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Dra. Lilia Molina Soljan: La revolución de la IA y la Privacidad un desafío del siglo XXI

Dra. Lilia Molina Soljan: La revolución de la IA y la Privacidad un desafío del siglo XXI
Dra. Lilia Molina Soljan: La revolución de la IA y la Privacidad un desafío del siglo XXI | CREDITO PERFIL

La inteligencia artificial (IA) ha transformado nuestras vidas de maneras inimaginables, pero también plantea serias preguntas sobre la privacidad individual. Es crucial que enfrentemos estos desafíos con un compromiso firme hacia la justicia y la equidad.

Hemos superado barreras y mejorado nuestras vidas de formas inimaginables. Sin embargo, cada avance trae nuevos desafíos que debemos enfrentar colectivamente, comprometidos con la justicia y la equidad. En el siglo XXI, la revolución de la inteligencia artificial (IA) está transformando nuestra sociedad y nos obliga a reconsiderar valores fundamentales como la privacidad.

La IA permea todas las facetas de nuestra vida, prometiendo avances sin precedentes, pero también plantea serias preguntas sobre la privacidad individual, un derecho consagrado en nuestra Constitución y tratados internacionales. Los algoritmos inteligentes recopilan y utilizan nuestros datos personales a gran escala, a menudo sin nuestro pleno consentimiento, poniendo en riesgo nuestra privacidad.

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La Ley de Protección de Datos Personales N° 25.326, sancionada en 2000, fue un avance significativo, pero la realidad actual es más compleja. Los algoritmos de calificación crediticia, por ejemplo, pueden afectar profundamente nuestras vidas debido a su opacidad y posibles sesgos discriminatorios. Debemos asegurar que estos sistemas no perpetúen desigualdades y que las oportunidades sean equitativas para todos.

El consentimiento informado es crucial en esta conversación, ya que en un mundo impulsado por la IA, obtener un consentimiento genuino es cada vez más difícil. Los términos y condiciones de uso, escritos en lenguaje técnico, no garantizan que comprendamos lo que aceptamos. Debemos replantear el consentimiento, creando mecanismos claros y accesibles para que las personas controlen sus datos personales.

Es necesario un nuevo marco legal para la privacidad en la era de la IA, que sea justo, eficaz y refleje nuestros valores. Necesitamos leyes que regulen la IA, garanticen transparencia, explicabilidad y no discriminación en los algoritmos, y establezcan mecanismos de control y auditoría para supervisar el uso de datos personales y sancionar prácticas abusivas.

La legislación no es suficiente; también debemos fomentar la educación y concientización sobre la privacidad digital. Debemos empoderar a los ciudadanos para que comprendan los riesgos de la IA y ejerzan sus derechos. La formación de profesionales en ética y derecho de la IA es crucial para un futuro más justo y seguro.

El Impacto de la IA en la Vida Cotidiana: Un Panorama Complejo

La IA influye en nuestras vidas diarias, desde revisar nuestros teléfonos hasta usar asistentes virtuales. Los sistemas de reconocimiento facial mejoran la seguridad, pero plantean preocupaciones sobre vigilancia y control social, afectando derechos humanos. Los algoritmos de recomendación personalizan nuestras experiencias, pero pueden crear burbujas de filtro y polarización social. Los vehículos autónomos mejoran la movilidad, pero generan datos sobre nuestros movimientos, planteando preguntas sobre privacidad y uso de datos.

El Consentimiento en la Era Digital: Un Desafío Complejo

El consentimiento informado es crucial, pero a menudo es una formalidad sin comprensión real. Los términos y condiciones largos y complicados no garantizan que entendamos lo que aceptamos, permitiendo a las empresas usar nuestros datos de maneras que no comprendemos completamente.

Este problema se agrava en el caso de la IA, donde los datos que se recopilan y analizan pueden ser extremadamente complejos y multifacéticos. Por ejemplo, un asistente virtual puede recopilar datos sobre nuestras preferencias musicales, nuestros hábitos de sueño y nuestras interacciones con otras personas, y utilizar esa información para crear perfiles detallados de nuestra personalidad. ¿Estoy realmente consciente de todo lo que estoy cediendo cuando acepto utilizar estos servicios?

El consentimiento en la era digital necesita ser repensado. Debemos avanzar hacia un modelo comprensible y significativo para los usuarios, que les permita tener un control real sobre sus datos personales y entender plenamente las implicaciones de su uso.