Hernán, ¿cómo fueron tus inicios en la escritura?
Soy profesor de lengua y literatura en Tigre, distrito de la provincia de Buenos Aires, comencé mi camino desde niño leyendo libros de la biblioteca de mi casa. Con el tiempo fui descubriendo autores maravillosos que cambiaron mi manera de ver el mundo. En mi hogar también, siempre se compraba el diario y eso forjó en mí, el hábito de la lectura. Mi historia con la escritura fue de manera accidental para poder expresar lo que no podía decir en voz alta. Una profesora de la secundaria me invitaba a participar de concursos literarios y fue el primer contacto de que la idea de escribir, podía resonar en otras personas. Fue entonces cuando comencé a considerar la escritura no solo como un pasatiempo sino una vocación. Escribo para reivindicar con nostalgia mi barrio, Don Torcuato, para homenajear los muertos amados, mis alumnos y, sobre todo, mi familia. Escribir fue catártico con la muerte de mi padre, fue la piedra fundacional de este camino, con el afán de transformar el dolor en historias.
Con el trabajo de docente me surgieron las primeras inquietudes, necesitaba trabajar con temas delicados y decidí escribir como una necesidad. Al principio les daba a mis alumnos mis cuentos, sin decirles que yo era el autor, para saber su opinión genuina. Me fue bien trabajando, hubo buena recepción con ellos y con los docentes y así me animé a editar el material. Al principio mis historias giraban en torno a lo que conocía, mi barrio, mi familia, los pequeños dramas cotidianos. Gracias a libros, cine y música, encuentro inspiración en lo trivial y también en lo complejo: las emociones, dilemas sociales y los contrastes entre la noble esperanza y la cruel realidad. Siento que es un mundo indiferente a nuestro sufrimiento. Y esa indiferencia, me invita a crear, a expulsar lo que siento, por eso escribo. Considero que el arte es la salvación, es amor, esculpir historias es imprescindible para mí.
¿De qué tratan los libros que realizaste?
Empecé a escribir los libros en el año 2020. El primero se llama “Las mariposas y el tiempo”, es un libro que fue escrito con mucho dolor, atravesando el duelo de la muerte de mi padre. El segundo “La trampa de los colores”, del año 2021, que habla de la crisis social y desigualdad que padecemos en Argentina. El tercero se titula “El amor nunca pide permiso”, habla del amor en todas sus formas, y el cuarto está saliendo en este momento, se llama “El espíritu de los libres”, que reivindica a las personas que nos faltan, que se fueron de este plano y resalto los valores que nos dejaron.
Tengo el placer de que muchos alumnos tengan los ejemplares, ellos van a las presentaciones. Los libros cuentan con ilustraciones y con actividades que les paso a los profesores como para trabajar en las escuelas, en especial con la ESI (Educación sexual integral).
El oficio de escritor en mi caso es leer siempre, para todos lados voy con algún libro, y anotando las ideas cuando se me ocurren para luego, darles forma. Así trabajo en mi taller de cuentos, siempre abrazado a las historias cotidianas. Tengo editados más de ochenta cuentos que al compartirlos, puedo afirmar que me han cambiado la vida.
¿Qué proyectos tienes por delante?
El desafío para este año es presentar el libro nuevo, voy a estar participando en la feria internacional del libro por tercer año consecutivo. El objetivo es seguir mejorando y llegar a más lectores. Soy autor independiente y tengo la suerte de haber mandado mis libros a todas las provincias de mi amado país. También he llegado a muchos países de habla hispana, de América latina, de Centroamérica y España.
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