Hace exactos 38 años, se estrenaba Los bañeros más locos del mundo, película protagonizada por Emilio Disi y Gino Renni que resultó uno de los filmes más trascendentes de la industria nacional. La historia transcurre en Mar del Plata, cuando la Brigada Explosiva viaja de vacaciones, sus integrantes se quedan sin dinero y deben trabajar como bañeros para juntar fondos. En estos días de playa y locuras descubren a una banda criminal que quiere desvalijar el Casino.
Lo que podía resultar una película de verano más, terminó convirtiéndose en un hito de culto; no sólo fue un éxito de taquilla sino que trascendió en el tiempo, con generaciones de fanáticos que se siguen juntando a recordar el film.
Ninguno de los protagonistas se esperaba semejante suceso, pero el humor disparatado y la buena onda entre el elenco –que se completa con figuras como, Berugo Carámbula, Mónica Gonzaga, Adrián Martel o Jorge Montejo– atravesó la pantalla, cautivando a grandes y chicos.
Carlos Mentasti, aclamado productor de la película, cuenta: “Los bañeros representa lo que yo soñé; busqué la identificación del argentino, y encontramos una gran identificación en la gente hasta el día de hoy. Me siento asombrado y agradecido de haber tomado este camino, haber seguido mi instinto. Sabía que iba a funcionar, cuando fui al cine y vi lo que pasaba me di cuenta que no me equivoqué. Lo que no me imaginé es la trascendencia que tiene después de tanto tiempo, es increíble la cantidad de gente que me para por la calle y me agradece esta serie de películas”.
El productor recuerda una anécdota especial, que hoy suena increíble: “Nadie creería lo que costaba meterlo en el mar a Emilio Disi, capo cómico de Los bañeros, porque según él le daba espasmos. El tema con Emilio es que le decían “el bicho”, porque nunca sabías si te estaba hablando en serio o no… cada cosa que me decía la pensaba veinte veces. Pensábamos que era chiste y al final no, y en una secuencia que se tira al agua lo tuvimos que sacar porque no podía respirar, era verdad lo de los espasmos. En la película hay una escena donde él está tirado en la arena, ¡era verdad! no estaba actuando, y esa escena quedó en la película, cuenta Mentasti.
Tanta fue la permanencia de Los bañeros en la memoria popular, que en 2014 se remasterizó digitalmente y en 2K, con sonido recreado surround 5.1 y escenas exclusivas en 3D. Su reestreno en cine fue un éxito, convocando a viejos y nuevos fanáticos a disfrutarla en pantalla grande. La restauración estuvo a cargo de Gotika, que unió fuerzas con Mentasti para relanzarla, apuntando tanto al cine como a nuevos mercados de adaptaciones, remakes o franquicias que continúen su legado. Es así como Los bañeros pudo ser recuperada y volver a los cines para que hoy podamos valorarla en toda su esencia y esplendor.
Los bañeros más locos del mundo es un clásico del cine popular argentino, una película que marcó a toda una generación y que sigue siendo parte del imaginario colectivo. Su humor, su tono descontracturado y su espíritu de comedia familiar la convirtieron en una de las películas más queridas del cine nacional.
Recuperar este tipo de películas tiene una doble importancia: cultural e identitaria. Desde el punto de vista cultural, el cine popular argentino tiene una historia rica y diversa, pero muchas de sus obras han quedado relegadas por cuestiones técnicas o de distribución. Restaurar y reestrenar estos filmes permite que no desaparezcan, sino que sigan formando parte del acervo cultural del país. Además, brinda la posibilidad de que nuevas generaciones descubran y reinterpreten estas historias, manteniendo vivo un legado cinematográfico que, de otra manera, quedaría archivado. Desde el punto de vista identitario, películas como Los bañeros más locos del mundo representan un tipo de humor, una forma de hacer cine y una estética que son únicas de Argentina. Reflejan una época, una manera de ver la comedia y una idiosincrasia que resuena con el público local. Restaurarlas y proyectarlas nuevamente en salas de cine es una forma de reafirmar la identidad nacional y de revalorizar un cine que, aunque muchas veces subestimado, sigue siendo parte fundamental del ADN cultural argentino.
Además, en la era del streaming y del acceso inmediato al contenido digital, el hecho de poder presentar una versión restaurada con calidad de exhibición moderna permite que estas películas compitan en igualdad de condiciones con producciones internacionales. No solo es una cuestión de nostalgia, sino de ofrecer un contenido valioso que sigue teniendo un público y que puede ser disfrutado con una calidad técnica que no estaba disponible en su época original.
*CEO y fundador de Gotika.