (el ganador se lleva todo), como Pensilvania que, con sus 19 electores, es el estado que posiblemente defina quién será el próximo titular de la Casa Blanca.
En la recta final, los candidatos se apuran para torcer la balanza nominal a su favor y así dotarse de la totalidad de los delegados que definirán la composición del Colegio Electoral, el encargado de elegir al próximo presidente. Entre ellos en los populosos estados del cordón industrial del "óxido" (Rust Belt) -que también incluye a Wisconsin y Michigan- donde Harris mantiene una leve ventaja a nivel general pese al crecimiento de Trump en zonas rurales.
cp