Cómo Afecta a la Salud y el Bienestar de las Mujeres
La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta entre un 3% y un 18% de la población mundial, principalmente mujeres de mediana edad. Aunque su origen exacto sigue siendo incierto, estudios recientes apuntan a múltiples factores, como predisposición genética, antecedentes de trauma o situaciones de estrés que actúan como detonantes. En el sistema nervioso central de los pacientes con fibromialgia se han encontrado alteraciones en los neurotransmisores, lo que produce una hipersensibilidad conocida como “sensibilización central”. Esto genera una conexión desajustada entre los centros nerviosos responsables del procesamiento del dolor, derivando en síntomas característicos como dolores intensos, fatiga, insomnio, sudoración, problemas digestivos, ansiedad y depresión.
Diagnóstico: El Desafío de Reconocer una Enfermedad Invisible
Uno de los mayores retos en el diagnóstico de la fibromialgia es la ausencia de pruebas de laboratorio específicas. Por ello, los médicos se basan en criterios clínicos, como el dolor generalizado que persiste por al menos tres meses, junto con sensibilidad al tacto en al menos 11 de 18 puntos específicos del cuerpo, incluyendo regiones craneofaciales, cervicales, lumbares, glúteas, y de las extremidades. Estos síntomas suelen venir acompañados de insomnio, fatiga extrema, ansiedad, depresión, y a menudo están asociados a otras condiciones como el síndrome de fatiga crónica, cefaleas tensionales y el síndrome de intestino irritable.
Actualmente, no existe una cura definitiva para la fibromialgia, lo que hace que el tratamiento esté enfocado en mejorar la calidad de vida del paciente. La empatía y el apoyo son fundamentales en el tratamiento. Además, existen dos enfoques: farmacológico y no farmacológico.
Tratamiento Farmacológico
Los tratamientos farmacológicos incluyen antidepresivos como la amitriptilina y pregabalina, junto con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRS) que han mostrado beneficios. En el caso de los analgésicos, el tramadol es el más recomendado, aunque también pueden emplearse AINEs como el ibuprofeno o el diclofenac, y relajantes musculares como la ciclobenzaprina.
Tratamiento No Farmacológico
Las terapias no farmacológicas son esenciales en el manejo de la fibromialgia. La terapia cognitiva conductual y el ejercicio físico controlado son las opciones con mayor respaldo. También existe alguna evidencia a favor de la acupuntura, aunque el impacto de los suplementos dietéticos no ha sido comprobado en estudios controlados.
Dada la complejidad de esta enfermedad, un enfoque multidisciplinario es ideal. Clínicos, reumatólogos, psiquiatras, neurólogos y fisioterapeutas colaboran para abordar los distintos aspectos de la fibromialgia, desde el dolor hasta los síntomas emocionales. Este tipo de atención integral permite un mejor control de los síntomas y mejora la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad invisible y debilitante.
La fibromialgia sigue siendo una enfermedad compleja y con muchas incógnitas, pero cada paso hacia su comprensión permite a los pacientes vivir con mayor bienestar.
Dr. Diego Bares (MP 111.650)
Médico Especialista Consultor Universitario en Clínica Medica
Jefe de Servicio Admisión Centralizada y Gestión de Pacientes HIGA San Martin La Plata
Profesor Adjunto Catedra Medicina Interna A Fac. Ciencias Médicas UNLP
Expertise Transt. Metabolismo Lipídico (Sociedad Argentina de Lípidos)
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