A lo largo del tiempo, han surgido muchos mitos sobre el impacto de la tecnología en el mercado laboral, y el rol del contador no ha sido la excepción. Cuando Excel empezó a utilizarse de manera masiva, se pensó que nuestro trabajo se volvería tan estandarizado que cualquiera podría hacerlo. Luego, con los softwares de gestión profesional, el temor se repitió. Y ahora, con la inteligencia artificial (IA), volvemos a escuchar la misma historia. Pero la realidad es otra: lejos de reemplazarnos, la tecnología nos ha brindado herramientas para evolucionar y ser más eficientes.
En esta nota quiero contarles cómo los contadores nos adaptamos a estos avances y cómo hemos sabido reinventarnos.
Excel: una herramienta que nos potenció
Este programa nos permitió llevar nuestras ideas a la computadora, construir planillas personalizadas y adaptarnos a cada cliente sin reprocesar información de forma manual. Además, nos brindó la capacidad de manejar grandes volúmenes de datos, lo que nos permitió diversificar clientes y escalar nuestros servicios sin perder calidad. Excel no nos quitó nunca el trabajo: nos ayudó a hacerlo mejor.
Automatización y bots: una herramienta, no un reemplazo
Hacia 2015, comenzaron a proliferar los programas de procesamiento de datos y los bots para automatizar tareas repetitivas. He probado algunos y, si bien son herramientas valiosas, siempre falta algo: el criterio y la experiencia del profesional. Estandarizar y automatizar procesos nos ayuda a optimizar tiempos, pero no sustituye la necesidad de comprender la situación específica de cada cliente. Como contadores, nos adaptamos y aprendimos a incorporar estas tecnologías en nuestra metodología de trabajo, permitiéndonos enfocarnos en lo que realmente importa: el asesoramiento y el análisis estratégico.
Inteligencia artificial: el desafío de la nueva era
Recientemente, varios colegas me han preguntado sobre la IA. Admito que es impresionante: su capacidad de procesamiento y velocidad son inigualables. Sin embargo, aún presenta limitaciones. La IA puede cruzar información de diversas fuentes de manera rápida y eficiente, pero también comete errores (o "alucinaciones", como se dice en el argot tecnológico).
En el futuro, los contadores deberemos dominar dos habilidades clave: interpretar las necesidades de nuestros clientes y generar prompts precisos para la IA. Saber formular correctamente las instrucciones marcará la diferencia entre obtener un resultado útil o una información inexacta. Pero, aún con la mejor IA disponible, la validación y el juicio del contador seguirán siendo fundamentales para garantizar la calidad y la fiabilidad del trabajo.
Conclusión:
Para triunfar en este mundo en constante transformación, los contadores debemos abrazar el cambio y reinventarnos sin perder nuestro centro: el conocimiento, la dedicación al cliente y el profesionalismo. La tecnología no ha eliminado nuestra profesión, sino que la ha fortalecido, permitiéndonos enfocar en tareas de mayor valor agregado para nuestros clientes. Y así como Excel, los softwares de automatización y la IA han llegado para quedarse, los contadores también lo hemos hecho: evolucionando, adaptándonos y demostrando que nuestra labor sigue siendo imprescindible. Y todo ello debido a que nuestra función es la gestión de los datos económicos de las organizaciones para ayudaren el proceso de toma de decisiones.
Lejos de ser una profesión monótona y rutinaria, como muchas veces se piensa, debemos actualizarnos permanentemente. En este sentido, la tecnología también nos brinda soluciones. Podemos asistir a capacitaciones, reuniones con clientes, etc. de manera virtual, por ejemplo, algo que optimiza nuestros tiempos también. No podemos olvidar que las organizaciones que asesoramos son únicas y se desempeñan en contextos inciertos y variables, por lo que la aplicación de las herramientas debe ser acorde a cada situación particular. Y en ello está nuestro VALOR AGREGADO.
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