ESPECTACULOS
EWAN MITCHELL

“Me gusta cuando el reflejo que te devuelve la ficción te desafía”

El actor interpreta a Aemond Targaryen, uno de los villanos de House of the Dragon, la precuela de Game of Thrones, ambos basados en la famosa fantasía de George R.R. Martin. Cita a Los Soprano y Taxi Driver como formas de entender la interpretación y su manera de ver el arte de contar.

20_07_2024_ewan_mitchell_gzamax_g
Estilo. El villano favorito de la televisión hoy en día es interpretado por un fanático de James Gandolfini que adora a su personaje. | GZA. MAX

Aemond Targaryen es el personaje de Ewan Mitchell en House of the Dragon, la famosa precuela de Game of Thrones. Mitchell entiende la importancia del show para Max, pero, más importante, es alguien que adora a su personaje y que adora el show. El actor de 27 años, fascinado con un cine diferente, fue parte de films como Saltburn y la serie El último reino. Su príncipe Aemond es parte de las delicias, de las perfectas criaturas bífidas, que la saga creada por George R.R. Martin posee. Su villano de parche, complejo y tenso, es algo que él define como “un personaje para el cual me inspiré en James Gandolfini en Los Soprano. Él hacía algo muy puntual, para determinadas escenas, donde quería sentir el dolor o la tensión en su personaje: se ponía una piedra en el zapato, dentro del zapato. Pensé que Aemond podía hacer algo similar, quiero decir, pensé que ese personaje necesitaba algo parecido. O al menos a mí me funcionaba. Me gustaba la idea de deslizarle una moneda dentro de sus botas, esa sensación de la moneda perdida allí. Todo lo que representa, representa que estuvo tan cerca de matar a quien quería matar. ¿Tuvo miedo? ¿No entendió qué quería? Esa moneda en la bota me hacía sentir ese pensamiento que siempre está en la cabeza de Aemond, el hecho de que no haya podido hacer lo que creía que tenía que hacer. Desde aquel momento en adelante, toda su vida es distinta”. Mitchell, como buen actor de la saga, se cuida de no spoilear, de no decir qué ha hecho su personaje y qué no, pero lo cierto es que ha hecho mucho, y muy al estilo fiel de la serie. Pero su pasión por los relatos, por los personajes complejos, viene desde siempre: “Siempre amé las películas. Las que te desafían, las que te tensan. Películas como Ciudadano Kane, donde es difícil entender al personaje (mi personaje en House of the Dragon es difícil de leer en ese sentido). Películas como Taxi Driver, que siguen a un personaje, que sentís te representa y de repente eso no está más, eso es un problema, el reflejo que te devuelve te desafía. Eso me gusta mucho”. 

—¿Qué sentís que marca esa relación que tu personaje tiene con Daemon? ¿Sentís que son dos caras de la misma moneda?

—Aemon es… Lo explico de otra manera: yo era un gran fanático de Doctor Who mientras crecía, es decir, adoraba a Matt Smith. Tener a Matt Smith enfrente, con su elegancia, con su energía accesible era un sueño hermoso. Pero no. Ahora me impresiona verlo en este papel, un papel que le calza perfecto en este momento de su vida. Es muy Targaryen. En el mejor sentido, tiene ese corazón que lo hace perfecto para el personaje que haga. Entonces entendí, a mi manera, que tenía que mantener una distancia de Matt Smith en el set, aunque me duela, por el vínculo de nuestros personajes. Siempre quiero guardar el contacto para nuestras escenas, para que esa distancia entre ellos sea real. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

—¿Cuál fue tu acercamiento al rol?

—Como actor, mucho del trabajo ya está hecho para vos en los guiones, en la preproducción. La escritura buena es imposible de arruinar, de verdad. Entonces, la primera parada para agradecer tiene que ver con eso. Siento que este show es realmente bueno. Me dejan poco trabajo que hacer. Pero en esta temporada fue divertido descubrir las dimensiones de mi personaje, su entidad, su vulnerabilidad, su poder, su sensibilidad. Aemon siente que sabe que no quiere ser rey. Eso sirve mejor a su función, a lo que quiere hacer. Tiene unan agenda, tiene ambición. Pero de hecho, es más difícil de controlar. No siento que sea un rey fácil de controlar, en el peor sentido.

—¿Cuál es la forma en que sentís que el personaje llega en un momento justo de tu carrera?

