ESPECTACULOS
Mey Scápola

“La paso muy bien trabajando con amigos”

Actriz, gestora y directora estrenó en Mar del Plata junto a su colega Luciano Castro Caer (y levantarse).

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Mirada. La autora tenía ganas de generar un unipersonal. | gza. alejandra lópez

Ya estrenaron en el Centro Cultural Chauvin de Mar del Plata el unipersonal Caer (y levantarse) de Patricio Abadi y Nacho Ciatti, la obra interpretada por Luciano Castro y con dirección de Mey Scápola. Con funciones los lunes, sábados y domingos a las 22. Scápola seguirá este 2025 dirigiendo Las cosas maravillosas en Buenos Aires, propuesta que cada tres o cuatro meses cambia de intérprete obligando a nuevos ensayos y que viene siendo un éxito.

—¿Te especializás en unipersonales? ¿ “Las cosas maravillosas” fue tu primera dirección?

—Se fue dando. En el 2008 me había convocado Matías Federman para la dirección de actores de The Pillowman. Más tarde dirigí algunas propuestas en Microteatro, donde también hice la curaduría y la producción.

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—¿Cómo fue pasar de compartir el mismo elenco en “Desnudos” junto a Luciano Castro a convertirse en su directora?

—La idea era volver a hacer algo juntos. Después de Desnudos filmamos la serie El buen retiro para Flow. Somos con Luciano muy amigos y quisimos seguir trabajando. Me gusta mucho trabajar con amigos. De hecho, el año pasado convoqué para Las cosas maravillosas a Andy Kusnetzoff, a quien conozco desde hace veinte años. Tengo la misma rigurosidad con los actores y paciencia. Trabajar con quien conocés mucho está bueno, porque sabés los lugares a donde va siempre, sus tensiones y resulta más fácil ensayar y ayudar.

—¿Te acercaste al mundo del boxeo?

—La parte de boxeo podría decir que fue a través de todo lo que me contaba Luciano. Este es un trabajo que hicimos casi durante un año. Mucho de lo que se relata en la obra lo vivió él. El boxeo y Mar del Plata son sus dos amores y también los del personaje. Luciano tenía materiales, escuchamos un montón de audios de peleas. Le pedimos a Osvaldo Príncipi que nos grabara un relato y también se escuchan combates. Se sumó Nacho (Ciatti) a quien le encanta el boxeo y aportó toda la parte de ficción junto a Patricio Abadi.

—¿Harán temporada solo en Mar del Plata?

—La idea es poder hacer funciones en Buenos Aires, pero después que Luciano estrene en el Teatro San Martín una obra que ya hizo hace muchos años, de Gonzalo Demaría, pero ahora con la dirección de Emiliano Dionisi. Buscaremos días alternativos. También queremos hacer giras por el país y en el exterior.

—Para las plataformas lo último que hiciste fueron ficciones junto a tu mamá (Mercedes Morán): “Norma” y “Elena sabe”. ¿Te sentís independiente de ella?

—Desde hace catorce años fui bastante independiente. No sé si alguna vez me sentí pegada. Obviamente sos la hija de un familiar mucho más conocido que vos. Cuando nací, mi mamá ya hacía teatro desde mucho tiempo. Pero particularmente nunca sentí que alguien me daba trabajo por eso. De hecho, creo que las únicas dos películas son éstas. Cuando me llamaron para Norma era un proyecto que tenía más de diez años, pero se concretó justo el mismo año de Elena sabe, de casualidad.

—“Rancho (una historia aparte”) fue tu espectáculo quiebre: ¿hubo un antes y un después?

—Sí, pero para todos, incluso hasta Julio (Chávez) como director. Empezó como un ejercicio en su taller, creció hasta que vio un ensayo Kive Staiff y nos invitó a la reapertura de la Sala Cunill Cabanellas, en el 2004. Hicimos tres temporadas teatrales y en el 2007 estrenamos la película.

—¿Elegís la actuación o la dirección?

—La verdad es que me gustan mucho las dos, todo depende del proyecto. Ahora sí tengo un par que me interesan de actuación, que aún no firmé. Pero cada vez más valoro dirigir y o actuar, pero no cualquier cosa.

La espectadora profesional

Actriz, productora, gestora cultural y directora parecería que falta la dramaturgia. Mey Scápola confiesa: “Siento que es la pata que más me cuesta. Puedo integrar un proceso de escritura como en Caer (y levantarse) pero tanto Nacho (Ciatti) como Pato (Abadi) fueron fundamentales para armar lo que quería. Para mí es muy importante el equipo, por eso la iluminación de Matías Sendón y la escenografía de Gonzalo Córdoba Estévez como la música y diseño sonoro de Nicolás Bari y Matías Niebur también fueron fundamentales”. La actriz Scápola dice: “Me gustaría hacer algún autor clásico, como Chéjov, Ibsen, pero revisionado, como lo hacía Daniel Veronese. Meterme en la boca esos textos enormes y hermosos”.

Es muy frecuente cruzarse con ella en las plateas viendo teatro y afirma: “Siento que es un momento donde la gente tiene muchas ganas o por lo menos el año pasado de ver espectáculos, pero pequeños, como de uno a uno, más analógicos y artesanales, aunque siempre están los tanques de los musicales y los disfruto. Soy fanática de todo tipo de teatro. Siento que en lo chiquito hay mucho más riesgo. El unipersonal te da la posibilidad de ha-cer cosas que no hiciste nunca antes, si tienes un buen texto y un buen intérprete. Luciano a mí me parece un gran actor. Me acuerdo que lo vi en la TV en la serie de ficción de Telefe El primero de nosotros (2022) y me acuerdo que lo llamé por teléfono y le dije; ‘vi una escena tuya donde te despedías de Benjamín Vicuña tremenda’. En este unipersonal Luciano descubre una sensibilidad y una profundidad que creo que no le vieron nunca antes”.