—Lo primero: me traje algunos trucos a la hora de usar la espada de un trabajo anterior, The Last Kingdom. Es interesante que son la antítesis uno del otro, aquel personaje este, la misma cara de una moneda. Lo mismo que Daemon, de Matt Smith y mi Aemond. Dos destacados, marginalizados, pero uno lo vio como una motivación para venganza, para ponerse a la par. Me gusta desafiarme, y un personaje así me sorprende. Por ejemplo, hay gente que se sorprende que no haya leído los libros. Pero la idea es sorprenderse. Sé adónde va mi personaje, pero no quiero avanzar más. No quiero ir a otros episodios con nociones preconcebidas. Quiero que me sorprenda.

—¿Cómo lidiás con el fanatismo, que puede llegar a ser tóxico?

— No estoy en las redes sociales, que permite esa toxicidad de la que hablas. Entonces, no recibo nada eso, lo único que me llega es articulado, tranquilo, fuera de contexto. Leo las cartas de los fans, que llegan a la productora. Suena extraño, pero así es. Pero lo único que puedo esperar de un fan es respeto, y darle todo mi cariño, si la situación se presta y agradecerle su tiempo.

—¿Qué tal tu vínculo con Alejandro Martínez, el mexicano que hizo fotografía en algunos episodios de esta temporada?

—Fue genial. El equipo detrás de cámara es equipo, estamos todos en el mismo barco. Y uno aprende. Entonces, hablar entre nosotros, entender el plano que quiere hacer es muchísimo. Es increíble el tamaño de cada episodio. Era algo que escuche a quienes hacían Game of Thrones, y no es que no les creía, pero cuando vas al set, ves ese despliegue, realmente te da miedo pero también te da ganas de hacer todo lo mejor posible. 

—¿Qué te enorgullece de tu trabajo esta temporada?

—Va a sonar superficial pero no es la idea: poner mi cuerpo a punto, en su mejor forma, para poder responder a los pedidos de producción. Hay episodios que piden mucho, que desgastan, que realmente incluye crossfit, boxeo, espadas. Poder responderles y que después en cámara me enorgullece. Hay que entender que Aemon debe verse como una persona que es un arma letal, que es peligroso, que puede ser tu fin en cualquier momento. Proyectar eso no es fácil. No depende solo del cuerpo, pero si depende de lo que puede en parte hacer con él. Me inspiré mucho en una pintura que se llama El ángel caído, en Brad Pitt en El club de la pelea, y creo que lo estamos logrando.

—Cuando “Game of Thrones” se proyectaba no había guerra en Europa, ahora la hay. Esta serie trata sobre la guerra. ¿Qué sentís dice ahora?

—Hay conflictos en todos los rincones del mundo. Nuestro show explora la construcción de una guerra, desde personajes, desde el desarrollo de personajes. Entonces en ese sentido, permite entender no la guerra, ya que nadie sería tan soberbio, pero si permite que desde el entretenimiento uno pueda entender la construcción de determinado tipos de personalidades. Pero no deja de ser un show, uno espectacular y sentido. Entonces, hay que tener cuidado con esas lecturas.

—Hablamos de Aemon, su personaje, cuando lo ves desde afuera, ¿qué consejo le darías?

—Relajate. Ten un mejor control de tu dragón: no dejes que tus emociones te ganen. Creo que eso es muy importante. De hecho se lo han dicho, que controle sus emociones. Esa sería mi respuesta a Aemon, que se controle, que entienda lo que hace, que se frene y después actúe. Es difícil, pero puede hacerse.

—¿Quién en el set es cercano a vos?

—Mi compañero de rodaje es Tom Glyn-Carney, amó la dinámica de las relaciones que creamos. Antes de filmar la temporada 1, nos hicimos muy amigos, intencionalmente, siendo muy abiertos el uno con el otro, del miedo que nos daba algo así. Tener un buen vínculo cuando la relación se verá tanto en pantalla es una buena idea. O al menos así lo vivo. Todo con él se siente espontáneo. Trabajar con él es una bendición.

—“Game of Thrones” mezclaba acción y escenas de personajes, ¿qué escenas te gustan más? ¿Dónde das más de vos?

—Amo los silencios en las escenas. Esos momentos donde si eres alguien que está viendo, tienes que frenarte, donde nada es tan obvio, donde piensas que entiendes qué motiva a un personaje, qué entiende que piensa realmente. ¿Quiere comer?¿O quiere comerse a alguien? ¿Quiere guerra? ¿O solo está enojado? Esa furia detrás de sus ojos, que no descansa, que no deja de calcular. Hay siempre mucho pasando en su cabeza, y eso es algo que me gusta explorar.